La hostelería española, y más concretamente sus trabajadores, afronta a diario los estragos de un sector muy precarizado. Cada día enfrentan situaciones de lo más rocambolescas e inverosímiles para poder conseguir un trabajo con un contrato que recoja unas condiciones laborales justas, dignas y que se cumplan, algo que en pocas ocasiones sucede. La cuenta de X (antiguo Twitter) de @soycamarero, con más de 150.000, denuncia estos abusos tan normalizados en el sector.
En una de sus más recientes denuncias, un trabajador o trabajadora recibe una serie de mensajes de WhatsApp donde un jefe o jefa le expone las condiciones laborales para trabajar en un restaurante o bar en verano en la localidad asturiana de Cudillero. @soycamarero acompaña la imagen de un breve texto que reza: “Llegó la temporada alta...”, denunciando las condiciones de la hostelería en verano. Concretamente, la oferta laboral consistía en “trabajar sin librar” hasta el próximo 31 de agosto.
La oferta, que incluye un alojamiento pagado en un piso compartido, consiste en un salario de 2.000 euros mensuales por trabajar sin descanso entre las 9 de la mañana y las 23 de la noche, con un descanso de dos horas para comer. Doce horas diarias de trabajo sin días de descanso, algo recogido como ilegal por el Estatuto de los Trabajadores, como bien responde la cuenta @noticiatrabajo. “Según el art. 34 del Estatuto de los Trabajadores, no se podrán superar las 9 horas de trabajo diarias, ni las 40 semanales.”
Detrás de @soycamarero
Desde hace seis años, Jesús Soriano se ha convertido en una voz crítica del sector hostelero en España a través del perfil de X (anteriormente conocido como Twitter) “Soy Camarero”. A través de esta plataforma, Soriano ha denunciado repetidamente las difíciles condiciones laborales que enfrentan los trabajadores de la hostelería, señalando la vulneración de los derechos laborales como una problemática constante en el ámbito.
En una conversación con Infobae España, Soriano destacó la relevancia de los horarios extendidos y no remunerados que sufren los camareros. Según explica, “Si el cliente va a la una, muy fácilmente hasta las tres no va a salir el camarero y todas esas horas se quedan en el aire”. En la mayoría de los casos, estas horas extras no se reconocen económicamente o se pagan como si fueran horas ordinarias, dejando al margen el plus por nocturnidad que correspondería por ley.
La problemática se extiende más allá de las horas nocturnas. Las jornadas laborales pueden alcanzar de 60 a 70 horas semanales debido a tareas adicionales necesarias tras la salida del último cliente. Este panorama afecta severamente la compatibilidad entre la vida personal y laboral del trabajador, con horarios partidos que apenas dejan espacio para el descanso, mucho menos si el local se encuentra lejos de la vivienda.
Soriano también subraya la frecuencia con la que se incumplen los días de descanso y los bajos salarios como puntos críticos dentro del sector. Como medidas correctivas, apunta a la importancia de la denuncia tanto a través de sindicatos como de abogados especializados en derecho laboral, así como al papel fundamental que deben jugar las inspecciones de trabajo para mejorar estas condiciones.