Los guardias civiles readmitidos 27 años después de su expulsión por crear un sindicato: “Me han devuelto la dignidad”

El Congreso aprobó este jueves el reingreso del sargento primero José Morata y otros fundadores y miembros del Sindicato Unificado de Guardias Civiles

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De izquierda a derecha, el cabo Alejandro Borja y el sargento José Morata. (Cedida)
De izquierda a derecha, el cabo Alejandro Borja y el sargento José Morata. (Cedida)

En 1997, la Dirección General de la Guardia Civil confirmó la expulsión del sargento primero José Morata y otros tres fundadores e integrantes del Sindicato Unificado de Guardias Civiles (SUGC), creado en la clandestinidad en 1986. Este jueves, 27 años después de su pérdida de condición de agentes del instituto armado, y cuando ya están en edad de jubilación, el Congreso de los Diputados aprobó su readmisión en el cuerpo.

“Yo siempre me he sentido guardia civil, pero ahora puedo decirlo. Me han devuelto la dignidad”. Así define José Morata, en una conversación con Infobae España, su sentir tras alcanzar la causa pendiente de toda una vida. A sus 70 años no podrá volver a ejercer en el instituto armado y pasará a tener la condición de agente retirado. Su readmisión sí se verá reflejada en su pensión, que se incrementará en unos 1.000 euros al reconocerle la antigüedad en la Guardia Civil en caso de no haber sido expulsado. De hecho, en la pensión de Morata se reflejará su ascenso de sargento primero a subteniente.

Aunque “el dinero es bienvenido” para un pensionista divorciado, no era su “prioridad”. Para José Morata y sus compañeros, lo importante era ver cumplido el objetivo que han perseguido durante 27 años y por el que en ocasiones, según reconoce, habían perdido la “esperanza”. El Congreso ya había abordado la readmisión de los agentes en tres Proposiciones No de Ley aprobadas los años 2009, 2013 y 2017, pero ni el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ni el de Mariano Rajoy acabaron por sacar adelante la iniciativa.

Tanto Morata como el también fundador del SUGC Alejandro Borja fueron testigos desde la tribuna del Congreso de la aprobación de la Ley Orgánica del Derecho de Defensa, que incluía una disposición transitoria propuesta por Sumar para la readmisión de los cuatro agentes expulsados en 1997. Los otros tres beneficiados son el cabo Manuel Rosa y los guardias José Carlos Piñeiro y Manuel Linde, este último ya fallecido. La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), que cogió el testigo del SUGC y pretende recuperar esas siglas mediante la consecución del derecho de sindicación en el instituto armado, acompañó a los agentes en la cámara baja. Para el fundador del SUGC, fue un día “esperanzador”. Ahora busca tiempo para responder los “cientos” de mensajes que ha recibido, algunos de los compañeros de la “lucha” sindical.

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AUGC acompañó a los guardias civiles readmitidos en el Congreso. (Cedida)
AUGC acompañó a los guardias civiles readmitidos en el Congreso. (Cedida)

Encarcelado en una prisión militar

El ahora subteniente estuvo en una prisión militar durante 19 días en 1990, aunque recuerda que otros miembros y fundadores del sindicato llegaron a sufrir “meses y más de un año” de encarcelamiento. Les acusaban -a unos 40 funcionarios- de delitos de sedición tras haber sido detenidos en la bautizada como operación Columna, el operativo que desarrollaron sus propios compañeros de la Guardia Civil para acabar con la semilla sindicalista. En sus primeros comunicados públicos y ruedas de prensa, se presentaban encapuchados y portando el tricornio distintivo del instituto armado. Para arrestarlos, en alguna ocasión los mandos enviaron a agentes que se hacían pasar por periodistas.

Tras ser expulsado del instituto armado, Morata ha trabajado “de todo”: vigilante de seguridad, quiosquero, asesor de empresas... 20 años buscándose “la vida”. Con miras al futuro, está seguro de que “en algún momento” los guardias civiles podrán sindicarse, aunque cree que lo prioritario en el cuerpo es eliminar su naturaleza militar.

Policías y guardias civiles convocados por la Plataforma por la Jubilación Digna, que agrupa a una docena de sindicatos y asociaciones de ambos cuerpos, celebran este sábado una manifestación por el centro de Madrid para reclamar mejoras laborales como ser reconocidos como profesión de riesgo y la "plena equiparación" con Mossos d'Esquadra, Ertzaintza y cuerpos policiales locales.
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