Julia de Castro siempre ha demostrado ser una artista camaleónica capaz de reinventarse a cada momento y ofrecer facetas creativas diferentes en las que laten siempre la irreverencia y la fuerza expresiva.
Ahora abre una nueva puerta dentro de su trayectoria para ponerse detrás de la cámara y firmar su primera película junto a María Gisèle Royo. Se titula On the Go y es un pequeño soplo de aire fresco gracias a la libertad que desprende, a su desparpajo y a su capacidad de dinamitar tabúes a ritmo de road movie.
Un ‘remake’ feminista de ‘Corridas de alegría’, de García Pelayo
El proyecto surgió en Roma, donde tanto Julia como María Giséle se encontraban haciendo una residencia de artes escénicas. En una conversación, De Castro le dijo a su compañera que le gustaría hacer un ‘remake’ de Corridas de alegría, película del iconoclasta Gonzalo García Pelayo, de 1982.
“Ella me miró flipada y me dijo que cómo conocía esa película, que era una cosa muy ‘underground’ que se había hecho en Sevilla, así que fue como una especie de filtro natural para conectarnos”, cuenta Julia de Castro a Infobae España. “Así que tomamos la decisión de ponérsela a nuestros colegas, como una forma de visibilizarla. A muchos les horrorizó, pero nosotras le veíamos mucho potencial, así que decidimos trabajar juntas”, dice sobre el germen del proyecto.
No les resultó nada fácil sacarlo adelante. “Nos estudiamos el BOE para saber cómo conseguir una subvención, nos lo tomamos como una oposición, y nos dimos cuenta de que si no conoces cómo se mueven los hilos, resulta muy complicado conocer los entresijos de la industria, sobre todo cuando no cuentas con ninguna productora que te apoye. Estábamos perdidas”.
Una propuesta en los márgenes
Por eso, hicieron la película de una manera casi artesanal y, cuando ya lo daban por perdido, porque no pudieron optar a las ayudas selectivas del ICAA (presentaron un día tarde un papel), recibieron un mensaje de un miembro del comité de la Quincena del Festival de Cannes diciéndoles que le había había encantado la película. Lograron terminarla y, finalmente, fue seleccionada en el Festival de Locarno.
“Al final, ya que no podíamos amoldarnos a los cánones de la industria, lo que más nos importaba era la libertad total”, continúa Julia de Castro. “Cuando Gonzalo García Pelayo se enteró de que queríamos hacer una versión contemporánea de su película, lo primero que nos dijo fue: lo importante es que la gente lo pase bien haciendo la película. Y creo que cumplimos su deseo, porque fue un paraíso de buen rollo”.
Han pasado más de 40 años desde esa obra iconoclasta y las responsables la han intentado adaptar a los nuevos tiempos, aunque el espíritu subversivo continúe intacto. “En realidad, lo que contamos es una utopía sobre la clase de relaciones que nos gustaría tener, en la que se normalizaran otros vínculos y modelos de familia”.
Los nuevos modelos de maternidad y una oda a la diversidad sexual
Y es que uno de los temas sobre los que bascula On the Go es la maternidad. La protagonista, encarnada por Julia de Castro, quiere ser madre y, en su aventura, la acompañarán su mejor amigo gay (Omar Ayuso) y una sirena que encuentran por el camino (Chacha Huang). El naturalismo y el surrealismo se darán la mano a lo largo de esta insólita propuesta.
“Creo que la maternidad emerge de un lugar muy inconsciente y animal. Y cada una lo vive de una manera diferente, sobre todo dentro de una sociedad que impone tanta presión a las mujeres”. De hecho, según nos cuenta la autora, este guion también surge como un modo de repensar el hecho de ser madre en la actualidad, con todos los retos que lleva consigo.
En todos esos sentido, On the Go es una oda a la diversidad, a la necesidad de expresarse a través de las emociones y del cuerpo. No hay pudor ni líneas rojas, los personajes se muestran desnudos, tanto la propia Julia de Castro como sus compañeros de reparto Omar Ayuso y Chacha Huang, así como otros personajes secundarios.
La cineasta reivindica su carácter experimental y ‘outsider’: “No me interesaba hacer una película coherente narrativamente ni que correspondiera con ningún algoritmo de plataformas. Queríamos el misterio, la aventura y reivindicar la periferia cinematográfica.
Por el momento, On the Go, además de participar en un buen puñado de Festivales Internacionales, lleva varias semanas en cartel en Taiwán, y también se estrenará en Francia.