La sobreproducción de cocaína y otras drogas sigue inundando nuestro país colándose a través de puertos y aeropuertos. En el de Adolfo Suárez-Madrid Barajas, la Guardia Civil ha interceptado en los primeros seis meses del año un total de 3,77 toneladas de cocaína, un 300% más que en el mismo periodo del año anterior.
La cifra total de estupefaciente intervenido se eleva a las 4,5 toneladas en las diferentes operaciones que han supuesto la detención de 322 personas -por delitos contra la salud pública- cuando pretendían introducir las sustancias en nuestro país, según informa la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid.
El trabajo de los agentes adscritos a la Unidad Fiscal y de Fronteras en el aeropuerto de Barajas ha permitido también la incautación de 207 kilos de marihuana (un 30% más que en 2023), 65 kilos de MDMA (un 72% más que en el mismo periodo del pasado año) y 33 kilos de ayahuasca (un 300% más).
La mayor parte de estas sustancias intervenidas por la Guardia Civil procedían de países sudamericanos. En el caso de la cocaína, la mitad de las 243 incautaciones registradas entre enero y junio se produjeron al interceptar a pasajeros procedentes de Perú, Colombia y República Dominicana. En cuanto al MDMA, la principal ruta de llegada a España tiene su origen en México.
En algunas de las operaciones, los agentes han podido determinar el lugar de destino que tenía el estupefaciente. Así, la mayor parte de las sustancias iban a ser distribuidas en Madrid, Barcelona y el sur del país, y otras iban a cruzar la frontera hacia otros países de la Unión Europea.
¿Dónde se esconde la droga?
Más del 60% de la droga intervenida durante los primeros seis meses del año iba oculta en el interior de maletas o del equipaje facturado, con doble fondo o sin él. Aquí cobra especial importancia la experiencia operativa de los guardias civiles, quienes deben detectar modificaciones en los equipajes o espacios creados en el interior de aerosoles, latas de refresco, plantillas o figuras de artesanía, entre otros.
Otro de los habituales métodos de ocultación, en el 20% de los casos, es el de los denominados boleros, personas que introducen en su organismo la droga entregada por las organizaciones a cambio de compensaciones económicas. En menor medida, otros detenidos llevan el estupefaciente adosado al cuerpo.
Entre las intervenciones más importantes llevadas a cabo durante este semestre y que han permitido la puesta a disposición judicial de 235 varones y 87 mujeres, destaca una en la que los agentes detectaron una organización criminal compuesta por trabajadores del propio aeropuerto que colaboraban con las mafias del narco para facilitar la salida de la droga de las instalaciones.
En lo que a cocaína se refiere, la operación más relevante fue la bautizada como Achiote, que el pasado mes de abril permitió la localización de un envío de 1.800 kilogramos de estupefaciente mezclada con distintas especias para tratar de evitar su detección en los controles de seguridad y aduanas.