Lamine Yamal se ha convertido en una de las sensaciones del verano. Su gol ante Francia en las semifinales de la Eurocopa ha puesto la guinda a una temporada en la que se ha confirmado como un jugador clave tanto en su club como en el combinado nacional.
Pero más allá de su fútbol, de su enorme talento pese a su corta edad -aún tiene 16 años-, quienes han tratado con él han destacado también sus valores y su humildad, además de una madurez pocas veces vista en los futbolistas tan jóvenes. Los de fuera, los espectadores han podido ver también un curioso gesto que hace con las mano cada vez que celebra un gol: un 3, un 0 y un 4, las últimas cifras del código postal del barrio en el que se crio.
Rocafonda, el hogar de Lamine Yamal y su familia
Pese a que algunos usuarios de redes sociales e incluso representantes políticos han afeado la presencia de jugadores como Nico Williams o Lamine Yamal -no tanto la de otros como los hispano-franceses Laporte o Le Normand-, lo cierto es que ambos delanteros nacieron en España. En el caso de Yamal, de hecho, fue su abuela la que, hace 30 años, llegó a España procedente de Tánger cuando el padre del chico, Mounir Nasraoui, era aún un bebé.
Esa mujer recién llegada, llamada Fátima -un apoyo imprescindible para Lamine a día de hoy- vivió durante un tiempo en Madrid y más tarde se movió a la ciudad catalana de Mataró y se instaló en el barrio de Rocafonda, de código postal 08304. Lamine no nació allí, sino en Esplugues de Llobregat (Barcelona), aunque sí pasó gran parte de sus primeros años en el barrio donde vivían su padre -divorciado de su madre- y su abuela, hasta que, con seis años, se mudó a la Masía.
Sin embargo, una década después, la joven estrella del Barcelona y de la Selección sigue honrando al barrio en el que, por ejemplo, vio por primera vez un balón de fútbol, y en el que aún vive su abuela, con una celebración ya característica en él, que realizaba incluso cuando aún estaba en las categorías inferiores de su equipo.
Cómo es la vida en Rocafonda
El barrio al que homenajea Lamine Yamal cada vez que marca un gol es bastante conocido dentro de su ciudad y también en Cataluña. Se ubica en la parte noroeste de la ciudad, y pasa por ser objeto habitual de las críticas de partidos como Vox, que lo tildan de “estercolero multicultural” y de un importante foco de delincuencia e inmigración.
Los datos del último censo demográfico publicado por el Ayuntamiento muestran, en efecto, que la zona es habitada en su mayoría por personas de origen extranjero. Los nacidos en Marruecos suponen el 58,38% de la población total del barrio, que experimenta cada año un aumento de las cifras de población migrante, que también muestra las tasas más altas de natalidad.
Del barrio han circulado imágenes y noticias sobre ocupaciones, enfrentamientos con la policía y problemas con el narcotráfico. En el lado contrario, las asociaciones de vecinos reivindican que esta faceta es solo una pequeña parte de un barrio en el que la mayoría de habitantes se ayudan entre ellos para que la vida, allí, sea cada vez mejor, pese a los prejuicios que sufren diariamente y a que casi la mitad de las familias viven en riesgo de pobreza.
De hecho, el año pasado se volvieron virales las imágenes del padre de Lamine increpando a las personas que concurrían en un puesto de Vox en el barrio, llegando incluso a lanzar huevos y golpear carteles, además de agredir a uno de los allí presentes. “Tenemos que avanzar, ayudarnos, querernos, no separarnos. Mi madre ha cotizado aquí 50 años y mi abuelo fue militar aquí. No tienen derecho a decirme ‘Vete a tu país’, porque mi país es este”, dijo Mounir Nasraoui poco antes del juicio, que también recalcó que ese mismo día su hijo había estado representando a España en un partido frente a Hungría.