El Consejo Económico y Social propone una prestación universal hasta los 3 años para atajar la pobreza infantil: “España puede dedicar más recursos”

Las consecuencias de las elevadas tasas de pobreza, advierte el órgano consultivo del Gobierno, “son dramáticas” para los menores porque no les permite tener “una vida digna”. Por ello, destaca la necesidad de invertir en la infancia como un objetivo de país

Niñas de un pueblo de Turquía que se benefician del Programa de Transferencia de Efectivo de UNICEF. SOCIEDAD UNICEF

A pesar de que la economía española está creciendo a mejor ritmo que la del conjunto de la Unión Europea, las tasa de pobreza infantil “son dramáticas”, según el último informe sobre derechos, calidad de vida y atención a la infancia que este jueves ha presentado el Consejo Económico y Social (CES), que indica que el 33% de los niños, niñas y adolescentes está en riesgo de pobreza o exclusión social. Se trata del primer informe sobre la infancia que elabora por iniciativa propia este órgano consultivo del Gobierno.

“Esas tasa de pobreza no corresponde al nivel de renta de España, un país que además cuenta con un sistema de protección social desarrollado y un sistema democrático reconocido, y que tiene capacidad para dar respuesta a esta problemática. No es que no haya instrumentos, sino que algunos son regresivos en términos de equidad y, por tanto, no favorecen a quienes deberían favorecer en mayor medida”, ha indicado en rueda de prensa Antón Costas, presidente del CES, que ha destacado la importancia de crear una prestación universal dirigida a la infancia, en concreto a los menores de cero a tres años, porque es la franja de edad ”donde hay un vacío, una especial anomalía”. Lo que ocurre en esa etapa entre los 0 y 3 años, ha recordado, “determina la trayectoria vital”.

Aunque el CES no se pronuncia sobre la cuantía de esa prestación universal, Costas ha aclarado que no debería estar condicionada a la renta y que “debería ser suficiente para cubrir los costes reales que tiene la crianza”, pues se trata de “un derecho propio que tienen los niños y niñas al margen de la familia”. Además, esa ayuda no sería incompatible con otras prestaciones focalizadas en hogares con menor renta (CAPI o complemento del Ingreso Mínimo Vital) o con la extensión de las actuales deducciones fiscales a las familias que a día de hoy no se benefician de estas medidas de apoyo.

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Por su parte, la presidenta de la comisión de trabajo del CES, Carmen Pleite, ha destacado ante la prensa la necesidad de “invertir en la infancia como un objetivo de país”. “No puede ser algo puntual, sino que deberían proyectarse en la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado”.

Otros de los datos preocupantes que señala el CES en su informe es que en España actualmente un 5,6% de los hogares con niños y niñas de hasta 12 años de edad no tiene acceso a la ración mínima de carne, pollo, pescado o su equivalente vegetariano, y más de la mitad no consume verdura al menos cada dos días y un tercio no desayuna todos los días.

Además, un tercio de la infancia incumple la recomendación de horas diarias de sueño, así como de tiempo de actividad física, lo que sumado al porcentaje creciente de niños y niñas con exceso de tiempo frente a una pantalla “da lugar a un sedentarismo cada vez más elevado”.

El presidente del Consejo Económico y Social (CES), Antón Costas, y la consejera del CES, Carmen Pleite, en la presentación del informe. (Europa Press)

Las consecuencias de la pobreza infantil, ha insistido Costas, “son dramáticas” para los menores, porque se cronifica en el tiempo y “les niega la condición de ciudadanos plenos, les niega el derecho a tener una vida digna”. El coste económico de la pobreza infantil se sitúa, según un informe de la OCDE, entre el 4% y 5% del Producto Interior Bruto (PIB), es decir, unos 60.000 millones de euros, “un coste económico más elevado que en ningún otro país de la UE”.

Recomendaciones

Además de la creación de esa prestación universal para la crianza, entre las recomendaciones que ha formulado el CES en su informe, también destaca la necesidad, en general, de potenciar las políticas de infancia, de forma que “introduzcan el enfoque de la atención temprana, pues aumentará su eficacia (mayores retornos y menor inversión). Ese enfoque de infancia, indica el informe, se debe abordar de manera integral en las políticas, dado el carácter multidimensional del bienestar infantil, y que “sean mecanismos de prevención de la vulnerabilidad en la infancia y de contención de sus efectos a largo plazo”.

El CES también propone universalizar la educación de 0 a 3 años, incrementar la disponibilidad de plazas públicas y “mejorar la asequibilidad con equidad”, así como consolidar una educación primaria de calidad y un ocio educativo para niños, niñas y adolescentes en riesgo de pobreza o exclusión social.

Otra de las principales recomendaciones del CES es garantizar el acceso a una atención sanitaria de calidad y a “una vivienda digna”, ya que los principales déficits de habitabilidad de la vivienda afectan más a la infancia que reside en hogares en riesgo de pobreza. Para que la política de vivienda tenga un impacto beneficioso en la infancia, indica el informe, no solo debería aumentar el número de viviendas “a un precio social que atienda las necesidades residenciales de la población, sino que también se debería priorizar a las familias con niños, niñas y adolescentes en el acceso”.

El informe también destaca la importancia de que los menores reciben una adecuada educación sexual y afectiva, en la que tienen un papel primordial la familia y la escuela para que “no quede en manos del mercado digital”.

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