Cuando participó en La Saga Crepúsculo: Amanecer. Parte 1, tenía solo 10 años, pero llevaba desde los 7 siendo modelo infantil para marcas como Ralph Laurent o Guess Kids. Mackenzie Foy fue una de esas niñas prodigio que durante unos años, no pararon de protagonizar películas dentro de Hollywood. Hasta que, de repente, desapareció.
Para encarnar a la bebé recién nacida de Bella Swan y Eduard Cullen, o lo que es lo mismo, Kristen Stewart y Robert Pattinson, se utilizó una imagen manipulada digitalmente (todavía no habíamos entrado de lleno en la era de la Inteligencia Artificial), pero para encarnar a la precoz Renesmee, medio humana, medio vampira y que se desarrollaba a la velocidad del rayo, se optó por hacer un casting multitudinario.
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La trayectoria de una niña prodigio
La elegida fue Mackenzie Foy que tenía experiencia delante de las cámaras gracias a haber participado en numerosos anuncios publicitarios. Rápidamente, su rostro se convirtió en icónico por ser “el resultado” ficticio de la pareja de moda del momento por su romance tanto real como cinematográfico.
La pequeña cumplió a la perfección su papel en las dos últimas partes de la franquicia adaptación de las novelas de Stephanie Meyer e, inmediatamente después de este fenómeno juvenil, comenzó a encadenar sucesivos proyectos, entre los que, por ejemplo, se encontraba una película de terror que terminaría convirtiéndose en un clásico de culto como es The Conjuring: Expediente Warren, dirigida por James Wan.
En ella interpretaba a una de las hijas del matrimonio Perron, que empieza a tener episodios de sonambulismo cuando la familia se muda a una casa en la que sucedieron episodios extremos de brujería y prácticas satánicas. Su hermana en esa ficción, Joey King, acaba de estrenar la serie Fuimos los afortunados y la película de Netflix Un asunto familiar.
Después, sería reclutada por Christopher Nolan para su epopeya galáctica Interestellar (2014), en la que interpretaba el papel de Jessica Chastain cuando tenía 10 años, aunque en realidad, ya contaba con 14. Este papel le permitió explorar un género diferente y demostrar su versatilidad como actriz en una producción de alto presupuesto y con un gran despliegue visual.
Paulatina desaparición
Y es que su aspecto de niña la acompañó en su corta trayectoria, hasta el punto de que, ya con 20 años, cuando protagonizó la película de fantasía El cascanueces y los siete reinos, todavía aparecía como una pequeña ‘princesita’. Sería su última gran producción, junto a intérpretes como Helen Mirren, Keira Knightley o Morgan Freeman.
Su último papel acreditado fue en, Black Beauty, una producción de Disney basada en la mítica novela de Anne Sewell sobre una joven que, después de la pérdida de sus padres, establecía una conexión muy especial con un caballo. Además de actuar, Foy es una ávida practicante de taekwondo, donde ha alcanzado el nivel de cinturón negro. También disfruta de la equitación y la pintura.
Ahora, después de 4 años de silencio, parece que tiene un nuevo proyecto, The Man Who Save Paris, junto a Andy Serkis y Jean Reno, pero se encuentra en fase de preproducción y no tiene ni siquiera fecha de estreno. Su última aparición fue precisamente en el estreno de Un asunto familiar, de su amiga Joey King.