El sorprendente motivo por el que denegaron la pensión de incapacidad permanente a un hombre: la estrategia del tribunal médico fue clave

El bufete de abogados Fidelitis expone un caso en el que el tribunal negó la solicitud de pensión por Gran Invalidez a un solicitante por discrepancias con las respuestas de su acompañante

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El Tribunal Médico denegó la pensión por Gran Invalidez a este solicitante (Freepik)
El Tribunal Médico denegó la pensión por Gran Invalidez a este solicitante (Freepik)

Un vídeo publicado recientemente por el bufete de abogados Fidelitis, especializado en la obtención de pensiones por incapacidad permanente, expone una sorprendente denegación de la solicitud de pensión por gran invalidez. Dentro de su sección ‘Casos locos del tribunal médico’ explican esta estrategia, empleada por el Tribunal Médico del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). Este organismo valora la situación del trabajador mediante la redacción de informes que posteriormente son utilizados por la Seguridad Social para decidir sobre la concesión de la prestación.

En este caso concreto, el solicitante buscaba obtener una prestación por Gran Invalidez, el mayor grado de incapacidad que recoge el sistema de la Seguridad Social. Este grado se aplica cuando el trabajador incapacitado permanente necesita la asistencia de otra persona para los actos más esenciales de la vida, por lo que el solicitante deberá ir acompañado al tribunal médico de este asistente. En el caso que expone Fidelitis, el Tribunal Médico entrevistó a ambas personas por separado, y, dadas las discrepancias entre sus respuestas, rechazaron la solicitud.

Consideraron que su relación de dependencia no estaba lo suficientemente fundamentada y razonada, al no responder igual a varias de las preguntas realizadas. Desde Fidelitis advierten de esta estrategia; avisando de que ambas personas serán entrevistadas por un Tribunal Médico que requerirá de respuestas similares.

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Grados de incapacidad

En España, los grados de incapacidad permanente están recogidos en la Ley General de la Seguridad Social, y gestionados por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). Se clasifican en cuatro categorías:

  1. Incapacidad Permanente Parcial para la Profesión Habitual: Esta categoría se refiere a la disminución no inferior al 33% en el rendimiento normal del trabajo habitual del trabajador, sin impedirle la realización de las tareas fundamentales de su profesión.
  2. Incapacidad Permanente Total para la Profesión Habitual: Implica la imposibilidad de realizar las tareas fundamentales de la profesión habitual del trabajador, aunque este puede dedicarse a otra actividad diferente.
  3. Incapacidad Permanente Absoluta para Todo Trabajo: Se refiere a la imposibilidad total del trabajador para llevar a cabo cualquier tipo de trabajo u oficio, lo que le incapacita completamente para cualquier actividad laboral.
  4. Gran Invalidez: Esta categoría se otorga a quienes, además de estar incapacitados para todo tipo de trabajo, necesitan la asistencia de otra persona para realizar los actos más esenciales de la vida diaria, como vestirse, desplazarse o comer.

Estas clasificaciones se otorgan tras una evaluación médica llevada a cabo por el Equipo de Valoración de Incapacidades (EVI) del INSS, y pueden implicar distintas prestaciones económicas y ayudas sociales.

Información que tiene en cuenta el tribunal

Las evaluaciones de incapacidad, así como sus revisiones, son realizadas por un Tribunal Médico del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). Este organismo valora la situación del trabajador mediante la redacción de informes que posteriormente son utilizados por la Seguridad Social para decidir sobre la concesión de la prestación.

Para someterse a la evaluación, es vital que el solicitante esté bien preparado. Esto incluye proporcionar información y documentos claros al médico examinador. La información que tendrá en cuenta son las preguntas sobre el estado actual del paciente, la que obtenga de una una exploración física detallada y de un cuestionario psicológico. Estas evaluaciones pueden incluir pruebas específicas según la dolencia reportada, como ejercicios para valorar la movilidad en casos de lumbalgia.

Las 4 ayudas que no son compatibles con la pensión de incapacidad permanente.

Preguntas trampa

En una evaluación médica, es común que se formulen preguntas específicas para entender mejor la situación del paciente. Estas preguntas incluyen la evaluación de su mejoría reciente, la descripción de su puesto de trabajo y las tareas esenciales, así como las dificultades que enfrenta en su desempeño profesional.

El objetivo de estas preguntas es comprender el estado del paciente y cómo sus dolencias afectan su vida diaria. Entre algunas de las preguntas destacadas se encuentran:

  • ¿Has venido solo a la evaluación?
  • ¿Qué actividades realizas en tu rutina?
  • ¿Por qué crees que necesitas una incapacidad permanente?
  • ¿Por qué etapas has pasado durante tu enfermedad o lesión?
  • ¿Notas que has mejorado últimamente?
  • ¿Qué puesto ocupas y cuáles son las tareas fundamentales de tu profesión?
  • Explica las dificultades que tienes en el desempeño de tu trabajo
  • ¿Muestras conformidad con lo que la mutua o tu especialista afirmas sobre tus dolencias?
  • ¿Cómo te afectan tus síntomas o secuelas?
  • ¿Cómo te sientes actualmente?

Los pacientes a menudo temen estas llamadas “preguntas trampa”, que son diseñadas para profundizar en detalles específicos sobre las limitaciones que la enfermedad o lesión imponen, así como la conformidad del paciente con la evaluación de su mutua o especialista.

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