Así funciona el protocolo de atención primaria en la detección de la violencia de género

El sistema sanitario público cuenta con un protocolo de detección precoz para evitar casos de violencia de género

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Una médica habla con una
Una médica habla con una paciente (Pexels)

España ha pasado en estos últimos días una de las jornadas más terribles en violencia de género. Durante la noche del viernes 28 al sábado 29 de junio, se produjeron tres crímenes machistas que acabaron con la vida de cuatro mujeres y dos menores. Tras esta trágica fecha, el número de mujeres asesinadas a manos de su pareja o expareja asciende a 21 este 2024, un total de 1.265 desde que se iniciaron las estadísticas oficiales en 2003.

Este año, además, nueve menores han sido víctimas de violencia vicaria. Se trata de la peor cifra desde 2015, año que cerró con el mismo número de menores asesinados.

Para prevenir estos casos, el sistema sanitario público español cuenta con un protocolo de detección precoz dentro de la atención primaria. Este protocolo plantea que el personal sanitario debe tener una actitud de alerta ante la presencia de conductas, síntomas o signos de sospecha. Además, se recomienda que en la primera visita de cada mujer, al iniciar la historia clínica, se realicen preguntas exploratorias de abordaje psicosocial.

Detección y valoración

El primer paso es la detección y valoración. Los sanitarios cuentan con un guion de preguntas en la primera visita de mujeres al centro de salud, cuando se abre la historia clínica. Existen una serie de indicadores de sospecha que pueden hacer saltar las alertas:

  • Antecedentes de haber sufrido malos tratos en la infancia
  • Antecedentes personales y de hábitos de vida, como lesiones frecuentes, abuso de alcohol y drogas o de medicamentos, sobre todo psicofármacos.
  • Problemas gineco-obstétricos: falta de control en la fecundidad, lesiones genitales, en el abdomen o las mamas, dolor pélvico, historial de abortos repetidos...
  • Síntomas psicológicos como insomnio, depresión, ansiedad o intentos de suicidio.
  • Síntomas físicos como la cefalea, el dolor crónico en general, mareos, molestias gastrointestinales...
  • Uso de los servicios sanitarios: falta a las citas o el tratamiento, comenzar a acudir con la pareja cuando antes no lo hacía, periodos de hiperfrecuentación seguidos de periodos de largas ausencias...

Se insta a prestar más atención en situaciones de mayor vulnerabilidad, como en el embarazo, la jubilación, enfermedad discapacitante o aislamiento familiar, que aumentan la dependencia de la pareja.

Identificación

Cuando el personal sanitario sospecha que una mujer puede ser víctima de violencia de género, debe intentar confirmar o descartar la situación. Para ello, se realiza una entrevista clínica específica. Se recomienda ver a la mujer sola, mantener una actitud empática y abordar directamente el tema del maltrato, así como expresar claramente que nunca está justificado.

Si la mujer termina por reconocer la situación de violencia, se recomienda creer su testimonio sin ponerlo en duda, ayudarle a pensar, ordenar sus ideas y tomar decisiones, alertarle de los riesgos de su decisión, pero aceptarla; no dar falsas esperanzas...

El Ministerio de Igualdad alerta de una situación de "emergencia" por violencia machista en España.

Valoración

Una vez que la mujer reconoce estar en una situación de maltrato, se debe proceder a realizar una exploración minuciosa de las lesiones y de su estado emocional, informándole de las exploraciones que se realizan y de su finalidad. Se realiza una valoración biopsicosocial (lesiones y síntomas, situación familiar, económica y laboral, red de apoyo..., de la situación de violencia (de qué tipo, mecanismos de adaptación, fase del proceso....) y de la seguridad y el riesgo.

Actuación

A partir de este momento, se desarrolla una importante labor de información y atención a la mujer, así como la derivación a otros especialistas cuando el caso lo requiera. Se identifican tres situaciones:

  • Sospecha de malos tratos: se debe en este caso registrar la sospecha en la historia clínica, informar a la mujer de la situación en la que se encuentra y llevar un seguimiento en consulta.
  • Mujer que reconoce malos tratos pero no se encuentra en peligro extremo: además de los pasos anteriores, se debe derivar, si se estima necesario y con el consentimiento de la mujer, al personal de trabajo social y a los recursos disponibles adecuados para el caso. Cuando proceda, habrá que emitir parte de lesiones y actuar con los hijos u otras personas dependientes.
  • Situación de peligro extremo: en este caso, se debe informar de la gravedad de la situación y plantear posibles estrategias, derivar con carácter urgente a trabajo social o los servicios de apoyo y llamar al 112 o los servicios específicos de la región.

* Si lo necesitas, puedes llamar al teléfono gratuito de información y asesoramiento jurídico 016, un servicio público puesto en marcha por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, en funcionamiento las 24 horas del día, y en el que serás atendida por profesionales especializadas en esta materia. Este servicio garantiza la confidencialidad de los datos de las personas usuarias y atiende en 53 idiomas. También puedes comunicarte por WhatsApp en el número 600 000 016 y por correo electrónico escribiendo a: 016-online@igualdad.gob.es. Si eres menor de edad y crees que alguien de tu entorno está sufriendo violencia de género, puedes llamar a ANAR, al número de teléfono 900 20 20 10.

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