Los policías que detienen a los ladrones de Rolex en los barrios más caros de Madrid: “Viene una nueva oleada este verano”

En la comisaría de un barrio del sur de Madrid, trabaja a destajo un grupo pionero de 17 agentes de la Policía Nacional. Nació en mayo de 2023 y fue bautizado con el nombre de Crono, el dios del tiempo. Ese que corre cada vez que se produce un robo de algún reloj de lujo en la capital para detener a sus ladrones y evitar que la pieza acabe en el mercado negro. En apenas un año y un mes de vida, estos policías han superado todas las expectativas: casi 50 arrestados y 15 operaciones cerradas con éxito.

La subinspectora Nerea García -ascenderá en breve a inspectora- atiende a Infobae España mientras sus compañeros revisan las imágenes de una cámara de seguridad para identificar a uno de sus objetivos en la decena de investigaciones que tienen abiertas. Casi todos son extranjeros -”napolitanos, venezolanos, magrebíes o argentinos”- y “muy profesionales”. Una de las llamadas bandas del Rolex sembró el caos en la Milla de Oro a las puertas del verano pasado y el jefe superior de Policía ordenó la creación de este particular grupo de investigación, enmarcado en los Grupos Operativos de Investigación Zonal (GOIZ).

En verano, con las altas temperaturas, los relojes más codiciados salen a relucir en las muñecas de sus dueños. “Viene una nueva oleada este año”, asevera la inspectora, que pese a la carga de trabajo no pierde el sentido del humor: “Echamos más horas que un reloj”. Explica que las piezas más buscadas por los ladrones son Rolex, Patek Phillipe, Richard Mille y Audemars Piguet, firmas que tienen largas listas de espera a la hora de adquirir sus relojes más exclusivos.

Por este motivo “los relojes robados tienen más valor en el mercado negro”. No hay esperas. Tras un “palo” -como se denomina en el argot policial a un asalto-, las bandas intentan dar salida a la pieza “lo más rápido posible”. En ocasiones se queda en el país y en otras sale. En una reciente operación, el grupo Crono abortó la salida a través del aeropuerto de Barajas de tres relojes que una mujer portaba ocultos en la vagina.

Ante la incómoda presencia de estas bandas, la Policía puso en marcha la operación Colorado, un refuerzo de vigilancia y efectivos en los distritos más adinerados y, en consecuencia, afectados por este fenómeno: Salamanca, Chamberí, Chamartín y Centro.

Cada banda tiene su particular modus operandi. Los napolitanos, expertos en la materia, dan un golpe al retrovisor del conductor y le arrebatan el reloj nada más bajar la ventanilla y sacar el brazo. Los venezolanos ponen en práctica su método del motochorro: dos individuos se aproximan a la víctima en una moto tipo scooter y uno de ellos se baja para abordarla antes de emprender la huida en el vehículo.

Lo que más “preocupa” a los integrantes del grupo Cronos es que las bandas del Rolex actúan “a plena luz del día”, en las calles más transitadas de la capital y empleando una “gran violencia”. Una víctima anciana acabó en la UCI tras sufrir un “mataleón”, una técnica de estrangulamiento por la espalda. Cuando estos policías logran detener a los malhechores y recuperan los relojes robados, su mayor “satisfacción” es la reacción de las víctimas. La inspectora Nerea se enorgullece porque algunas les siguen llamando para darles la “enhorabuena” por las sucesivas operaciones que cierran con éxito.