Que el retraso para llegar al hotel en el que atiende a Infobae España no os engañe. Greeicy Rendón (Cali, 1992) no presenta la actitud de diva superflua que acompaña a un reloj descompasado con la puntualidad. La artista y actriz colombiana, tan mundana pese a sus casi 23 millones de seguidores en Instagram, es la viva imagen de la humildad y la bondad que emana de una carrera consolidada en el tiempo.
La cantante visita España para presentar su Yeliana World Tour, una gira con la que visita Barcelona, Alicante y Madrid esta misma semana. “Tenía unos pocos de nervios, pero la respuesta me ha sorprendido mucho”, indica la colombiana en una entrevista con este medio. Se refiere a cómo reaccionaría el público a una gira en solitario después de varios años sin regresar al escenario. Lo hizo con Mike Bahía, cantante y su pareja, en el reciente Amantes Tour, pero desde antes de la pandemia no se presentaba en sociedad sola ante su público. “Ha sido muy lindo ver cómo la gente sigue guardando ese espacio para mí”, dice.
Greeicy se abre en canal. Su honestidad y capacidad de mostrarse absolutamente franca la llevan a admitir que tenía miedo de no volver a conectar con sus seguidores después de tanto tiempo sin sacar música. “La música va a una velocidad incontrolable. Usted levanta una silla y salen tres artistas y dos de ellos son increíbles. Si no te estás moviendo es muy fácil que se apague la llama”, admite. En febrero de este año lanzó Yeliana, su último disco, un proyecto que ha acompañado con los sencillos Kai, en honor a su hijo, y A Veces A Besos (producida por Ovy On The Drums, mano derecha de Karol G), afincado en una “picardía” que contrasta con el romanticismo que la define. “Este año he estado jugando un montón con esos dos universos en los que me encanta moverme musicalmente”, afirma.
“La música va a una velocidad incontrolable. Si no te estás moviendo es muy fácil que se apague la llama”
No sólo hay un consumo masivo de música y de proyectos sonoros en la actualidad, también hay una saturación en lo que a propuestas se refiere. “Siento que hoy hay que encontrar la manera de hablar de lo mismo de lo que todos hablamos, pero de una forma en la que no suene igual a todo lo que ya existe”, dice Greeicy. Amor, desamor, crecimiento personal... “Todo está inventado y salen tantas canciones a diario” que la clave para la cantante colombiana es mantener la esencia (o desarrollarla).
No es la primera vez que admite que uno de sus sueños sería colaborar con una de sus compatriotas, Karol G. “Me encantaría, pero no tengo prisa”, admite. Greeicy quiere que dicha fusión se produzca en un momento “donde quizás yo esté un poquito más fuerte como marca” para poder replicar el éxito de TQG, la canción con Shakira que triunfó en la pasada edición de los Latin Grammy, celebrada en Sevilla. Colombia resuena fuerte en el estruendo colectivo de la música en español por el mundo y la cantante enumera un listado de artistas que están llevando la bandera con algo más que simple orgullo: J Balvin, Juanes, Camilo, Feid... “Siento que es un gran momento para el país, que tenemos representantes muy grandes en muchos sentidos, en el deporte, en el arte y también en la moda”, expresa emocionada.
Una vida expuesta a 66 millones de ojos
Greeicy no esconde nada. Su vida es un libro (casi) abierto al completo que comparte de forma orgánica. Se expresa con naturalidad en las entrevistas y en las publicaciones que comparte a sus 23 millones de seguidores en Instagram (la Biblia pictórica y vital del ahora). Pese a la contundente cifra, la cantante colombiana admite no tener presión a la hora de lidiar con la exposición pública. “Desde muy chiquita me he relacionado con ese tipo de reconocimiento porque hacía televisión”, afirma para confirmar que está más que acostumbrada al escrutinio ajeno. “No fue un propósito, tampoco un afán, simplemente una consecuencia de las cosas que he venido haciendo. Siento que las nuevas generaciones sí necesitan ver un número”, dice.
Pese a que su crecimiento, y por ende fama, no se ha creado de la noche a la mañana, la colombiana es franca al admitir que la opinión del otro es relevante para un artista (o para cualquier perfil que se nutre del brillo de un foco). “Los artistas dependemos de la gente, lo que más nos cuesta es confiar en nosotros mismos. Lo que muchos no saben es que, muchas veces, conseguimos cosas con miedos, inseguridades y barreras mentales”, cuenta sin miedo a mostrarse vulnerable. “Lo fuerte que uno se vuelve en una industria como esta es muy chévere”, apostilla. Al final, y aunque no vive su vida pensando en el que dirán, “te mentiría si te dijese que no me importa”, pues los artistas “vivimos del público, son ellos los que incluyen tu música en su vida”.
“Si para mí es un reto ser mamá, no me puedo imaginar cómo es para esas mujeres que son madres solteras”
La maternidad ha cambiado su carrera y su forma de ver la vida, y admite no estar cansada de ser la única en una familia de artistas que es preguntada a menudo por ello. “En en el tema hijos le dan mucha más importancia y peso a las madres, pero yo tengo una pareja estable y un equipo tan bonito que siento que estamos muy equilibrados”, afirma. Sin ellos, no podría estar ahora en España. “Si para mí, en medio de todos los privilegios que tengo, es un reto tan grande ser mamá, no me puedo imaginar cómo es para esas mujeres que son madres solteras y que no tienen quién las ayude”, se sincera. “Las aplaudo porque no sé cómo lo hacen”, concluye.