El verano ya está aquí y con él las temperaturas son cada vez más elevadas. En este sentido, en las zonas más calurosas del país, son muchos los que buscan refugio en playas y piscinas. Pero esto no esto, ante una previsión de noches largas y sofocantes, también hay quienes se abrazan al frío de ventiladores y aires acondicionados.
El contexto climático actual ha elevado la demanda de refrigeración y sistemas de ventilación de todo tipo. Tanto es así, que la necesidad del uso del aire acondicionado en España se ha multiplicado en más de un 150% en las últimas cuatro décadas, según los datos de Eurostat. Ahora bien, a pesar de que los aires sean todo un alivio frente al calor extremo, lo cierto es que también puede ser perjudiciales para la salud.
Entre los problemas de salud relacionados con la exposición al aire acondicionado destacan los problemas respiratorios, el dolor de garganta, resfriados, tos y la exacerbación de crisis asmáticas, así como inflamaciones como faringitis y laringitis. La deshidratación, el dolor de cabeza y la propagación de infecciones víricas son otros de sus inconvenientes principales. Ante esto, es importante tener en cuenta es la temperatura y el tiempo de uso recomendado para evitar posibles problemas.
A qué temperatura hay que poner el aire acondicionado
La temperatura ideal del aire acondicionado en verano debe oscilar entre los 24 °C y los 26 °C. Al ajustar la temperatura se deben tener en cuenta, por un lado, las temperaturas exteriores: si son muy altas se recomienda evitar una diferencia de más de 12 grados entre el interior y el exterior, ya que una variación excesiva puede afectar la salud y causar síntomas de resfriado. Además, también es aconsejable dirigir el flujo de aire frío hacia arriba, debido a que este es más denso que el aire caliente y tiende a descender, lo que permite una mejor circulación del aire fresco en la habitación.
Por último, hay que recordar que la mayoría de los aparatos de aire acondicionado cuentan con un modo nocturno diseñado para su uso durante el descanso. Este modo ajusta automáticamente la temperatura y la velocidad del ventilador, proporcionando un ambiente más silencioso y confortable, al tiempo que minimiza el consumo energético. No obstante, si el calor es soportable, la mejor opción siempre es apagar los sistemas de ventilación durante las horas de sueño.
Cómo afecta el aire acondicionado a la factura de la luz
El aire acondicionado oculta el calor, pero genera un importante gasto económico. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el uso de aire acondicionado puede añadir hasta 250 euros a las facturas de la luz durante los meses más cálidos.
Por tanto, para evitar un consumo elevado, es recomendable mantener la casa aislada, ya que esto puede reducir la necesidad de refrigeración. Así, se utilizarán persianas y cortinas para bloquear el calor durante las horas más calurosas. También se aprovechará la ventilación natural en las primeras horas de la mañana y por la noche para refrescar los ambientes de manera eficiente. Además, el uso de ventiladores puede mejorar la circulación del aire y crear una sensación de frescura sin el alto consumo energético del aire acondicionado.