El archivo del caso Tsunami en la Audiencia Nacional y en el Tribunal Supremo obra su primera noticia relevante. Marta Rovira, secretaria general de ERC, ha abandonado Suiza, donde ha residido los últimos seis años, y regresado a Cataluña. Junto a ella, el diputado Ruben Wagernsberg, también investigado por terrorismo. Pero el juez Manuel García-Castellón prorrogó la instrucción 24 horas fuera de plazo en 2021 y hoy todas las pruebas, todo el trabajo se quedan en un cajón, como también ocurre con Carles Puigdemont, principal impulsor del referéndum ilegal del 1-O y beneficiario de la ley de amnistía recientemente aprobada por las Cortes.
Los dirigentes han querido ser inmortalizados en el momento de cruzar la frontera, que han recorrido a pie, queriendo exhibir lo que supone una victoria tras las graves acusaciones que han pesado sobre ellos. Con Rovira y Wagernsberg también el vicepresidente de Òmnium, Oleguer Serra, el periodista de La Directa Jesús Rodríguez y el activista Josep Campmajó. Ha sido en torno a las 8:30 de la mañana de este viernes en La Jonquera (Girona) y entre aplausos de decenas ondeando esteladas. Entre quienes han dado la bienvenida estaba Oriol Junqueras, que ha recibido a Rovira con un cálido abrazo.
Fue el 19 de febrero de 2018 cuando comienzan los problemas judiciales para Rovira. Ese día comparece como investigada en relación con el procés ante el magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena. Un informe de la Guardia Civil la señala como pieza clave en su organización. Semanas después, el 23 de marzo, huye a Suiza y planta a Llarena, que la había requerido de nuevo, esta vez para comunicarle su procesamiento por un delito de rebelión, lo que dio pie a una orden de detención. Otra fecha clave es el 30 de agosto, cuando, tras una reunión con Puigdemont y Quim Torra, entre otros, se da a conocer la plataforma Tsunami Democràtic.
Y Tsunami, el 14 de octubre y con motivo de la sentencia del procés recién dictada, convoca movilizaciones que llegaron a colapsar el aeropuerto de Barcelona. Durante dos meses se sucedieron manifestaciones que en buen número terminaron en violencia. Para García-Castellón hubo terrorismo y Rovira o Puigdemont eran responsables.
“Acabemos el trabajo”
En sus primeras palabras ya en suelo español, Rovira ha lanzado un mensaje tajante: “Hemos venido para acabar el trabajo que hemos dejado a medias”. Por su parte, Wagensberg se ha acordado de las “personas que aún están en el exilio por las que luchar, a las que aún no se les ha aplicado la Ley de Amnistía”.
Pedro Sánchez se ha referido al regreso de Rovira desde Washington, al término de la cumbre de la OTAN, para opinar que no cree que vaya a influir en la evolución de las negociaciones para la investidura de Salvador Illa como president. “No creo que tenga que ver una cosa con la otra. Confío en la responsabilidad y el compromiso con Cataluña de todas las formaciones”, ha dicho. El presidente del Gobierno cree que la sociedad catalana y la española en general están cansadas de mirar al 2017.
“Se acaba una injusticia”, ha reaccionado Puigdemont desde Francia. “Con exiliados, encarcelados y perseguidos no se puede hacer política en igualdad de condiciones. Esto afecta a la democracia, y mientras dure la represión política no existirá ninguna normalidad posible”, ha comentado en la red social X.