La decisión del Comité Ejecutivo Nacional de Vox de romper los acuerdos autonómicos con el Partido Popular en las cinco comunidades autónomas pilló de sorpresa, incluso, a algunos de su propio partido, que acabaron enterándose antes por los medios de comunicación que por su propia formación. Horas después del órdago lanzado por Santiago Abascal, motivado por el acuerdo de reparto de menores migrantes no acompañados, la decisión ha desatado una crisis interna en Vox.
A la espera de aclarar qué ocurrirá en los 140 Ayuntamientos que comparten, hasta tres consejeros han desobedecido las órdenes de la Ejecutiva Nacional. Ignacio Higuero, el único consejero que tenía hasta ahora Vox en Extremadura, fue el primero en dar el paso al decidir mantenerse en el cargo y abandonar el partido. “Entiendo el giro que ha tomado Vox, pero no lo comparto y no lo puedo defender. [...] Ya no comparto los ideales de Vox”, añadió este viernes durante una comparecencia de prensa, en la que estuvo acompañado por la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola.
Horas más tarde, llegó otra deserción, esta vez por parte de uno de los tres consejeros de Vox en la Junta de Castilla y León, Gonzalo Santonja, quien también decidió rebelarse contra Abascal. No ocurrió así con los ya cesados consejeros de Industria y Agricultura y el dimitido vicepresidente, Juan García-Gallardo, todos ellos de Vox. El resto de altos cargos que la extrema derecha tenía en los gobiernos de Comunidad Valenciana, Aragón y Murcia acataron órdenes, aunque la instrucción no pareció afectar a la Presidencia de les Corts, que ocupa la diputada de este partido Llanos Massó.
Tras la tensión palpable dentro del partido, el líder de Vox ha tenido que reconocer la existencia de “debates y diferentes posiciones” en el seno de la Ejecutiva del partido a la hora de tomar aquella decisión, pero ha subrayado que, al final, la resolución se tomó “por mayoría” y de forma “colectiva”. No obstante, la realidad parece reflejar que en aquel debate no se debió contar con algunos miembros.
Motivo de ello fue que el exvicepresidente de la Comunidad Valenciana, Vicente Barrera, mostrase a través de su lenguaje corporal el malestar por perder su cargo en el Gobierno valenciano en la reunión celebrada en la calle Bambú de Madrid, mostrando un desacuerdo total con la nueva estrategia del partido.
La incomodidad fue manifestada, aunque de manera más sutil, por Juan García-Gallardo, que con rostro serio y “por petición del partido” debió abandonar la vicepresidencia de la Junta de Castilla y León, la primera comunidad donde se forjó la alianza PP-Vox. “Nuestra voluntad era que se cumpliera el acuerdo y pudiéramos continuar, pero la dirección nacional del PP no nos ha dejado alternativa. Nos ha metido a todos en un callejón sin salida”, reprochó el ahora portavoz de Vox.
Otra portavoz de Vox, pero en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, también quiso pronunciarse al respecto en una entrevista para Onda Madrid, donde admitió que esta decisión levantaría discrepancias dentro de la formación y sería “lógico” que hubiese cargos de Vox que no quieran dejar su cargo.
Génova busca el apoyo de los tránsfugas
El “Hasta aquí hemos llegado” de Vox ha sido percibido en Génova como una oportunidad para captar el apoyo de los ‘ultras’ rebeldes, ya que este arriesgado movimiento les ha dejado en situación de minoría parlamentaria, obligándoles a alcanzar acuerdos con otras formaciones políticas en este año y medio de legislatura que resta.
Puesto que el PP prevé como imposible alcanzar grandes acuerdos con el PSOE a pesar del portazo de Vox, los populares han abierto una ventana para seducir a los posibles tránsfugas de la ultraderecha.
Una fuente del Partido Popular en la Junta ha declarado al diario El Mundo que, al llevar a cabo la ruptura que finalmente han ejecutado, si algún miembro de la ultraderecha decidiera permanecer aliado con el PP, en contra de las directrices de Vox, este partido “se retrataría”.
Por el momento todo esta en el aire, a pesar de las arriendas del ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Felix Bolaños, en las que ha apelado al PP a romper con los miembros tránsfugas y “demostrar la ruptura total con la ultraderecha”.
Preguntado Higuero acerca de si se plantea darse de alta como afiliado en el PP, ha afirmado: “Primero vamos a darnos de baja de uno y luego Dios dirá”.