Las CCAA disparan su gasto en 2024 por encima de los ingresos mientras el Gobierno pisa el freno y logra superávit temporal

Los gobiernos autonómicos han tomado el relevo a la Administración Central en el crecimiento del gasto público, pero los ingresos no experimentan el mismo ritmo por las bajadas de impuestos, lo que lleva a un aumento del déficit del subsector

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La vicepresidenta primera del Gobierno
La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. (EFE/Pedro Puente Hoyos).

El Gobierno central aumentó el gasto público entre 2020 y 2023 a un ritmo no visto anteriormente para hacer frente a la pandemia del covid y a la crisis inflacionista y energética, pero también para atender las subidas de las pensiones e inyectar recursos a las comunidades autónomas. Este impulso público ha apuntalado la recuperación del PIB y debería reducirse en 2024 por la vuelta de las reglas fiscales, pero continúa, y las acciones ya no proceden tanto de la Administración Central, sino de las comunidades autónomas.

Los gobiernos autonómicos han tomado el relevo del crecimiento del gasto público, según refleja el último informe de la Intervención General del Estado sobre las operaciones no financieras de las administraciones. En concreto, las comunidades autónomas registraron un aumento de los gastos (empleos) no financieros del 6,3% entre enero y abril de 2024 (4.571 millones más), mientras que los ingresos (recursos) solo crecieron un 1,6% (1.602 millones). El comportamiento fue el contrario en la Administración Central, con un crecimiento del gasto del 2,1% (1.812 millones) y un aumento de los ingresos del 5,1% (4.472 millones).

En esta divergencia ha incidido Manuel Hidalgo, profesor de Economía de la Universidad Pablo de Olavide y analista de Esade, durante la presentación del informe económico y financiero del think tank este jueves. “Tenemos a la Administración Central cuyo gasto se ha ido reduciendo por la retirada parcial de las medidas diseñadas para minimizar las crisis, pero se observa un aumento significativo del gasto público de las CCAA, sobre todo en sectores como son educación y sanidad. No ha llegado a compensar en términos generales, pero estamos ante una evolución diferenciada”, ha señalado.

Según Esade, las CCAA están “cubriendo en parte” la parcial retirada de la Administración Central en cuanto a la aportación del consumo público al PIB, de manera que continúa siendo una parte importante. Según la Contabilidad Nacional Trimestral publicada por el INE, el consumo público aportó un 0,7% anual en el primer trimestre de 2024, superando a la demanda externa (0,2%). El avance total del trimestre fue de un 2,5%, impulsado especialmente por el consumo de los hogares y, en menor medida, por la inversión.

Las CCAA generan más déficit cuando deberían reducirlo

Las autonomías se han visto con capacidad para llevar a cabo a la vez más aumentos de gastos y rebajas fiscales por los recursos récord del sistema de financiación autonómica. El informe de la IGAE desagrega el gasto por partidas y se observa que la que más aumenta es la remuneración de los asalariados, que ha subido un 5,9%, 1.774 millones. El 61% restante de aumento del gasto se reparte entre consumos intermedios, intereses e inversiones. El crecimiento de las remuneraciones se debe al pago atrasado de la subida salarial a los empleados públicos, un 3,5% en 2024, frente al 2,5% de 2022, a lo que hay que añadir la ampliación de la plantilla en los últimos años.

Teniendo en cuenta esta evolución y el reducido avance de los ingresos (afectados por las rebajas impositivas en muchas regiones), el déficit registrado por las CCAA hasta abril de 2024 en términos de contabilidad nacional es mayor (un 78,5% más, hasta 7.980 millones) que el de 2023 (4.471 millones). Además, la IGAE señala que “en el primer cuatrimestre de 2023 se recibieron del Estado anticipos a cuenta del sistema de financiación por importe de 700 millones, mientras en 2024 estos han ascendido a 1.617 millones”. Por lo que si se descuenta el efecto de los mayores anticipos, el incremento interanual del déficit alcanzaría el 99,7%.

En la Administración Central sucede al contrario e incluso registra un superávit de 1.988 millones frente al déficit de 672 millones del mismo periodo del año anterior. No obstante, este es un logro temporal, ya que cerrará el año con déficit y acumula la mayor parte del desajuste en términos de stock. Del déficit del 3,6% de 2023, 2,1 puntos correspondieron a la Administración Central y 0,91 a las CCAA, aunque ya en ese año fue el central el subsector que más redujo el déficit al aumentar menos los gastos y continuar el auge de los ingresos.

La foto general es la descrita, pero hay diferencias notables por CCAA. Los mayores descensos de ingresos se producen en Cantabria (-4,3%), La Rioja (-4,2%) y Andalucía (-3,2%). Esto supone 40, 20 y 321 millones menos, respectivamente. En el caso de Andalucía, la caída se concentra en los impuestos sobre el capital y en los impuestos sobre la producción y las importaciones, aunque la desagregación que hace el informe no permite apreciar al detalle la evolución de cada figura impositiva. Estas tres CCAA son además las tres que más han aumentado sus gastos: Andalucía un 10,4%; Cantabria un 9,3% y La Rioja un 9,1%.

Bajo estas cifras, los responsables de las comunidades autónomas y el Ministerio de Hacienda se reunirán el próximo lunes en el Consejo de Política Fiscal y Financiera para fijar las entregas a cuenta (adelantos del sistema de financiación) y los objetivos de déficit de 2025. El Gobierno ya ha anunciado que pretende cerrar el año que viene con un déficit del 2,5% para cumplir con las reglas fiscales, algo que la AIReF ve imposible si los gastos y los ingresos de las CCAA se siguen comportando como en 2024. En la misma línea, también considera que se rebasará el límite de gasto fijado por Bruselas para este año, el 2,6%, y reclama que el plan fiscal que se entregue a Bruselas en septiembre se acuerde con las autonomías.

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