Suena el teléfono. No reconocemos el número. Suspiramos, porque sabemos lo que vamos a escuchar en cuanto descolguemos: “Hola, buenas tardes, soy [nombre y apellidos], le llamo de [nombre de empresa] porque...” Es otra llamada comercial que busca vendernos algo. Otra llamada de esas que se supone que están prohibidas pero que siguen sucediendo: según La OCU: 9 de cada 10 consumidores ha recibido en el último mes una llamada comercial no deseada. Una encuesta realizada por la asociación de consumidores Facua revela que solo el 3,4% de las personas afirma que no ha recibido ninguna llamada en el último mes.
La Ley General de Telecomunicaciones de junio de 2023 declaró ilegales las llamadas comerciales sin consentimiento previo del cliente. Entre otras cosas, prohibió que las compañías oculten el número que llama, puso trabas a las ”propuestas reiteradas” -pero sin aclarar cuántas veces se consideran “reiteradas”-, estableció un horario para estas comunicaciones -aunque es muy amplio: de 9.00 a 21.00 horas- y limitó las ocasiones en las que se permiten estos contactos. Sin embargo, las llamadas se siguen produciendo porque las compañías han encontrado la forma de ‘saltarse’ el espíritu de la ley, aunque respetando la letra. Por ejemplo, pueden contactar a “antiguos clientes” o a personas que hayan aceptado ser contactadas... aunque a menudo no sean conscientes de ello.
El problema radica en gran medida en los ‘Términos y Condiciones’ que aceptamos sin leer. Al hacer clic rápidamente en “Aceptar”, a menudo sin revisar lo que estamos autorizando, dejamos una puerta abierta para que las empresas nos bombardeen con llamadas.
Cómo detener las llamadas
En esta situación, conviene conocer algunas de las ‘excusas’ más eficaces para cortar las llamadas por lo sano, ya que muchos comerciales no se dan por vencidos cuando escuchan un simple “no estoy interesado”. Un ejemplo es el de un oyente del programa Hoy por Hoy de la Cadena SER, quien esta semana compartió su estrategia efectiva para evitar estas llamadas molestas. Al descolgar el teléfono, adopta un tono amistoso y asegura ser empleado de una empresa competidora. Por ejemplo, si recibe una llamada de Movistar, afirma trabajar en Vodafone, indicando que no será posible hacer negocios con él. Este método, según él, ha funcionado perfectamente, logrando que las compañías dejen de contactarlo.
Existen también métodos más agresivos y menos cordiales para manejar estas llamadas, aunque no son recomendables. En las redes sociales, algunos usuarios sugieren dejar el teléfono junto a una cacerola y golpearla repetidamente, generando un ruido molesto para el interlocutor. Otra técnica empleada por algunos es fingir que están llamando a un tanatorio, asegurando que no pueden atender en ese momento debido a la naturaleza del lugar. Algo más sencillo, pero eficaz, es comentar que no te interesa contratar ningún producto o servicio porque te vas a ir vivir al extranjero dentro de pocas semanas, lo que hace que el vendedor pierda el interés. Y, desde luego, está la opción de bloquear los números de teléfono, aunque las empresas suelen contar con decenas de ellos y ‘parar’ por completo a una compañía lleva tiempo y paciencia.
Qué es la Lista Robinson
Otra herramienta menos heterodoxa es la Lista Robinson. Este servicio gratuito permite a los usuarios inscribirse para restringir la publicidad indeseada, incluyendo llamadas telefónicas, mensajes SMS y correos electrónicos. La Lista Robinson está gestionada por la Asociación Española de Economía Digital (Adigital) y supervisada por la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD). Para apuntarse, los usuarios deben visitar su página web y apuntarse manera gratuita. Este registro permite dejar constancia de que no se desea recibir ningún tipo de comunicación comercial. Las empresas están legalmente obligadas a consultar esta lista y abstenerse de contactar a las personas que se han inscrito en ella.
Sin embargo, entre el momento en que una persona se inscribe en la Lista Robinson y cuando las empresas dejan de contactarla, pueden pasar hasta dos meses. Además, Si un usuario ha dado su consentimiento explícito para recibir comunicaciones comerciales de una empresa específica -aunque lo haya hecho sin querer-, la inscripción en la Lista Robinson no impedirá que esa empresa continúe llamando. Y a veces, las llamadas comerciales provienen de terceras empresas que ‘sortean’ este sistema.