Los pasos para solicitar la incapacidad permanente por fibromialgia

La fibromialgia es una enfermedad reumática crónica que se distingue por producir dolor generalizado en el sistema musculoesquelético

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Mujer sufriendo de fibromialgia (Shutterstock)
Mujer sufriendo de fibromialgia (Shutterstock)

La fibromialgia es una enfermedad reumática crónica que se distingue por producir dolor generalizado en el sistema musculoesquelético. Entre los síntomas más comunes se encuentran cefaleas, fatiga extrema, alteraciones del sueño, colon irritable y desequilibrio emocional. Esta enfermedad, que afecta notablemente la calidad de vida de quienes la padecen, sigue siendo de etiología desconocida.

El diagnóstico de fibromialgia se basa en la presencia de dolor difuso durante al menos tres meses y sensibilidad en al menos 11 de 18 puntos específicos en el cuerpo y se realiza por exclusión, descartando primero otras patologías que presentan síntomas similares.

En España, se estima que la fibromialgia afecta a más del 3% de la población, predominando en mujeres de entre 20 y 50 años. Esta enfermedad tiene un origen incierto, aunque se ha asociado con la alteración de neurotransmisores, factores genéticos, infecciones, traumas físicos o emocionales y otras condiciones subyacentes. Además, la fibromialgia representa aproximadamente el 20% de las consultas en reumatología en el país.

No debe confundirse la fibromialgia con el síndrome de fatiga crónica (SFC), aunque ambos presentan síntomas que pueden superponerse, como la fatiga intensa y dolores musculares. El SFC es diagnosticado mediante los criterios de FUKUDA, que requieren la presencia de fatiga severa durante más de seis meses sin otra causa aparente y al menos cuatro síntomas adicionales.

El impacto de la fibromialgia en la vida diaria puede ser severo, llegando a incapacitar a las personas para realizar tareas cotidianas como vestirse o peinarse. La valoración de la incapacidad laboral debido a esta enfermedad es compleja debido a la subjetividad de los síntomas y la dificultad para establecer evidencias científicas objetivas.

Baja laboral por fibriomialgia

Para solicitar la baja laboral por fibromialgia, es esencial realizar estudios médicos que confirmen el diagnóstico. En casos severos, se puede tramitar una incapacidad permanente total (IPT) si los síntomas dificultan el desempeño en la profesión habitual, requiriendo al menos 11 puntos de dolor objetivados. Cuando los síntomas superan este umbral, podría concederse una incapacidad permanente absoluta (IPA) para cualquier trabajo, proceso que suele resolverse principalmente por la vía judicial.

El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), la entidad responsable, a menudo presenta obstáculos en estos casos debido a la variabilidad de los síntomas de la fibromialgia. Algunas personas mantienen su funcionalidad mientras que otras enfrentan serias dificultades para realizar tareas cotidianas.

Para evaluar adecuadamente el grado de afectación, se utilizan herramientas como el SS SCORE (Índice de Gravedad de Síntomas) y el WPI (Índice de Dolor Generalizado). Además, los exámenes necesarios incluyen análisis clínicos, evaluaciones psicológicas y pruebas físicas que correspondan a los dolores reportados por los pacientes.

Solicitud de incapacidad permanente

Solicitar la incapacidad permanente por fibromialgia requiere que el solicitante presente un cuadro clínico detallado y avalado por informes médicos. Estos informes pueden provenir tanto de médicos públicos como privados y deben describir la limitación de la movilidad y el dolor asociado con la enfermedad, como sugieren publicaciones especializadas en el tema.

Para esta evaluación, los informes generalmente son emitidos por el médico de cabecera o por un especialista en reumatología. Es esencial que se detallen los síntomas, los resultados de las pruebas realizadas y el tratamiento prescrito, incluido el uso de analgésicos fuertes como un indicador del nivel de dolor.

Las 4 ayudas que no son compatibles con la pensión de incapacidad permanente.

El primer paso en el proceso de solicitud es reunir toda la documentación médica pertinente y considerar la asesoría de un abogado especializado en incapacidades laborales permanentes. El caso se presenta ante el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), que cita al paciente para una evaluación ante el Tribunal Médico correspondiente en su Comunidad Autónoma.

Después de esta evaluación, el INSS emite una resolución en aproximadamente un mes, aunque este plazo no es fijo. La resolución puede conceder o denegar la incapacidad permanente, especificando el grado concedido si se aprueba. Si se concede, la Seguridad Social comenzará a pagar una pensión mensual al solicitante.

En caso de una resolución denegada, el solicitante tiene 30 días hábiles para presentar una reclamación previa ante el mismo INSS. Si esta reclamación también es denegada, se debe presentar una demanda judicial ante el juzgado de lo social territorialmente competente, aportando toda la documentación administrativa y médica disponible.

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