La cocaína y el alcohol fueron en 2023 las principales sustancias que causaron problemas de drogodependencia entre los españoles. Es una de las conclusiones del informe anual de Proyecto Hombre, que revela que un 77% de sus usuarios acudieron al tratamiento por su adicción a una de estas dos sustancias.
En concreto, fue la cocaína la droga principal de referencia (40,8%) y el alcohol se posiciona en segundo lugar (35,9%). Sus formas de consumo fueron en grandes dosis (14%) y en pequeñas dosis (10,2%). Como tercera sustancia, aparece el cannabis, consumida por un 7,6% de los usuarios del Proyecto Hombre.
Por sexos, la ingesta de alcohol adquiere más protagonismo entre las mujeres (46,7%) que entre los hombres (33,6%), mientras que con la cocaína la tendencia se invierte (35,5% en mujeres y 41,9% en hombres). Asimismo, el consumo problemático de cannabis tiene mayor prevalencia entre ellos que entre ellas (8% frente al 6,2%). A pesar de su relativamente baja incidencia sobre el conjunto, el porcentaje correspondiente a benzodiacepinas y otros sedantes sigue siendo comparativamente superior en las mujeres (1,4%) que en los hombres (0,6%).
El inicio del consumo de drogas, a los 16 años
“Entre las personas que han ingresado en programas de Proyecto Hombre en el 2023 hemos registrado un consumo regular o problemático a lo largo de su vida”, revela el Observatorio de Proyecto Hombre en su informe, en referencia al consumo que causa daño evidente o tiene consecuencias negativas para el usuario. La edad media de inicio de este consumo problemático es de 16 años para el alcohol (22 en grandes cantidades) y el cannabis, de 20 años para sustancias alucinógenas y de 21 para la cocaína. “El siguiente paso es la heroína, alrededor de los 23-24 años, analgésicos sobre los 26-27 y ya la metadona a los 30”.
Dependiendo de la sustancia adictiva, estas personas tardan más o menos en buscar ayuda. El mayor intervalo de tiempo se observa en el alcohol, sin importar la dosis: los usuarios tardaron 19 años en buscar ayuda. Aquellos adictos a más de una sustancia tardaron 14 años. Por orden temporal, aparecen después la cocaína (13,5 años) y el cannabis (12,6 años). Respecto a la heroína, sus consumidores entran en Proyecto Hombre tras 9,5 años de consumo de media. “Las mujeres tienden a presentar periodos más cortos que los hombres desde el inicio del consumo problemático a su ingreso, con especial incidencia en los casos de consumo de sedantes”.
De estos ingresos, apenas el 5,6% se producen por sugerencia de la autoridad judicial. El porcentaje entre hombres es el doble (6,2%) respecto al de mujeres (3,1%).
Hombres solteros y sin estudios superiores
Durante el año 2023, un 16,7% de los usuarios fueron mujeres y un 83,3%, hombres. Se trata de una diferencia mantenida desde el inicio de la serie en 2014, con pequeñas variaciones porcentuales pero sin tendencia definida. El intervalo de edad va de los 18 a los 77 años, siendo el grupo de 34-41 años el mayoritario (27,7% de los atendidos), con un ligero repunte entre los mayores de 65 años. En general, estas personas viven con algún familiar (75,2%), ya sean su pareja y/o hijos, sus padres y otros familiares, si bien el estado civil más frecuente es la soltería (62%).
Cerca de la mitad de las personas atendidas tienen el título de Educación Secundaria Obligatoria (45,5%), frente a un 33% que tienen la titulación de Educación Primaria y un 10,6% que carece de estudios reglados. Menos de un 10% de los usuarios tenía estudios universitarios.
La mayor parte de estas personas trabajaba a tiempo completo en los tres años anteriores (66,5%) y esta era su principal fuente de ingresos, por delante de la ayuda de compañeros, familiares y amigos o de beneficios sociales. Sin embargo, los datos muestran una mayor precariedad entre las mujeres, que tienen mayores tasas de desempleo y empleo a tiempo parcial, por lo que sus ingresos provienen en mayor medida de compañeros y ayudas sociales.
Cabe resaltar que la inmensa mayoría de las personas que inician su tratamiento con Proyecto Hombre no recibe ninguna pensión por incapacidad médica ni psíquica, aunque más de la mitad experimentan problemas emocionales y psicológicos (55,6%), así como depresión severa (59,0%) y problemas cognitivos (51,6%). Además, un 73,4% manifiesta haber sufrido ansiedad severa durante un periodo de tiempo significativo y un 41% ha manifestado tener ideas suicidas, de los que un 25% ha intentado llevarlas a cabo. Estos problemas psicológicos son más frecuentes entre mujeres.