Tras casi dos años de incertidumbre, el catalán fue detenido por la Policía Nacional y los Mossos d’Esquadra el pasado 26 de junio en un zulo de 30 m2 en la urbanización Les Pinedes de l’Armengol, en el municipio barcelonés de Torre de Claramunt. Ahora, cumpliendo una condena de cinco años y ocho meses en la cárcel de Brians 2 por maltrato habitual, lesiones, delito leve de amenazas y delito leve de vejaciones hacia la madre de sus hijos, Fayna revela que se encuentra mucho más tranquila, pero también confiesa que “tendrá miedo de por vida”.
Y es que, la canaria ha comentado a la revista Lecturas cómo ha sido toda su historia de maltrato a lo largo de los años y cómo vivió la detención de su expareja. Ha confesado que actualmente ha entrado en un “shock emocional”, y que sufre de ansiedad crónica por todas las emociones que ha experimentado en los últimos días. Y a pesar de que por fin “se ha hecho justicia”, sigue manteniendo la sensación de que su sufrimiento no acabará con su detención, llegando incluso a apuntar que desde la cárcel Navarro seguirá lanzando puñales contra ella. “Seguirá yendo a por mí”, ha confesado a la revista.
Algo que efectivamente sucedió días después de su entrada en Brians 2 y tras la entrevista de Fayna con Lecturas. El programa TardeAR se puso en contacto con él a través de una carta y en su respuesta el detenido criticó que la madre de sus hijos no le permitiera tener contacto con ellos. Sin embargo, la propia Fayna ha relatado varios episodios violentos hacia ella mientras que sus hijos se encontraban delante. De hecho, en uno de ellos, su hijo pequeño llegó a tirarle un batido a su padre para defenderla a ella.
“Va a morir matando”
“No tengo la sensación de que sea el fin de la historia, con él desgraciadamente nunca lo es. Sé que igual que tenía la cara dura de hablar cuando estaba escondido, ahora va a escupir veneno contra mí. Va a morir matando”, asegura. Además, la canaria tuvo que huir de la península del miedo a poder encontrárselo durante sus meses fugados: “Si llego a vivir en la península, probablemente estaría mucho peor de lo que estoy... o no estaría”, ha sentenciado.
La policía ha buscado al fugitivo a lo largo de estos dos años, y aunque varias personas habían afirmado haberlo visto en alguna ocasión por el pueblo comprando, la policía ha tardado en dar con él: “Estos dos años la policía habló conmigo en alguna ocasión pero me dijeron que no lo hiciera público”, ha explicado Fayna. Aunque también reconoce que su situación ha sido extraordinaria, debido al apoyo de los medios de comunicación. Algo de lo que carecen el resto de víctimas de violencia de género.
“El sistema sigue funcionando mal mientras sigamos teniendo miedo. No me voy a olvidar de las mujeres que pasan por lo mismo que yo”, la exconcursante de Gran Hermano ha relatado que en algunas ocasiones sintió que representaba a todas las víctimas. Y ahora que su situación parece haberse zanjado, quiere seguir ayudando al resto de mujeres.