Ni Escrivá ni otro cargo público al frente del Banco de España sería anómalo en el BCE: 19 de 26 gobernadores fueron políticos

Entrar en gobiernos o asesorarlos funciona como una vía previa de ascenso a puestos de alto nivel. España debe elegir si continúa en la línea de los perfiles técnicos de los últimos años o promociona a alguien ligado a La Moncloa

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Gobernadores del Banco de España de los últimos 18 años por orden cronológico: Miguel A. Fernández Ordóñez; Luis M. Linde y Pablo Hernández de Cos.
Gobernadores del Banco de España de los últimos 18 años por orden cronológico: Miguel A. Fernández Ordóñez; Luis M. Linde y Pablo Hernández de Cos.

Pablo Hernández de Cos ha sido el gobernador del Banco de España con el currículum más independiente de la historia de la institución. No había ocupado cargos políticos antes de su nombramiento en 2018 ni se le ha conocido afiliación a ningún partido. Tras su marcha en junio de 2024, no está claro que su sucesor o sucesora vaya a tener el mismo perfil, algo que no sería novedoso atendiendo al histórico de nombramientos en instituciones independientes tanto en España como en la Unión Europea.

La filtración conocida esta semana de proponer a José Luis Escrivá para el cargo, actual ministro de Transformación Digital y exministro de Seguridad Social, ha desatado el rechazo tajante del PP: “El Partido Popular no podría apoyar la designación para ese órgano de una persona con asiento en estos momentos en el Consejo de Ministros”, señalan fuentes del partido. En la misma línea, afirman que “nadie puede pasar directamente del Gobierno a un puesto en estas entidades”, refiriéndose a “instituciones, organismos reguladores y autoridades independientes”. Según esta postura, y si la prioridad es llegar a un acuerdo con el PP, se cierra la puerta a otros candidatos del Gobierno que sonaban en las quinielas para liderar el Banco de España.

Más allá del debate político actual, no son pocos los perfiles técnicos que pasan a ocupar cargos en gobiernos como vía de ascenso a puestos de alto nivel. El ejemplo más reciente en España es el de Nadia Calviño, que pasó de ministra de Economía a presidenta del Banco Europeo de Inversiones, pero hay muchos otros entre los gobernadores de los bancos de la UE, que son los que se sientan en el Consejo General del Banco Central Europeo (BCE).

Si Escrivá u otra persona con cargo político llegara a sentarse en esa mesa, no sería una anomalía: de los 26 gobernadores (hombres) que la forman actualmente, solo siete no han tenido ningún puesto político (ocho cuando estaba Hernández de Cos), según se extrae de consultar los currículums en las webs oficiales de los bancos nacionales. Estos son: Italia (Fabio Panetta); Alemania (Joachim Nagel); Croacia (Boris Vujčić); Chipre (Christodoulos Patsalides); Lituania (Gediminas Šimkus); Luxemburgo (Gaston Reinesch) y Austria (Robert Holzmann). Se incluye al gobernador alemán porque aunque se le atribuye ser miembro del partido socialdemócrata (SPD) y lo asesoró hace 30 años, no ha ocupado ningún puesto en la administración del Estado de manera previa.

Entre los que tienen pasado en puestos políticos hay grados. Muchos fueron asesores de los gobiernos nacionales hace décadas, pero otros pasaron directamente de ser ministros a gobernadores. Este es el caso, por ejemplo, de los gobernadores de Grecia (Yannis Stournaras), Portugal (Mario Centeno) y Países Bajos (Klaas Knot). Stournaras fue elegido gobernador del Banco de Grecia en junio de 2014, fecha en la que dejó de ser Ministro de Finanzas (cargo ocupado desde 2012). En años anteriores fue asesor de varios ministerios y presidente de la empresa pública de gas.

Centeno fue Ministro de Finanzas de Portugal entre 2015 y junio de 2020 y pasó a ser gobernador del Banco de Portugal en julio de 2020. Anteriormente, también presidió el Eurogrupo (enero de 2018-julio de 2020). Knot, por su parte, es gobernador del Banco de los Países Bajos (DNB) desde 2011 y hasta ese año fue director de mercados financieros del Ministerio de Finanzas.

Casos muy similares se dan en Hungría (György Matolcsy), Malta (Edward Scicluna) y Rumanía, aunque la situación en este último país es especialmente llamativa. Mugur Constantin Isărescu es gobernador del Banco Nacional de Rumanía desde septiembre de 1990 y entre diciembre de 1999 y diciembre de 2000 llegó a ser primer ministro del gobierno interrumpiendo su representación del organismo supervisor y volviendo posteriormente a él tras perder las elecciones.

Los gobernadores de los bancos nacionales son elegidos por los poderes legislativos de cada país y, a su vez, estos escogen la presidencia y la vicepresidencia de la institución, ambos con marcado perfil político en la actualidad. La presidenta, Christine Lagarde, fue ministra en Francia en las carteras de Comercio, Agricultura y Economía entre 2005 y 2011, cuando fue elegida para dirigir el FMI hasta 2019, desde donde pasó a presidir el BCE. El vicepresidente, Luis de Guindos, fue ministro económico en España entre 2011 y 2018 y anteriormente también ocupó el cargo de secretario de Estado de Economía, siempre bajo gobiernos del PP, aunque como político independiente.

Luis de Guindos y Christine Lagarde en las oficinas generales del BCE en Fráncfort, Alemania. (Arne Dedert/dpa vía AP)
Luis de Guindos y Christine Lagarde en las oficinas generales del BCE en Fráncfort, Alemania. (Arne Dedert/dpa vía AP)

El último gobernador político no sentó un buen precedente

El Banco de España promueve el buen funcionamiento y la estabilidad del sistema financiero nacional, supervisa la solvencia de las entidades y asesora al Gobierno, por ello cobra especial relevancia su independencia. Existe una ley dedicada a ello, pero no impide que los gobiernos pueden elegir a miembros de sus gabinetes para dirigir la institución. El último caso de paso directo de un cargo político a gobernador sucedió en julio de 2006, cuando Zapatero nombró a Miguel Ángel Fernández Ordóñez, su secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos y presidente de la AEAT hasta marzo de ese mismo año.

Fernández Ordóñez perteneció al PSOE hasta el año 2000, según aparece aún en la web del Banco de España, y fue diputado por Madrid y secretario de estado en varios gobiernos de Felipe González. Su gestión al frente del Banco hasta 2012 abarcó la generación y el estallido de la crisis bancaria y ha sido la más discutida de la historia reciente, llegando a estar imputado por el caso Bankia, por el que finalmente declaró como testigo ante la Audiencia Nacional en 2019. Si bien fueron años de errores a múltiples niveles, también a escala internacional, este caso no sienta un buen precedente a la hora de elegir a otro político como gobernador.

El Ejecutivo quería tener cerrado un acuerdo con el PP sobre la dirección del Banco de España antes del 18 de julio, fecha en la que el BCE decidirá sobre los tipos de interés, pero finalmente se retrasará. “Estamos trabajando para que haya un nombramiento en cuanto se pueda, pero tenemos tiempo de sobra”, señaló este jueves el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, intentando enfriar el asunto.

El ministro siempre se abstiene de comentar los nombres de los candidatos planteados al PP y los perfiles que deben tener, pero deja la puerta abierta a que sea algún cargo político: “La independencia del Banco de España está asegurada por su ley de autonomía, que data del 1994. Total garantía y seguridad”, respondió a preguntas sobre si una persona que pase de ministro a gobernador puede mantener la independencia de la institución.

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