Marta Luisa de Noruega y su prometido, el autoproclamado chamán Durek Verrett, ultiman los preparativos de la boda del año. El próximo 31 de agosto la pareja contraerá matrimonio en un fiordo del país y ya se conocen varios de los detalles exigidos por los novios para asistir a la unión.
La princesa ha confirmado que la boda estará oficiada en dos religiones diferentes. “Estamos encantados de anunciar que la reverenda Margit Lovise Holte oficiará nuestra boda en Geiranger el 31 de agosto, siguiendo el rito de boda de la iglesia noruega. Michael Beckwith también participará en la ceremonia con un saludo. Esperamos este hermoso día con mucha alegría”, ha compartido la hija del rey de Noruega a través de sus redes sociales.
Y es que en Noruega prima la religión protestante, basada en el luteranismo cristiano. Una de las cualidades de esta Iglesia es que permite a las mujeres ser órganos de autoridad religiosa, como sacerdotisas u obispas. Por otro lado, el director Michael Beckwith proviene de la religión del Nuevo Pensamiento del Centro Espiritual Internacional Agape en Beverly Hills, una comunidad espiritual de California cuya corriente surgió a principios del siglo XIX y que persigue el pensamiento de las culturas griega, romana, egipcia, china, taoísta, hinduista y budista.
La boda se celebrará a lo largo de cuatro días, comenzando así el jueves 29 de agosto en la localidad de Ålesund. Para la unión, tal y como adelantó el medio noruego Se og Hør, la pareja dispondrá de dos hoteles distintos en la ciudad a los que los invitados podrán llegar con el transporte facilitado por los novios desde el aeropuerto. Además de estos, dispondrán de otros tres hoteles en la ciudad de Geiranger, cuyos gastos tendrán que afrontar los propios asistentes.
La ceremonia comenzará con una fiesta de Meet and Greet en la que la pareja dará la bienvenida a sus invitados. Ocurrirá en el patio trasero del Hotel 1904, en el centro de Ålesund, y en ella los asistentes tendrán que vestirse de acuerdo a un código de vestimenta impuesto por los novios. Este deberá ser “sexy y cool”.
Al día siguiente, el viernes por la mañana, los asistentes disfrutarán de un paseo en barco por los espectaculares fiordos noruegos. Más concretamente visitarán el fiordo de Geiranger, una maravilla de la naturaleza declarada como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 2005.
Una vez sean marido y mujer, Marta Luisa y Durek dirán adiós a sus seres queridos con un brunch de tres horas. Durante la ceremonia y la posterior comida, los invitados tienen terminantemente prohibido hacer fotos y además, se ha anunciado la actuación del grupo musical The Black Eyed Peas y hay rumores sobre la posible aparición de Stevie Wonder.
La princesa habló hace unos meses sobre algunos detalles de sus nupcias con el chamán en HeartSmart Conversations, el pódcast que tiene junto a sus amigas Lilli Bendriss y Mari Manzetti. En él reveló que “será muy poco tradicional para una boda noruega” y aclaró que lo van a celebrar de la manera en la que ellos han deseado: “Probablemente, habrá algunas sorpresas para la gente. Precisamente porque hemos elegido hacerlo como queremos. Él es estadounidense y yo noruega, por lo que habrá una mezcla perfecta”.
En cuanto a su vestido, no quiso desvelar detalles importantes, pero sí que confirmó que su maquillaje será sencillo, ya que reveló que es una mujer muy sensible y teme arruinarlo si se emociona. “Estoy viviendo con estrés. Pero todo estará bien. Una vez que llegue allí, incluso si todo sale mal, todo estará bien. Porque no me va a importar si algo sale mal, o si las cosas no salen como lo planeamos. De todos modos será maravilloso, porque Durek y yo nos casaremos”, se sinceró con sus amigas.
Una boda envuelta en controversia
La pareja es el centro de la polémica en el país escandinavo, ya que el elegido para convertirse en el esposo de la princesa de Noruega no es santo de la devoción de sus ciudadanos. Los medios noruegos tienen sus dudas sobre la ocupación de Durek Verrett, quien se ha visto envuelto en polémicas por sus declaraciones sobre, por ejemplo, el cáncer y los niños.
En 2019, el chamán publicó el libro Spirit Hacking, en el que defendió varias teorías que la sociedad noruega no ha olvidado. Entre ellas, opinó que los niños contraen cáncer porque ellos lo desean y ponía en duda la eficacia de la quimioterapia, indicando que solo se utilizaba para que los médicos ganaran dinero.
Por otro lado, también apuntó que el sexo casual atraía a los “espíritus subterráneos”, los cuales provocaban una huella en la vagina y declaraba que solo él podía “limpiarlas”. Además, confesó que es “una especie híbrida de reptil y Andrómeda”, y que “resucitó” cuando tenía 27 años y sus habilidades le permitieron predecir los atentados del 11 de septiembre; sin embargo, para él cada uno tiene que “aceptar su destino” y no quiso intervenir.
Por estas cuestiones, entre las que también se encuentra “su capacidad para rejuvenecer a las personas gracias a su poder para convertir átomos”, medios noruegos como Dagbladet calificaron el libro como “delirios de un lunático”. Verdens Gang, el periódico más leído del país, declaró que se trataban de “tonterías, basura y palabras sucias”.
La primera boda de Marta Luisa de Noruega
Aunque no es la primera vez que las relaciones de Marta Luisa ponen en crisis la monarquía de Noruega, ya que su anterior matrimonio con Ari Behn también estuvo cargado de polémicas. El escritor comenzó su matrimonio posando completamente desnudo una semana antes de casarse para la portada de la revista Se og Hör. Otros episodios controvertidos ocurrieron al participar en un documental esnifando cocaína con varias prostitutas a su alrededor.
Y uno de los últimos debates públicos surgió al revelarse imágenes del artista junto a la influencer Marna Haugen. Unas fotografías tomadas en un fotomatón en las que se les veía muy cariñosos, e incluso en una de ellas él aparece con su cara entre sus pechos. Y aunque Behn defendió que la princesa y él tenían una relación abierta, fue la gota que colmó el vaso. Finalmente, ambos se separaron en 2017 y tres años después, el escritor se quitó la vida a los 47 años.