La ITV es un procedimiento familiar para la mayoría de los conductores, quienes deben acudir periódicamente a estaciones fijas para comprobar que sus vehículos funcionan adecuadamente y que los mismos no suponen un peligro para ellos ni para terceros. Sin embargo, no todo el mundo sabe que puede ser sometido a inspecciones complementarias aleatorias y sorpresivas mientras circulan por las carreteras o vías urbanas.
Estas inspecciones técnicas son verificaciones inesperadas realizadas, totalmente al azar, por la autoridad competente en materia de tráfico, a veces utilizando unidades móviles de ITV. El objetivo es asegurar que los vehículos en circulación cumplen con las normativas de seguridad vial y protección ambiental.
En varios países europeos, estas evaluaciones repentinas han sido una práctica habitual durante años, ya que son promovidas por la Unión Europea con el propósito de reducir la contaminación ambiental y como medida esencial para la salud pública. En España eran realizadas, en un principio, sólo por los agentes de tráfico, pero desde hace algunos meses, se han intensificado mediante la incorporación de equipos más avanzados y personal especializado de estaciones de ITV, siempre bajo la supervisión de los agentes de tráfico.
En este sentido, las ITV sorpresivas pueden recaer tanto vehículos particulares como de transporte público y mercancías. Según la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV), en los primeros seis meses de 2024 se ha llevado a cabo aproximadamente 6.000 verificaciones de este tipo en España.
Dos clases de inspecciones
Las inspecciones en carretera pueden ser de tipo visual, hechas exclusivamente por agentes de tráfico, o mediante unidades móviles equipadas con los dispositivos necesarios y personal técnico cualificado para tal fin. En ambos casos, se revisan elementos como la identificación del vehículo, el sistema de frenado, la dirección, la visibilidad, el equipo de alumbrado y componentes eléctricos, los ejes, las ruedas, los neumáticos y la suspensión, el chasis y los elementos acoplados, así como las emisiones contaminantes.
Lo encargados de realizar la comprobación de los distintos sistemas prestan particular atención a la sujeción de la carga en los vehículos que lo requieran. Este aspecto se verifica mediante una evaluación visual del uso correcto del número adecuado de medidas de sujeción, la medición de fuerzas de tensión, el cálculo de la eficiencia de sujeción y la verificación de certificados correspondientes.
Las inspecciones técnicas en carretera también pueden ser más minuciosas, para lo cual, como ya se ha indicado, se utiliza una unidad móvil de ITV que está provista del equipo adecuado, incluido, entre otros, aquel que permite evaluar el estado de los frenos y la eficiencia de frenado, la dirección, la suspensión y las emisiones contaminantes del vehículo, según sea necesario, además de personal técnico cualificado con la formación requerida.
Desde AECA-ITV explican también que, si en el control que se hace en ITV en carretera se detectan defectos graves o muy graves, estos tienen que ser subsanados y, posteriormente, se debe presentar el vehículo en una estación ITV fija para comprobar su correcta subsanación. En caso de que en la ITV en carretera se detecte que el vehículo tiene la ITV caducada, se le impondrá la correspondiente sanción y el vehículo directamente deberá ir a una estación fija a realizar la inspección técnica correspondiente.