Las fiestas de San Fermín son todo un evento social que se sigue en los medios de todo el país. Las calles de Pamplona se llenan y reina la alegría allí por donde se mire. Sin embargo, en algunas ocasiones en estas aglomeraciones donde abunda el alcohol y otras sustancias pueden ser también el caldo de cultivo perfecto para que se produzca algún delito, como los robos o las agresiones sexuales.
Al respecto, el año pasado se pudo ver cómo el protocolo de agresiones por sumisión química -drogar a la víctima con un pinchazo o echándole algo en la copa- se activaba hasta en ocho ocasiones. A un nivel más general, los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Toxicología reflejaban como este tipo de prácticas estaban presentes en 1 de cada 3 agresiones sexuales en nuestro país.
Una situación, en resumen, que ha aumentado la inseguridad de quienes acuden a las fiestas y que en su momento incluso parecía que se producía en cada fiesta, pero que podría haber encontrado la solución en un objeto que ya está dando la vuelta al mundo.
Así vigila la pulsera
Su nombre es Centinela, y se trata de una fina pulsera de color naranja muy similar a las que se ponen en los festivales o parques de atracciones. Sin embargo, en realidad se trata de un sofisticado sistema de detección de estupefacientes, hasta 22 en el caso de su versión más completa -derivados de las aminas, incluyendo éxtasis, LSD o burundanga-, que en apenas 3 segundos es capaz de decirte si la bebida que estás tomando está contaminada al aparecer un círculo naranja -señal de que el test da positivo”-.
De hecho, Abel, el gerente de Aglaya Personalización -empresa responsable de Centinela- también sufrió un caso similar en sus propias carnes cuando, hace 16 años, se despertó en Barcelona una mañana sin recordar nada de lo que había ocurrido durante una fiesta.
“Hay que empezarla a usar cuando alguien se empieza a encontrar mal”, ha explicado Juan, otro de sus creadores, en una entrevista con la cadena Antena 3. “Retirando los film protectores que tiene, depositas una gota y en tres segundos se generan los resultados y se ve si son positivos o negativos”. La pulsera, además, incluye un código QR con geolocalización por si la víctima de repente despierta y no sabe dónde está, el cual también ofrece la posibilidad de llamar al 112 y ayuda a interpretar rápidamente los resultados.
Más tarde de lo previsto
Pero por sencillo que parezca el proceso, lo cierto es que ha llevado un gran trabajo fabricarla, motivo por el cual no la han podido sacar hasta que empezaron los sanfermines, pese a que su intención era sacarla antes para cualquier evento. Encontrar cómo proteger el reactivo químico hasta que se utilizara, por ejemplo, fue algo realmente complicado porque el uso de adhesivos podía condicionar los resultados.
En cualquier caso, los creadores de este artilugio, que ya se ha vendido muy bien durante estos días y ha tenido mucha repercusión internacional, han insistido en que “todo el proceso de desarrollo ha ido encaminado siempre a una orientación disuasoria y preventiva”. Es decir, que si alguien pretende drogar a una persona se lo piense dos veces al ver la pulsera, pues podría ser descubierto.