La turismofobia no frena el sector turístico: el Gobierno y los principales organismos ven margen para el crecimiento

Al inicio del verano suelen repuntar las protestas de los vecinos por la “saturación” a la que se enfrentan con la llegada de visitantes y se vuelve a poner en cuestión hasta qué punto el sector turístico podrá seguir creciendo al ritmo actual. Las cifras de los primeros meses de 2024 apuntan a un aumento tanto en número de visitantes como de gasto respecto a 2023, marcando nuevos récords, lo que está conllevando ya una revisión mayor del crecimiento del PIB en las regiones más turísticas. Además, las visiones a medio plazo tanto del Gobierno como del Banco de España, la AIReF y la Cámara de Comercio son optimistas y se resumen en que “todavía no estamos en el techo” del crecimiento del sector.

El PIB turístico marca un nuevo máximo histórico y se sitúa en el 12,8% en 2023, según las estimaciones de Exceltur. Se trata de una recuperación completa respecto a 2019 (cuando marcó dos décimas menos) tras hundirse hasta el 6% en 2020 por la pandemia. Además, solo las exportaciones de servicios turísticos aportaron, según el INE, algo más de un tercio al crecimiento del PIB en 2023 (un 0,8 del total del 2,5%) y casi la mitad al avance de 2022 (un 2,5 del total del 5,8%). El turismo es, por tanto, uno de los principales componentes que impulsan el PIB, aunque también están en auge otro tipo de exportaciones.

En el primer trimestre de 2024 el turismo aportó un cuarto al PIB a pesar de ser temporada baja y en el conjunto del año organismos como BBVA Research anticipan que “el crecimiento será más elevado en las CCAA con mayor peso del sector turístico”. El servicio de estudios prevé que las regiones con más visitantes sigan liderando el avance del PIB este año, por lo que estiman un crecimiento anual del 3% para Canarias y de un 2,9% para Baleares frente al 2,5% de media nacional. No obstante, BBVA Research considera que el turismo está “al límite de capacidad en temporada alta” en estas regiones, lo que haría que las exportaciones de servicios pierdan impulso en 2025. En 2023 llegaron 85,2 millones de turistas extranjeros, más que en 2019, y va camino de volver a superarse la cifra en 2024.

Más optimistas son el Gobierno y las principales instituciones económicas que han intervenido en la sesión celebrada este martes por Funcas para analizar la evolución de las exportaciones españolas. Sus principales argumentos para ello son la creciente diversificación de la llegada y el destino de los turistas y las oportunidades que brinda la inversión exterior. Vanesa Álvarez, directora de Inteligencia de Mercados del ICEX e interviniente en la sesión en nombre de la secretaría de Estado de Comercio (Ministerio de Economía), cree que al sector turístico le queda “mucho recorrido” para crecer tanto en el territorio nacional como en el exterior.

Leandro Navarro, subdirector de previsiones macroeconómicas de AIReF, ha reconocido que “hay ciertas zonas que podrían estar llegando a los límites”, aunque ha recordado que “en 2015 ya se hablaba del 11% de PIB turístico como que ello iba a ser un techo y paulatinamente fuimos observando incrementos cada vez superiores del número de pasajeros por vía aérea y por cruceros”. Sostiene además que se empieza a observar la “diversificación” tanto de los países emisores del turismo como de las regiones que están acogiéndolo y apunta a estas vías como las mejores para seguir creciendo.

El hecho de que los turistas estén eligiendo más destinos y fechas diferentes a lo habitual (especialmente el norte de España y los meses fríos) puede tener relación, según un estudio reciente del Banco de España, con que “el cambio climático podría estar originando desplazamientos de turistas”. Si esta tendencia se confirmara, se reduciría la concentración en zonas de mayor afluencia en los meses estivales y aumentaría la ocupación de los destinos de playa durante los meses de otoño e invierno, aunque la Comisión Europea estima que el aumento no lograría compensar la rebaja y acabaría descendiendo el número de turistas en términos anuales. Un efecto que todavía no se ha producido, sino todo lo contrario.

Por otra parte César Martín, economista del Banco de España, ha incidido en la mejora de la calidad detectada en el sector con hoteles que están aumentando su categoría y mejorando infraestructuras. En su opinión, intensificar esta tendencia en las regiones “con más problemas de masificación” permitiría compatibilizar mejor el bienestar de los vecinos con el turismo, especialmente en la temporada alta.

Desde la Cámara de Comercio de España, Raúl Mínguez, director de estudios, ha recordado que España es una potencia turística (cinco cadenas hoteleras nacionales están entre las más grandes del mundo) y que los servicios no tienen por qué prestarse en España para contribuir al PIB. En esta línea ha señalado “oportunidades crecientes” en Latinoamérica, Asia y Albania. En conclusión, María José Moral, economista en Funcas, ha calificado la opinión de los intervinientes de “positiva” respecto a que “todavía no estamos en el techo y podemos seguir mejorando”.

Este moderado optimismo en las expectativas económicas contrasta con las medidas que están poniendo en marcha algunas administraciones locales ante el creciente problema de acceso a la vivienda en las zonas con más viviendas turísticas. El Ayuntamiento de Barcelona pretende eliminar todos los pisos turísticos en noviembre de 2028 para destinarlos a uso residencial aplicando un decreto ley aprobado por la Generalitat y el Gobierno central valora modificar la Ley de Propiedad Horizontal para vetar pisos turísticos en vecindarios.