Los jóvenes gastan más en viajes y restaurantes que en comida del hogar, pero son el grupo de población más austero

Los menores de 30 años han perdido poder adquisitivo en comparación con los años de la burbuja y su consumo en las actividades sociales se ha visto limitado por un creciente gasto en vivienda

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Un grupo de jóvenes de vacaciones. (Álex Zea/Europa Press)
Un grupo de jóvenes de vacaciones. (Álex Zea/Europa Press)

Una estadística más refleja las dificultades de los jóvenes en España, que no se pueden atribuir a un gasto desmedido en comparación con el resto de la población ni con los jóvenes de la generación inmediatamente anterior. Según los datos de la Encuesta de Presupuestos Familiares del INE, los jóvenes de entre 16 y 29 años tienen unas prioridades de gasto distintas a los adultos y a los jubilados, pero son los que menos consumen de media. Esto es algo que comenzó a suceder en 2012, cuando el grupo de población de 65 o más años les superó en gasto (y en renta) tras el elevado impacto que tuvo la crisis financiera en los más jóvenes.

Los hogares cuyo sustentador principal es un menor de 30 años desembolsaron 25.892,43 euros de media en 2023, un 10,3% menos que el grupo de 65 y más años y un 28,3% menos que los adultos de entre 45 y 64 años, que son los que más gastan. La media de España se situó en 32.617 euros, por lo que los jóvenes se encuentran 6.724 euros por debajo. Las cifras de gasto de 2023 son las mayores desde 2008 y los jubilados son los únicos que ya superan con creces el consumo de toda la serie histórica. No obstante, la evolución está marcada por la inflación de los tres últimos años y la comparación tiene problemas metodológicos. Las cifras de 2023 no son homogéneas a las del resto de años, por lo que habrá que esperar a la publicación de 2025 para analizar con más precisión la evolución histórica.

En cuanto al destino del gasto, se aprecian claras diferencias por grupos de edad, algo que a menudo genera controversia por el ahorro necesario para acceder a bienes duraderos, especialmente a la vivienda en propiedad. Según el INE, los jóvenes destinaron en 2023 algo más de un tercio de su presupuesto a las partidas relacionadas con los viajes y el tiempo libre: un 15,1% a transporte; un 13,3% a restaurantes y hoteles y un 5,84% al ocio y la cultura. En contraste, el gasto en alimentos y bebidas no alcohólicas para consumo en el hogar fue el 12,5% y la partida que más recursos acaparó fue la vivienda y las facturas asociadas a ella, un 30,7%. De hecho, solo el alquiler les supone el 15,6%.

Este 34,3% de gasto total en viajes y ocio es porcentualmente superior al del resto de grupos de edad, aunque no lo es en términos absolutos (8.878 euros): los jóvenes gastan menos en dichas partidas que los adultos y solo superan a los jubilados. Además, el mayor gasto de los jóvenes en estas partidas es algo que ya sucedía incluso con más intensidad en 2006, en plena burbuja inmobiliaria (primer año disponible de la serie histórica).

La generación de jóvenes inmediatamente anterior a la actual gastaba un 40,6% más que en 2023 de su presupuesto en transporte, ocio, cultura, restaurantes y hoteles, tanto en términos porcentuales como en absolutos (11.533 euros). Esto apunta a que los problemas actuales de ahorro de los jóvenes y de compra de vivienda se deben más a los bajos ingresos y al aumento del coste de la vida que a un gasto creciente en viajes y ocio. Mientras que los jóvenes han tenido que recortar gasto en estas partidas sociales, la vivienda se come ya diez puntos más de su consumo que en 2006 (entonces era un 20,7% y el alquiler solo suponía un 5,7%).

Pérdida de ingresos reales

Los niveles de consumo no se pueden mantener si los ingresos se desploman. Es lo que ha sucedido con las rentas de los jóvenes y de los adultos en términos reales (descontando la inflación), que se han visto perjudicadas por las sucesivas crisis y por la subida de precios. La inflación acumulada ha superado especialmente al crecimiento de los salarios, el principal componente de las rentas para la mayoría de la población. Esto ha sucedido a pesar de la acelerada subida del SMI desde 2018, que afecta más a los más jóvenes.

Si se compara el crecimiento de la renta media neta por persona que proporciona la ECV del INE hasta el año 2022 con la inflación acumulada desde 2008, se observan pérdidas de poder adquisitivo en todos los grupos de edad, menos entre los jubilados. Sus ingresos se han visto apuntalados por las revalorizaciones de las pensiones y por una creciente tenencia de riqueza financiera e inmobiliaria. No obstante, cuando se publiquen los datos de 2023 se observará una recuperación del poder de compra por las subidas salariales, el auge del empleo y la menor inflación del año pasado.

Imposible ahorrar y acumular riqueza

Según resume el Informe Anual de 2023 del Banco de España, “en las últimas décadas, la acumulación de riqueza neta (financiera e inmobiliaria) por parte de los hogares jóvenes habría sido menor que la que atesoraron sus homólogos en anteriores generaciones. Es decir, que los actuales jóvenes son menos ricos en términos de patrimonio que los de hace décadas.

El informe apunta claramente que “los mayores precios de la vivienda, tanto de compra como de alquiler, “limitan la capacidad de ahorro de los hogares y condicionan su proceso de acumulación de riqueza a lo largo del ciclo vital”. También provocan dificultades de accesibilidad a la vivienda en propiedad, retraso en la emancipación y elevan el riesgo de pobreza y exclusión social entre los jóvenes.

Si a la pérdida de poder adquisitivo de los ingresos se suma el esfuerzo por mantener un nivel de gasto que cubra tanto las necesidades más básicas como las sociales, el resultado es el reducido margen para los ahorros. Esto impide, a su vez, invertir en acumular patrimonio. Aunque no es un dato de ahorro como tal, la Encuesta Financiera de las Familias del Banco de España refleja que el valor medio de las cuentas y depósitos utilizables para pagos ha crecido menos entre los jóvenes menores de 35 años y es el menor de todos los grupos de edad: apenas 14.430 euros de media en 2022.

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