Cuando un testigo luminoso se enciende en el tablero de un coche, la primera reacción de muchos conductores es de inquietud. Estos pequeños indicadores son luces de advertencias diseñadas para alertar sobre diversos problemas que pueden surgir en el vehículo. Ignorarlos puede llevar a consecuencias graves, incluyendo costosas reparaciones y largos tiempos de espera para solucionar la avería.
El significado de los testigos luminosos varía según el color, y en función de la avería se le relaciona con los colores de los semáforos, siendo estos verdes, amarillo o ámbar, y rojo. Los testigos que no sean ni rojo ni amarillo, ya sean de colores como verdes y azules, suelen indicar que un sistema del vehículo está activado, como las luces altas o los intermitentes, pero no es ninguna avería. Los testigos amarillos o naranjas sugieren precaución, insinuando que algo requiere atención, pero no es una emergencia inmediata. Los testigos rojos, por su parte, alertan sobre problemas serios que necesitan atención urgente, como fallos en el sistema de frenos o en el motor.
No existen un número de testigos determinados en los coches. Estos dependen del año de fabricación del vehículo, de si es diésel, gasolina, híbrido o electrónico, entre otros, y cuanto más moderno más innovaciones tendrá, por lo que también más testigos.
Testigos como ‘revisar motor’, el aceite o los frenos
Uno de los testigos más comunes y preocupantes es el de ‘check engine’ o ‘revisar motor’. Este testigo puede indicar una amplia gama de problemas, desde algo tan simple como una tapa del tanque de combustible mal colocada hasta problemas más serios en el motor. Cuando esta luz se enciende, la recomendación general es detener el coche de manera segura y apagar el motor. A continuación, se debería contactar con un mecánico o llevar el vehículo a un taller para un diagnóstico exhaustivo.
Así mismo, otro de los más importantes es el de los frenos. El testigo, una exclamación dentro de un círculo entre paréntesis, suele encenderse por el freno de mano activado. Si sigue encendido al quitar el freno de mano, indica problemas en los frenos como falta de líquido, fallos en el ABS o pastillas desgastadas. Es importante tener precaución en verano debido al mayor desgaste causado por el calor. En otros casos, como que haya un indicador luminoso en rojo que representa a una lata de aceite, indica un nivel bajo del mismo o una presión de aceite baja en el motor. En el caso de que el símbolo de la batería esté en color rojo indica que hay problemas en el suministro de energía del vehículo
Las posibles averías pueden ser tan variadas como el propio funcionamiento del coche. Un error en el sistema de encendido, problemas con los sensores de oxígeno, el catalizador, fallos en la transmisión, o incluso problemas con la batería pueden activar los testigos luminosos. El uso de equipos de diagnóstico avanzados es crucial para localizar con precisión la causa del problema. Sin embargo, no todos los talleres disponen del equipo necesario, lo que puede contribuir a prolongar el tiempo de resolución.
Como repararlos
El proceso de reparación puede ser extenso, dependiendo de la naturaleza del problema. En muchos casos, el mecánico primero hará una lectura del código de error usando una herramienta de diagnóstico del vehículo. Una vez identificado el problema, se procederá a solicitar las piezas necesarias si es que las tiene disponibles. Sin embargo, es común que algunas piezas específicas no estén en stock, y deban ser encargadas, lo que puede tomar días o incluso semanas en algunos casos.
Ignorar un testigo luminoso puede llevar a complicaciones adicionales, como daños mayores en el motor o en otros sistemas críticos del coche. Con el tiempo, estas negligencias pueden derivar en reparaciones más costosas y en una disminución de la vida útil del vehículo. Por ello, ante cualquier luz de advertencia en el tablero, lo más prudente es actuar de inmediato para evitar inconvenientes mayores.