La Agencia Espacial Europea está decida a hacer más sustentable la industria espacial. Dos son los objetivos principales que se ha puesto la institución: reducir las más 11.000 toneladas de deshechos que giran alrededor de la Tierra, como consecuencia de la actividad humana en el espacio, y extender el tiempo en que los satélites pueden permanecer operativos una vez en órbita. Para esta última meta, la ESA ha encargado a las principales empresas europeas el desarrollo de las popularmente conocidas como “gasolineras espaciales”, naves capaces de reabastecer de combustible a los sistemas de comunicaciones, geolocalización, meteorológicos y de investigación científica que orbitan sobre nuestras cabezas.
Una de las compañías que ha recogido el guante de la agencia europea ha sido la española GMV. La firma madrileña ha desarrollado un dispositivo, al que han bautizado Assist, capaz de acoplarse a un satélite con el fin de no sólo repostar combustible, sino también suministrar otros fluidos e incluso nueva información y datos. Según han detallado desde la empresa, el Assit consta de dos partes: una interfaz pasiva, que debería estar instalada en el satélite a reabastecer, y otra activa, en la nave suministradora, que posee una sonda que debe introducirse en el sistema a aprovisionar.
“Esta sonda está provista de un mecanismo que se expande y se ancla en la cavidad, asegurando la captura del satélite. Alrededor de la sonda se encuentran los conectores para la transferencia de fluidos, de potencia y de datos entre los vehículos”, explica a Infobae España Joaquín Estremera, jefe de la Sección de Robótica de GMV. Estremera detalla que Assist “se puede instalar en diferentes clases de vehículos espaciales” siempre y cuando dispongan del espacio de instalación necesario y de las conexiones de fluidos.
Desde la compañía española señalan, justamente, que uno de los mayores desafíos es lograr un dispositivo lo suficientemente versátil para cubrir las necesidades de una amplia variedad de misiones, “de manera que su adopción sea atractiva para un gran número de fabricantes de satélites y de proveedores de servicios”. La tecnología de GMV es una firme candidata para ser elegida por la ESA para llevar a cabo misiones de demostración de sus capacidades en el espacio, las cuales debería realizarse a lo largo de los próximos cinco años.
“Actualmente, se está trabajando en pequeñas mejoras del diseño base para extender el rango de uso a condiciones operacionales más exigentes y ya se han realizado nuevas pruebas de captura del prototipo en las instalaciones de la ESA”, asegura Estremera. “El siguiente paso es el desarrollo de un modelo de ingeniería completo, funcionalmente equivalente al modelo de vuelo”.
Un brazo robótico
Otra de las empresas europeas que están dedicadas de lleno en el diseño de servicios en órbita es Thales Alenia Space, la firma creada conjuntamente por la italiana Leonardo y la francesa Thales. La compañía es la responsable del programa europeo Eross, que busca demostrar y explotar sistemas autónomos de robótica capaces de aproximarse y acoplarse a vehículos espaciales en órbita.
Según explica Stéphanie Behar-Lafenêtre, jefa del proyecto, están trabajando en el desarrollo de distintos componentes con los que estará equipado el sistema resultante, entre ellos, interfaces estándar similares a conexiones USB, que serán los encargados de realizar el repostaje, y un brazo robótico con el que capturar el satélite en cuestión. La fase de demostración en órbita está planeada para finales de 2028.
Beher-Lafenêtre apunta que este mecanismo “ha sido diseñado como una carga útil independiente que puede ser acomodada en diferentes tipos de vehículo espacial”, tanto para órbitas bajas como geoestacionaria. En este sentido, Thales Alenia Space es también responsable del diseño de una nave para su empleo en órbitas bajas. No obstante, “en el futuro se ofrecerán soluciones espaciales compatibles con cualquier órbita”, asegura la jefa del proyecto.