¿Y si ningún partido logra la mayoría absoluta? Francia contempla un gobierno de emergencia a la italiana

La izquierda confía en la remontada apelando una movilización masiva, mientras que la ultraderecha mantiene que no gobernará sin una mayoría absoluta. Ante el temor a un bloqueo político, empieza a vislumbrarse la idea de un gobierno de tecnócratas

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Una protesta contra la ultraderecha en París, el 15 de junio del 2024. (Foto AP/Michel Euler)
Una protesta contra la ultraderecha en París, el 15 de junio del 2024. (Foto AP/Michel Euler)

Todas las encuestas predican el éxito del candidato de Agrupación Nacional (RN), Jordan Bardella, en las elecciones legislativas en Francia. Pero ¿Se podría calificar realmente de éxito si su partido no lograse la mayoría absoluta? Lo cierto es que las urnas darán, salvo sorpresa mayúscula, un escenario de cohabitación -un primer ministro de diferente partido al que ocupa la presidencia-.

En Francia existen dos máximos representantes del Estado. Por un lado, el presidente de la República, Emmanuel Macron, quien ejerce la función de Jefe de Estado. Por otro, el primer ministro, ahora Gabriel Attal, el candidato de Juntos -Essemble-, al que pertenece el partido de Macron, Renacimiento. Este esquema de convivencia se diseñó como sistema de control entre ambos cargos.

La Carta Magna francesa reza que, después de conocerse el escrutinio, el presidente será el encargado de proponer un candidato al cargo de primer ministro, que obligatoriamente deberá tener el visto bueno de la mayoría parlamentaria. En un escenario de cohabitación -Francia lo ha vivido tres veces en su historia-, si un partido logra la mayoría absoluta, el candidato respondería solo a la voluntad de la Asamblea Nacional, por lo que Macron no podría designar la composición del nuevo gobierno, a excepción del ministro de Asunto Exteriores y de Defensa, competencias exclusivas del Jefe de Estado.

No va a haber ninguna gran coalición

Sin embargo, en estas elecciones, la mayoría absoluta parece, a espera de lo que muestre el escrutinio, lejana de conseguirse. En todo caso, si la formación con más votos en la primera vuelta no consigue reunir una mayoría absoluta, deberá buscar el apoyo en una coalición que sume los 289 parlamentarios necesarios en la Asamblea Nacional.

En el hipotético caso de que RN irrumpiese como la formación más votada en las urnas, Macron se vería forzado a proponer a su candidato al cargo de primer ministro. El Parlamento aceptaría, con los votos favorables de los parlamentarios de RN, la investidura de Bardella, que podría gobernar pero con mayoría simple, al contar con la negativa de todos los partidos para formar una coalición.

Jordan Bardella, presidente de Agrupación Nacional y candidato a primer ministro, en una rueda de prensa en París. (REUTERS/Gonzalo Fuentes)
Jordan Bardella, presidente de Agrupación Nacional y candidato a primer ministro, en una rueda de prensa en París. (REUTERS/Gonzalo Fuentes)

Ya lo demostró la derecha tradicional de Los Republicanos, cuyo líder, Éric Ciotti, fue expulsado -y readmitido por orden de la Justicia- por dejarse seducir ante la idea de pertenecer a un gobierno en conjunción con Agrupación Nacional.

Un gobierno ‘ultra’ con mayoría simple

El líder de Agrupación Nacional ha reiterado en numerosas ocasiones que no gobernaría si no es con mayoría absoluta, por lo que habría que esperar primero si acepta el cargo o no, ya que dentro de la formación existe cierto miedo a gobernar sin apoyos. Y sus razones tienen. Francia vivirá elecciones presidenciales en 2027 y un gobierno inestable y en situación de bloqueo podría perjudicar la imagen de un partido que también aspira a llegar a la presidencia.

“Me parecería muy raro que no se dé un bloqueo institucional. Ni siquiera los partidos que podrían apoyar a la extrema derecha con medidas concretas van a hacerlo”, afirma en una conversación con Infobae España Arsenio Cuenca, politólogo especializado en el estudio de los extremismos. Cuenca aclara que una situación de bloqueo institucional no conlleva la imposibilidad de aprobar medidas concretas mediante decretazos. El politólogo recuerda que Macron ostenta el récord de toda la Quinta República en aprobar medidas mediante este recurso parlamentario.

¿Un gobierno de tecnócratas?

Llegados a este escenario de caos institucional, en el Elíseo se empieza a tantear la puesta en marcha de un gobierno de emergencia, es decir, un Ejecutivo provisional en el que no son políticos los que gobiernan, sino expertos. “Con Macron nunca se sabe hasta que punto puede estirar el chicle de la Constitución”, ironiza Cuenca. Uno de los nombres que más suenan en Francia son el de la presidenta del Banco Central Europeo Cristine Lagarde o el expresidente de la misma institución Jean-Claude Trichet.

Esto no es algo nuevo en tiempos de crisis en Europa. Italia, inmersa en una situación de bloque institucional permanente, ya lo hizo en 2021 para gestionar los fondos europeos durante la pandemia del covid-19. Por entonces, el expresidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, aceptó el encargo de formar en Italia un Gobierno “de emergencia”, después de que las negociaciones para reeditar el Ejecutivo encabezado por Giuseppe Conte fracasaran por la falta de apoyos.

No obstante, los expertos lo ven como un escenario improbable, que no descartable. “Francia ya está acostumbrada a gobernar en cohabitación, no es una razón de peso para recurrir a este sistema de gobierno. Antes se convocarían nuevas elecciones”.

La ‘gauche’ confía en la remontada sobre la bocina

Todos los focos apuntan a la ultraderecha, pero en el electorado de izquierda reina cierto optimismo con aroma a remontada. “Yo no había visto gente repartiendo tanta publicidad electoral, ni siquiera durante las presidenciales de 2022. La gente está totalmente volcada, no solo a nivel ciudadano, sino de partidos políticos, sindicatos, asociaciones, colectivos....Todo el mundo”, apunta Cuenca, que explica que la movilización del electorado de izquierda podría ser la clave para que el Nuevo Frente Popular diese el campanazo en las legislativas.

La participación en estas elecciones podría llegar al 64%, un resultado que pulverizaría el 47,5% de las legislativas de 2022, según una encuesta realizada por Ipsos para el diario Financial Times.

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