Al tiempo que Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) celebraba una victoria histórica en la primera vuelta de las legislativas francesas, miles de personas se concentraban en la Plaza de la República para protestar contra el ascenso meteórico de la ultraderecha, que está cerca de gobernar por primera vez en su historia.
Lo que comenzó siendo un encuentro entre los votantes y los líderes de la coalición izquierdista del Nuevo Frente Popular (NFP) para analizar el resultado de las urnas, acabó mutando en una movilización masiva bajo el grito de “Francia no es fascista”, que ya se suma a las tantas celebradas durante toda la campaña electoral en París, Bayona, el País Vasco francés y Lyon, entre otras localidades repartidas por todo el territorio.
En unas elecciones legislativas frenéticas en las que la gran protagonista es la movilización -más de un 60% de participación en la primera vuelta frente al 40% en 2022-, tanto la derecha como la izquierda se han desvivido por alentar a su electorado: los primeros para sumar los votos que le otorguen la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional; los segundos para impedirla.
En esta segunda vuelta, una alta asistencia volverá a ser clave, ya que una caída sustancial de la participación en el bloque centrista y de izquierda podría ser determinante para que RN logre la mayoría absoluta, según un estudio del laboratorio de estudios de opinión Cluster 17, publicado al conocerse los datos de la primera vuelta.
La estrategia de las triangulares pone en riesgo la mayoría de RN
Precisamente, la campaña del Nuevo Frente Popular ha estado enfocada en presentarse como la única alternativa a la formación que preside Jordan Bardella, y en esta segunda vuelta todo apunta a que RN y NFP protagonizarán el duelo más repetido en la mayoría de circunscripciones.
Tanto macronistas como el NFP acordaron retirarse de la contienda en aquellas circunscripciones en las que ocupasen el tercer lugar para reducir el duelo ‘a dos’, un acuerdo inusual entre los bloques de centro y de izquierdas. Hasta ahora, más de 210 candidatos se han retirado de la contienda (después de la primera vuelta, hubo hasta 300 circunscripciones con triangulares para la segunda vuelta).
Por parte de NFP, el acuerdo ha sido unánime, mientras que por el lado de la coalición que lidera el primer ministro Gabriel Attal afirmaron que lo estudiarían “caso por caso”. Es por eso que en algunas circunscripciones “rebeldes” habrá triangulares, y hasta cuadrangulares. En todo caso, al menos 130 renuncias registradas proceden de candidatos de los partidos de la izquierda, 82 de la alianza Ensemble y dos de la derecha tradicional de Los Republicanos. En la primera vuelta, RN obtuvo un 33.25% de los votos, por delante del NFP (28,63%), Ensemble 20.94% y Los Republicanos 6.55%.
Marine Tondelier, la “pesadilla” de Bardella
La amalgama de partidos que conforman el NFP ha derivado en tensiones internas entre las formaciones, principalmente en contra del líder de la Francia Insumisa Jean-Luc Melénchon, criticado por sus socios por “hacer una purga” con aquellos que han sido críticos con él. A pesar de que los líderes de la alianza progresista han acordado una hoja de ruta para los 100 primeros días de Gobierno, uno de los puntos que queda por cubrir es el de establecer un líder dentro de un partido con tantos egos.
Uno de los nombres que más popularidad ha alcanzado en la campaña de NFP es Marine Tondelier, la número uno del partido de Los Ecologistas (Les Écologistes). Ella ha sido una de las voces más críticas con el líder de LFI, al que, entre lágrimas, le achacó en una entrevista para France Inter de “no estar a la altura de la tarea de la historia”. “Los líderes políticos que esta mañana hablan más de la Francia Insumisa que de la RN se comportan como cobardes y privilegiados”, criticó.
Tondelier, que ya sabe lo que es enfrentarse a la ultraderecha, debía medirse este miércoles con Bardella en un debate televisivo que contó además con la participación de Attal, pero el candidato de RN rechazó la oferta, ya que su única demanda era que Mélenchon, a sabiendas de la impopularidad que rodea al líder izquierdista, representase al NFP. La huida fue anotada como una victoria para la dirigente ecologista: “¿Nos tiene miedo Bardella?”, cuestionó ante la negativa del pupilo de Le Pen.
“Han pasado diez años desde que fui elegida en la oposición a la Agrupación Nacional en Hénin-Beaumont. Conozco sus valores, sus métodos repugnantes. Y aprendí tres cosas: ¡Nunca bajar la cabeza, nunca bajar la vista, nunca rendirse!“, reivindicó el domingo 30 de junio ante la multitud reunida en la Place de la République, en unas declaraciones recogidas por la cadena gubernamental francesa France 24.