La princesa Leonor y su padre, Felipe VI, derrochan complicidad en el acto militar de Lleida: la gran diferencia en sus uniformes

La princesa Leonor aún se recupera del cúmulo de sentimientos que vivió el pasado 3 de julio, cuando recibió el título de dama alférez y la Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco en la Academia General Militar de Zaragoza y puso fin a su paso por el Ejército de Tierra. Tan solo 48 horas después de su gran día, la heredera ha vuelto a ser la protagonista de un acto militar.

Este viernes, 5 de julio, la princesa de Asturias se ha trasladado, junto a su padre, Felipe VI, hasta la provincia de Lleida para presenciar en la entrega de Reales Despachos de la nueva promoción que ha terminado su formación en la Academia General Básica de Suboficiales del Ejército de Tierra de Talarn.

Se trata de una ceremonia muy especial, puesto que la primogénita de los reyes Felipe y Letizia estrena su título como dama alférez cadete y Gran Cruz del Mérito Militar y, además, en dicho acto se conmemora el 50º aniversario de la creación de la Escala Básica de Suboficiales, y de la propia Academia General Básica de Suboficiales.

Vestidos con su respectivo uniforme militar color caqui y sus gorras de plato, Felipe y Leonor han vuelto a hacer alarde de la complicidad que hay entre ambos. El monarca ha estado atento a su hija, a quien le ha explicado cada uno de los momentos que se vivían en el acto. Y es que, en un futuro, será ella quien esté al frente de este tipo de actos militares.

La princesa de Asturias ha acudido al acto con el uniforme de gala del Ejército de Tierra, tal y como indica el protocolo al estar en plena formación castrense. En su cuello, ha lucido la máxima condecoración española: la del Toisón del Oro, representada con un lazo rojo del que cuelga un vellocino de oro. También ha llevado la banda blanca de la Orden del Mérito Militar.

Si bien es cierto que su padre ha vestido las mismas prendas, la gran diferencia entre sus uniformes se encuentra en la cintura, según adelanta Vanitatis. Y es que Felipe VI lleva un fajín rojo, una distinción que llevan los generales del Ejército de Tierra y, en el caso del monarca, es además capitán general del Ejército. Por su parte, Leonor ha lucido el ceñidor que llevan todos los militares en su uniforme de etiqueta.

La otra gran diferencia se sitúa en los complementos, pues si bien Leonor lleva una única Cruz, Felipe VI ha llevado, además de esta, la Cruz del Mérito Aeronáutico con distintivo blanco y la Cruz naval, condecoraciones que la heredera aún no tiene, pero que se encuentra en formación para ello.

Tras disfrutar de unos días de vacaciones en Jaca, Leonor ha retomado su agenda constitucional, que está repleta de importantes citas. Conscientes de su papel en la monarquía española, su rostro empieza a ser uno de los habituales en los diferentes actos públicos de la familia real.

Esta semana volverá a ser la gran protagonista junto a su hermana, la infanta Sofía, pues el próximo 9 de julio acudirán juntas al taller de la artista de plástico catalán Jaume Plensa en Sant Feliu de Llobregat, en Barcelona. Una cita que servirá de prólogo a la ceremonia anual de los Premios Princesa de Asturias de Girona, celebrada en Lloret de Mar, y en el que, además de ellas, estarán presentes los reyes de España.

Por si fuera poco, la princesa protagonizará su primer viaje al extranjero el próximo 12 de julio. La heredera visitará Portugal tras haber sido invitada expresamente por el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa. Aunque será en solitario, estará acompañada por el Ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares.