Fue el 18 de mayo de 2024 cuando Roro Bueno, el pseudónimo bajo el que se esconde Rocío López Bueno, cambió el contenido de los vídeos que subía a su cuenta de TikTok (@roro.bueno). La joven de 22 años pasó de publicar contenido en el gimnasio o lo que comía en un día a una receta. Pero no se trataba de una receta cualquiera, sino de unos pappardelle con ragoût de pato a la naranja. Lo llamativo del vídeo no es el plato en sí, sino el laborioso proceso hasta tener la comida lista, y que cocinaba para su novio, Pablo. Ella sola se encarga de sellar y cocer el pato, en lo que tarda más de cuatro horas; hacer de cero los pappardelle –una pasta larga y ancha–, en vez de tirar por los comprados en el supermercado; y también elaborar el queso que llevará la pasta. En menos de un mes, la receta acumula 45 millones de reproducciones y 3,4 millones de ‘me gustas’.
El vídeo también tiene una característica peculiar: la voz de Roro. Mientras habla, usa un tono extremadamente dulce y aniñado. Y en este vídeo no es el único donde lo utiliza. Desde la receta de los pappardelle publicada aquel día de mayo, le ha preparado a su novio más de una decena de recetas, todas aparentemente “muy sencillas” pero con horas de elaboración detrás. La usuaria ha compartido dos vídeos que se alejan de la cocina, pero no de los actos serviciales a su pareja. “Pablo me dijo que me quería llevar a comer a uno de mis restaurantes favoritos, y como no sabía qué ponerme, decidí hacerme un vestido en un momento”, cuenta. En otro vídeo explica que le llevó un mes hacer el regalo de cumpleaños de su novio: imprimir y encuadernar el libro El Príncipe, de Nicolás Maquiavelo.
El trasfondo de esto ha hecho saltar las alarmas en redes sociales. Este tipo de vídeos, con esta estética y tipo de contenido, forman parte del movimiento ‘tradwife’, que, de manera consciente o no, alimenta la narrativa de que la mujer está mejor en casa sirviendo a su pareja y al cuidado doméstico. Los expertos aseguran que romantizar esto puede ser muy peligroso. “Tiene cero de romántico y mucho de esclavo”, asegura Aurora Gómez, psicóloga experta en comportamientos digitales. “No estamos viendo las desigualdades y la falta de derechos sociales que conlleva”, añade la psicóloga.
La estética para entrar en el movimiento y un tono de voz para transmitir sumisión
El término ‘tradwife’ proviene de unir las palabras traditional y wife en inglés, mujer tradicional en español, y engloba a las mujeres que asumen los roles de género que se les han impuesto históricamente: no trabajar y dedicar su tiempo a cuidar de su hogar, su familia y su marido. “Pretende conseguir que las mujeres vuelvan a tener las imágenes tradicionales de la mujer en las labores del hogar, que además deben lucir siempre impecables, perfectas, bien vestidas y maquilladas”, apostilla. Y uno de los motivos por los que triunfan tanto estos vídeos está ahí: “La vía de entrada del movimiento ‘tradwife’ es la estética”. En los vídeos de Roro, la joven aparece perfectamente maquillada y vestida, y su cocina está impoluta.
A esto también se le suma el tono de voz suave y dulce que las mujeres que forman parte de este movimiento utilizan, y que en inglés tiene nombre: fundie baby voice. Los expertos la relacionan con comunidades cristianas fundamentalistas, movimiento ultraconservador surgido entre los cristianos protestantes en Estados Unidos, y con la ultraderecha estadounidense, cuyo inicios se remontan a la autora Helen Andelin en el libro Fascinating Womanhood. Publicada en 1963, la obra se centra en que las mujeres desarrollen relaciones románticas profundas con sus maridos y consigan hogares estables, en contra de la corriente de la “segunda ola” feminista de los años 60. “A ningún hombre le gusta un tono grosero, fuerte o vulgar en una mujer, así como a una mujer no le gusta un tono afeminado en un hombre”, decía el texto de Andelin. “Este libro alienta a las mujeres cristianas fundamentalistas a sonar ‘infantiles’ para transmitir sumisión a las figuras masculinas”, explicó a Huffington Post Kathryn Cunningham, vocóloga y profesora adjunta de teatro y jefa de interpretación en la Universidad de Tennessee, Knoxville.
Y en una sociedad cada vez más quemada por las largas jornadas laborales, tener tiempo se ha convertido en un privilegio. Dedicar prácticamente ocho horas a elaborar una receta hace que los usuarios quieran aspirar a ello. “A día de hoy, quien tiene tiempo es absolutamente un privilegiado”, señala la psicóloga. Con esta postura coincide la escritora Zoe Hu: “Muchas ‘tradlifers’ son mujeres jóvenes que odian el trabajo y celebran los arreglos que las salvan del viaje matutino al trabajo”, escribía en una columna para Harpers.org. “Esta historia de las ‘tradwife’ engancha muy bien también con las redes sociales que ejercen ese poder aspiracional. Muestran un mundo perfecto en el que parece que tienen toda la vida resuelta”. Gómez lo define como “un movimiento reaccionario absolutamente machista” en el que “hay una profunda desigualdad y ellas solamente son jarrones bonitos digitales”.
“TikTok monetiza el odio y el antifeminismo”
Roro se ha hecho extremadamente viral en España estas últimas semanas, pero su caso no es único. Ya en 2020, la estadounidense Alena Kate Pettitt fundó la plataforma online The Darling Academy, que defiende y promueve este estilo de vida basado en el rol de la esposa tradicional. En una entrevista con la BBC, Pettitt dijo que con ello pretendía “someterse y mimar a su marido como si fuera 1959″.
Janira Planes, periodista experta en cultura digital y Brand Strategist en HAMLET, explica que la joven sigue el modo de la influencer de TikTok, Nara Smith, que en la aplicación documenta las recetas que le prepara a su marido, de religión mormona, y a sus tres hijos. “Hoy es el cuarto aniversario de mi esposo y yo, así que decidí levantarme súper temprano y prepararle bagels y queso crema desde cero”, narra la también modelo en un video de TikTok. En el vídeo aparece vestida con un amplio conjunto de bata negra, su cabello perfectamente peinado hacia atrás, sus pómulos perfectamente contorneados, mientras habla con una voz extremadamente suave y delicada. “Roro se marca un Nara Smith, su TikTok se peta de visualizaciones y constantemente le hacemos viral. No sé si es tan conservadora o si realmente ha visto un filón”, explica. “El contenido de Nara y Roro triunfa tanto porque genera mucha polarización en comentarios, lucha entre los que están a favor y los que están en contra, mofa por parte también de los que no están a favor y mucho engagement”, añade a Infobae España.
Sin embargo, Roro ha negado recientemente estas acusaciones: “Yo obviamente no estoy ahí para servir a Pablo, si estoy haciendo esto es porque me encanta cocinar y bromeo mucho con que Pablo me pide cosas para tener la excusa de cocinarlas y que luego las disfrutemos los dos”, señaló la influencer en una entrevista con Huffington Post.
Pese a esto, Aurora Gómez avisa: “El problema es que se normalice”. “Es problemático porque banaliza un tipo de comportamientos que restan poder a la mujer”, coincide Planes, para añadir que “TikTok es una red donde el número de usuarios jóvenes es muy importante”. “Es probable que no acaben entendiendo que es algo que no va tan en serio y romanticen que una relación es lo que Roro muestra: devoción total por la pareja y anulación de la personalidad”, finaliza.
Esto se consigue haciéndose viral en TikTok, algo que es más fácil cuantas más reacciones provoca en la audiencia. “En el contexto actual, la viralidad va ligada a la misoginia, al antifeminismo”, reflexiona Silvia Díaz, socióloga e investigadora postdoctoral y coautora del informe Jóvenes en la Manosfera publicado en 2022, que añade que a través de estos contenidos el algoritmo ve una “monetización del odio y del antifeminismo” porque “genera rédito”. “El algoritmo de TikTok está casi prediseñado para la polarización y para la radicalización y para que cada vez llegue el contenido más viral”, añade.