España ha hecho historia este domingo en el Estadio Olímpico de Berlín al convertirse en el primer equipo en lograr ganar cuatro Eurocopas. Un logro inmenso, no solo por la cifra, sino por el hecho de que se ha conseguido con un grupo de jugadores con el que, al principio, nadie esperaba ni siquiera alcanzar la final. Sin embargo, el buen hacer de jugadores ya consagrados, así como la explosión de los jóvenes talentos y el sacrificio de los más veteranos ha acabado por conquistar a una afición que ha llevado en volandas a su equipo hasta la cima del futbol europeo con el gol en el último suspiro de Mikel Oyarzabal.
En el otro extremo queda, no obstante, la otra finalista y segunda clasificada del campeonato, Inglaterra. Hasta este domingo, su historia había sido diametralmente opuesta a la de La Roja. Un equipo plagado de estrellas se plantaba en la Euro como uno de los claros favoritos, pero las malas sensaciones y las dudas en el juego no tardaron en indignar a los fans y a los medios de comunicación ingleses, que atizaron con fuerza tanto a los seleccionados como al seleccionador. Los three lions resistieron todos los golpes, y victoria a victoria lograron un hueco en la final, con una clara mejoría en su victoria contra Holanda en semifinales.
Así fue la derrota de los ingleses
En la final confirmaron estas sensaciones, mostrándose como un equipo muy sólido en defensa y muy peligroso en ataque, aunque todavía rácano en el juego. Con un Bellingham imperial y Saka y Foden siempre generando ocasiones en las bandas, cada vez que el balón estaba en sus botas la sensación era de que el gol podía caer en cualquier momento.
Sin embargo, España no se dejó amedrentar y siguió confiando en su estilo, dominando durante gran parte del partido, algo que dio sus frutos con el primer gol de Nico Williams. Los de Southgate acusaron el golpe durante unos minutos, pero poco después empezaron a afilar los colmillos con los cambios que el entrenador introdujo.
Uno de ellos, Cole Palmer, pesadilla española en categorías inferiores hace apenas un año en la Sub 21, marcó el gol del empate con un gran disparo desde fuera del área. Las ocasiones, en ese momento, empezaron a producirse cada vez con más frecuencia, y fue España quien final y justamente logró el gol de la victoria con el gol de Oyarzabal en el minuto 87. La cara de los ingleses lo decía todo: una vez más, se habían quedado a las puertas.
Los inventores de un deporte al que no ganan nunca
“El fútbol es un deporte de 11 contra 11 en el que siempre ganan los alemanes”. Esta famosa frase fue dicha por una leyenda del fútbol inglés, Gary Lineker, también uno de los más críticos con Southgate durante la fase de grupos de esta Eurocopa. Lo que no dice, sin embargo, es que el balonpié fue un deporte cuya invención siempre se ha atribuido a los ingleses.
De hecho, fueron ellos quienes nos lo trajeron a los españoles, cuando debido a la explotación minera que los británicos llevaron a cabo en el sur de la Península, exportaron un deporte que es ya hoy motivo de alegría y desazón para millones de aficionados. El equipo más antiguo de nuestro país, el Recreativo de Huelva, surgió precisamente en la zona de las minas de Riotinto, donde los británicos hacían sus negocios.
Una mala racha que no acaba
Sin embargo, este papel ‘evangelizador’ del actual deporte rey no se ha terminado de materializar nunca en una supremacía del fútbol inglés. No al menos en el ámbito de las selecciones. Cierto es que ganaron el primer Mundial que disputaron en 1966 -se ausentaron de las tres primeras ediciones por no estar de acuerdo con que la competición no se celebrara donde dicho deporte había nacido-. No obstante, el triunfo contó con varias polémicas arbitrales a favor de los ingleses en diferentes partidos, como una expulsión contra Argentina y un gol fantasma a favor en la final contra Alemania.
Pero desde entonces, los británicos no han vuelto a ganar ninguna competición oficial con la selección. Hasta hace poco, de hecho, ni siquiera pasaban de cuartos pese a sus buenos equipos, y de hecho su primera final en la Eurocopa no se dio hasta hace cuatro años, en 2020, cuando perdieron en los penaltis contra Italia. Con esta nueva derrota, Inglaterra ha perdido la oportunidad de sumar un segundo trofeo internacional en sus vitrinas, y deberá esperarse hasta el Mundial 2026 para tener otra oportunidad. Entonces, se habrán cumplido 60 años desde que los ingleses celebraron por última vez un torneo de su selección.