Un prestigioso escritor extranjero que vivió en España indica cuál es la mejor ciudad de nuestro país: “La comida por sí sola es una razón para volver”

El escritor irlandés Stephen Phelan, que lleva viviendo diez años en España, ha publicado un artículo en de The Times en el que explica cuál es su ciudad preferida de todo el país por su gastronomía única, su clima fresco y un arte que rivaliza con el Prado. “Madrid ha sido mi hogar durante casi una década, que es el tiempo suficiente para que necesite una ruta de escape regular”, admite, ya que afirma que “los muchos placeres de la capital española, con sus cielos azules brillantes y su vivaz vida cívica, no siempre compensan el sádico calor del verano, las intrigas políticas y la pompa autoconsciente del lugar”.

“Muchos madrileños se dirigen hacia el sur o el este hacia las costas blancas y azules del Mediterráneo. La aguja de mi brújula apunta hacia el otro lado, hacia el noroeste, hacia Oviedo, de color verde grisáceo”, explica el irlandés que acompaña a los lectores de su artículo en un viaje por la ciudad a través de las palabras.

El escritor habla de la agradable temperatura durante los meses de verano, pero también de sus calles y edificio: “La arquitectura gótica y barroca le da una geometría encantadora al casco antiguo, mientras que las fachadas art déco y art nouveau enmarcan los márgenes modernistas”. Detalla también que las partes más importantes de la ciudad se pueden ver en un par de días y destaca algunas como el Museo de Bellas Artes de Oviedo, al que define “como una especie de mini-Prado de entrada gratuita, con grabados especialmente geniales de Goya y Piranesi”; o el Campo de San Francisco, que le parece “más bonito que el madrileño Retiro”.

El escritor describe a la ciudad asturiana como un lugar con un patrimonio medieval tan bien conservado como en Sevilla o en Córdoba, pero más tranquilo y misterioso. “La atmósfera solo se ve reforzada por una frecuente lluvia fina que tiene su propio nombre local: orbayu”, comenta.

Oviedo es la Ciudad Gastronómica oficial de España para 2024 y “la comida por sí sola es una razón para volver”, apunta Phelan, que asegura que “haría el viaje solo para comer gambas en gabardina, o langostinos rebozados, con un vermut de barril fuerte y dulce artesanal en La Paloma, un bar fundado en 1900 cerca de la estación de Oviedo”. El escritor tampoco se olvida del queso y la sidra

“Su silencio habla del atractivo particular de la ciudad: ven por la comida, quédate por la mística perdurable”, sentencia al final de su artículo, en el que invita a todos sus lectores a conocer la ciudad, pasear por sus calles, disfrutar de la gastronomía y del clima.