Picadura de avispa: síntomas, tratamiento y qué debes hacer

El veneno de estos insectos puede provocar varios síntomas e incluso suponer un peligro mortal para aquellas personas que son alérgicas

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Imagen de una avispa
Imagen de una avispa

Con la llegada de las estaciones cálidas, es cada vez más habitual encontrarse insectos al aire libre. Las avispas, por ejemplo, aprovechan estas temperaturas elevadas para salir de la colonia en busca de proteínas y nutrientes que llevar a sus larvas. La presencia de estos insectos es positiva para la especie humana, ya que muchas veces defienden los cultivos de otras plagas de insectos. No obstante, la mayoría de nosotros no nos alegramos cuando vemos una cerca, pues existe el miedo de que este insecto nos pique con su aguijón.

A diferencia de las abejas, las avispas pueden picarnos más de una vez sin morirse. Y lo que es más, algunas incluso liberan junto al veneno una sustancia que anima al resto de avispas a también clavar su estilete en nuestra piel. Pero pese al terror, su picadura no suele tener efectos demasiado graves para la salud, haciendo que no sea necesaria la atención médica si se produce.

Los efectos más comunes

El síntoma más habitual es que, en la zona de la picadura, se produzca una pequeña inflamación y sintamos dolor o picazón. También es posible notar el ritmo cardíaco acelerado o una bajada de tensión, así como náuseas, diarrea o cólicos abdominales. La intensidad dependerá, sobre todo, de la cantidad de picaduras que se haya sufrido, aunque la recuperación suele tardar alrededor de una semana.

Sin embargo, existen una serie de síntomas que, en caso de producirse, sí harían necesaria la intervención de los médicos, al tratarse de una señal de que somos alérgicos al veneno de una avispa. Estos son la inflamación de la garganta, los labios, la lengua y la boca, la aparición de una urticaria, el desmayo o la dificultad respiratoria. Cuanto antes vayamos al médico, antes nos recuperaremos.

“Si sabe que es alérgico”, explican en el servicio de información de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, “lleve siempre consigo un equipo de urgencias contra la picadura de abeja y aprenda cómo usarlo. Estos equipos requieren receta médica y contienen un medicamento llamado epinefrina, el cual debe tomar inmediatamente después de la picadura”.

Qué hacer tras la picadura

En cualquier caso, hay una serie de acciones que debemos llevar a cabo después de que nos pique una avispa para que la zona no empeore. La primera es asegurarse de que el aguijón no sigue clavado. Para extraerlo, habrá que raspar con cuidado la orilla de la herida con un cuchillo y otro objeto delgado y recto como una tarjeta de crédito. También se pueden usar pinzas o incluso los dedos, pero si lo hacemos de esta forma hay que evitar comprimir el saco del veneno, que se encuentra en el extremo del aguijón. Si el saco finalmente se rompe, liberará más veneno y los síntomas podrían empeorar.

Después hay que limpiar con agua y jabón el área, para luego aplicar hielo a la picadura durante unos 10 minutos. Este proceso se puede repetir varias veces, siempre con pausas sin hielo de al menos, también, 10 minutos. La zona debe estar lo más quieta posible durante las primeras horas, para evitar que el veneno se expanda, de igual modo que debemos asegurarnos que no haya ninguna prenda de ropa ni complemento que apriete mucho la zona, pues eso podría causar problemas de circulación. Por último, para ayudar con los síntomas de una reacción leve, bastará con tomar algún antihistamínico por vía oral que lleve difenhidramina.

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