Son pocos los que aún recuerdan el rostro del rey Balduino de Bélgica y su esposa, la aristócrata española Fabiola Mora y Aragón, quienes ascendieron al trono tras la abdicación de Leopoldo III en 1951. Uno de los aspectos más destacados de su paso por la corona belga es la devoción que ambos sentían por España, pues estaban enamorados de las costas españolas. Tanto era así que tenían una residencia de verano en la localidad de granadina de Motril, que fue su refugio vacacional desde los años sesenta hasta el 31 de julio de 1993, fecha en la que el royal neerlandés falleció debido a un ataque al corazón.
Han pasado más de 30 años desde aquel trágico día y, si bien hasta hace unos días la vivienda era inaccesible, lo cierto es que ahora cualquier persona puede visitar el domicilio. La Fundación INEIS ha abierto al público este paraíso andaluz ubicado en uno de los puntos más privilegiados de la Costa Tropical de Granada, a apenas 50 metros de la orilla del mar y desde donde se puede divisar Sierra Nevada.
La finca, que el rey Balduino bautizó con el nombre de Villa Astrida en recuerdo de su madre, la reina Astrid de Suecia, le permitía aparcar sus obligaciones reales por una temporada, escapar del bullicio y encontrar “paz y tranquilidad”, explica a EFE la gerente del Memorial Rey Balduino, Isabel Ferrer.
Tras su trágica muerte, el legado de los reyes quedó en manos de la Fundación INEIS que, ahora, ha abierto el inmueble casi en su totalidad al público con “la pretensión de transmitir y dar a conocer la figura y los valores de los monarcas belgas”. “Es una oportunidad para entender un sitio y un lugar con una historia única, un punto donde los reyes aprovecharon para descansar en distintas fechas del año y una forma de conocer su día a día en la costa de Granada, de recrear los vínculos que mantuvieron con los vecinos de Motril durante más de 30 años y de recordar su vida, historia y creencias”, ha explicado Ferrer.
27.000 metros cuadrados, biblioteca y capilla
Villa Astrida fue construida sobre una parcela de unos 27.000 metros cuadrados y, durante mucho tiempo, ha sido “la gran desconocida”. Es por ello que la visita a esta casa de estilo andaluz permite dar respuesta a una de las grandes incógnitas que han rodeado al domicilio: ¿Cómo es el interior de esta conocida finca?
La vivienda fue utilizada por primera vez en 1967 y, aunque han pasado muchos años desde entonces, a día de hoy se conserva prácticamente igual. La fina consta de diferentes dependencias, aunque lo más destacable es el inmenso corredor que da paso a un amplio salón y a una biblioteca, entre otras habitaciones. Además, cuenta con un luminoso patio central presidido por una fuente rodeada de columnas nazaríes.
Para nadie es un secreto que los monarcas eran fieles seguidores de su religión y es que la villa alberga una capilla en su interior, a la que se puede acceder por uno de los laterales del inmueble. A este lugar sagrado acudía diariamente un cura agustino para celebrar misa, una tradición que hoy día se mantiene con la celebración, los últimos jueves del mes, de una eucaristía en este mismo lugar.
“Historia y secretos”
La vivienda también dispone de una decena de habitaciones y zonas comunes en las que destaca la austeridad y se encuentra rodeada de unos increíbles jardines con vista al mar, perfectamente cuidados. Además, alberga en su interior numerosas palmeras que marcan el camino hasta la zona de piscina. La zona museística, que fue inaugurada por la reina Sofía en el verano de 2023, exhibe objetos personales que permiten dar a conocer la trayectoria más humana del rey Balduino, quien ocupó el trono de Bélgica durante 42 años.
El monarca falleció de un ataque cardíaco en la terraza de Villa Astrida, “cuando oraba y contemplaba la tranquilidad del mar Mediterráneo” durante las vacaciones de verano que pasaba en su casa de Motril junto a su esposa. Para Ferrer, la finca es un “espacio con mucha historia y que guarda muchos secretos” porque, tanto el interior como su amplio porche, han sido testigos de la historia de la segunda parte del siglo XX al haber albergado a personalidades de todo el mundo con quienes los monarcas abordaron “muchos temas delicados de Estado”.
Las visitas guiadas y excursiones didácticas “sobre la vida real en una residencia real” a este espacio paradisíaco permitirá conocer “de forma exhaustiva el interior de la vivienda, los jardines y la zona museística del Memorial Rey Balduino” y han sido pensadas tanto para visitas turísticas como para quienes quieran realizar jornadas de retiro espiritual.