El truco de la lata que utilizan los ladrones para robarte el coche en segundos

Los criminales aprovechan un momento de distracción del conductor para sustraerle el vehículo. Los ladrones se valen de una o más latas para llevar a cabo el robo

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Una lata de refresco (Imagen de KamranAydinov en Freepik).
Una lata de refresco (Imagen de KamranAydinov en Freepik).

Ahora que hasta los criminales hace uso de tecnologías avanzadas y más o menos sofisticadas para llevar a cabo sus fechorías, como puede ser el robo de vehículos, no deja de sorprender que los métodos tradicionales continúen siendo efectivos. Entre las técnicas modernas más habituales destacan el uso de rastreadores GPS, que permiten a los ladrones seguir a automóviles de alta gama, y los escáneres bluetooth, empleados para localizar dispositivos electrónicos en el interior de los coches. Sin embargo, una metodología que parecía haber quedado en el pasado ha resurgido con fuerza: el truco de la lata.

Este método antiguo de robo se asemeja a la tradición de atar latas a los coches de los recién casados, una costumbre que data de la época de los coches de caballos. Según las leyendas, este ruido ayudaba a los novios a protegerse de los malos espíritus. En la actualidad, los ladrones se aprovechan de una distracción similar para sustraer automóviles.

Los ladrones atan varias latas en los bajos del coche, asegurándose de que no sean visibles. Cuando el vehículo se pone en movimiento, los recipientes comienzan a generar un ruido estridente. Al percatarse del sonido metálico, el conductor, preocupado, detiene el coche y baja para investigar el origen del ruido. Este breve momento de distracción es explotado por los delincuentes.

Mientras el conductor sale de su vehículo y se dirige a la parte trasera para inspeccionar el ruido, deja la puerta del coche abierta y el motor en marcha. Este descuido es justamente lo que los ladrones necesitan. Siguiendo al conductor en otro coche, uno de los delincuentes se desplaza rápidamente hasta el vehículo abandonado y se lo lleva sin dificultad, dejando al propietario sin reacción y sin su coche.

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Hurto, no robo

El robo utilizando este método es particularmente astuto porque no implica el uso de violencia o intimidación. Según el artículo 242 del Código Penal español, el robo con violencia o intimidación se castiga con penas de prisión de dos a cinco años. No obstante, al no emplear la fuerza, este tipo de delito se considera un hurto, lo que conlleva penas menos severas, de seis a dieciocho meses de prisión.

Para evitar caer víctima de este engaño, la Guardia Civil y la Policía recomiendan no abandonar nunca el vehículo sin antes cerrarlo y apagar el motor. Este simple pero crucial paso puede ser la diferencia entre prevenir un robo y convertirse en su próxima víctima.

En un mundo donde los avances tecnológicos proporcionan nuevas herramientas para los delincuentes, los métodos tradicionales como el truco de la lata siguen demostrando su eficacia. La prevención, la prudencia y las recomendaciones de las autoridades son fundamentales para proteger nuestros vehículos y mantenernos a salvo de esta y otras modalidades de robo.

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