Uno de los temas más comentados durante la campaña electoral en los comicios autonómicos de Cataluña fue el aspecto de la seguridad. La comunidad autónoma, y sobre todo su capital, han sido vistas cada vez como lugares con cierto peligro por los robos y las peleas, especialmente. Barcelona es, de hecho, la ciudad española con más hurtos en España, 465 al día durante 2023, lo que supone un 60% más que Madrid.
Pero más allá de los datos y las cifras, las redes sociales también ofrecen testimonios directos de personas que llegan a la ciudad y se encuentran de frente con esta realidad. Este ha sido el caso de Daniela, una joven influencer que vive habitualmente en Dallas (Estados Unidos) y que no hace mucho decidió pasar unos días en la ciudad condal. De su estancia allí, precisamente, subió un vídeo a TikTok -donde tiene más de 80.000 seguidores- explicando lo que ocurrió un día en el que fue a comer a un restaurante.
Los rumores eran ciertos
“Yo no quiero hacer la de las malas noticias”, empieza diciendo. “En Barcelona habían salido varios videos que están super trendy ahorita. Memes tipo ‘cuando llegas a Barcelona y tienes que estar cuidando tu cartera o guardando todo’. Y yo decía ¿Qué tan peligroso puede ser?”.
No sabía, sin embargo, que poco más tarde se encontraría con la respuesta, cuando decidió ir a uno de los restaurantes muy bien recomendado en internet: “En restaurante súper bonito, en una muy buena área. Tenía excelentes reviews y reseñas en Google”. Cuando llegaron, justo antes vieron cómo entraban dos chicos que ocuparon la última mesa libre. “Nos dijeron que para esperar teníamos que esperar en el área del bar”, algo que hicieron junto a otros dos chicos.
“Al lado del bar había una mesa como con cuatro hombres y pues ya estaban como que iban a pagar, estaban sacando las billeteras y tal”, continúa explicando Daniela. “Entonces empiezan a decirle al encargado del restaurante: ‘me han robado unos lentes que son súper caros’. Eso, claro, enfrente de los que estaban esperando.
El encargado del restaurante al principio desconfió, pues quienes denunciaban el robo habían estado todo el rato en la mesa. Pero el cliente seguía insistiendo en que eran “unos lentes súper caros” y que necesitaba encontrarlos. Que estaba seguro de que se los habían robado porque los llevaba consigo.
El ladrón es descubierto
Finalmente, el encargado cedió y decidió ver las cámaras de seguridad. “Rápidamente agarra su tablet y al momento que empieza a ver las cámaras, o sea que se nota que él está agarrando la tablet para verlas”, asegura Daniela.
Pero es en ese preciso instante cuando “uno de los dos chicos sale corriendo del restaurante”. Los hombres que habían denunciado el robo “fueron detrás de él corriendo”, pues en el breve lapso en el que todo ocurría ya habían visto en la pantalla “que uno de los dos chicos había agarrado los lentes”. “Bueno, fue un drama”, termina, pues no pudo ver lo que ocurría ya en la calle.
Unos hechos muy frecuentes
Poco después, el encargado se acerco a ellos y les dijo: “Disculpen que han visto esto”, pues era obvio que lo habían presenciado todo. “Empezamos a conversar y nos dice ‘esto es prácticamente el pan de cada día. Barcelona está súper insegura, la gente que se sienta afuera en el patiecito o tú sabes que en las aceras ponen las mesas cuando es verano porque el clima es bello. A la gente que está sentada afuera comiendo le quitan las carteras y les roban los celulares’”.
Les recomendó, por ello, que tuvieran mucho cuidado al venir de fuera y que vigilaran siempre sus bolsillos. “Yo estaba todo el tiempo con un cangurito que lo tenía súper pegado”, cuenta Daniela. Con todo, y pese que no quiere dejar a Barcelona como “la ciudad más insegura del mundo”, pidió “precaución, más precaución que en cualquier otra ciudad que yo conozca”.
“Al menos creo que insegura me sentí nada más en Barcelona”, termina, “así que si vas a ir, disfrútalo y todo, pero ten mucho cuidado, no te confíes de dejar el celular de repente en la mesa, de tener una carterita muy suelta”. Si no, puedes llevarte una sorpresa desagradable y pasar “un mal rato”.