Estas son las carreteras más peligrosas de España, según la DGT

Las carreteras convencionales representan el 89% de las vías en nuestro país y a pesar de que ocurren solo el 23% de los siniestros, concentran el 53% de las víctimas mortales

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Las carreteras convencionales  registran
Las carreteras convencionales registran las mayores cifras de víctimas mortales (DGT/MINISTERIO DE INTERIOR)

Las carreteras convencionales son aquellas vías que no cumplen con los requisitos de autopista, autovía ni vía para automóviles. Se caracterizan por no tener separación física entre los sentidos de circulación y generalmente presentan un único carril por sentido, según la Dirección General de Tráfico (DGT). Sin embargo, estas tienen un hándicap: son también las más peligrosas de España.

Así lo asegura la revista Tráfico y Seguridad Social del mes de junio que lanza la DGT, en la que explican que en España, las carreteras convencionales representan el 89% de las vías, sumando 148.370 kilómetros de un total de 165.935. Según el Observatorio Nacional de Seguridad Vial, a pesar de que en estas carreteras ocurren solo el 23% de los siniestros, concentran el 53% de las víctimas mortales, lo que las convierte en las más peligrosas. Mejorar su infraestructura es crucial para reducir a cero dichos siniestros y víctimas.

El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible revela que, en los últimos 20 años, el tráfico en las carreteras convencionales de la Red de Carreteras del Estado se ha reducido a la mitad. Sin embargo, estas carreteras siguen registrando las mayores cifras de víctimas mortales y heridos graves.

El diseño de las carreteras convencionales contribuye a su letalidad y, aunque son menos utilizadas, son más peligrosas. El director general de Tráfico, Pere Navarro, destaca: “En España, dos de cada tres fallecidos en carretera se producen en vías convencionales. Tres de cada cuatro motoristas que mueren, lo hacen en ellas. Y de los 118 atropellos que hubo en carretera el año pasado, 62 se produjeron en convencional, casi la mitad. Tenemos que trabajar en estas carreteras”. Según datos de la DGT, en este tipo de carreteras, en 2022, hubo 847 siniestros mortales y 22.032 siniestros con víctimas.

El ejemplo de Suecia

Un enfoque exitoso ha sido el modelo de carreteras 2+1 de Suecia, implementado en 1998. Estas carreteras tienen un carril por sentido y un carril central vallado para adelantamientos alternos, reduciendo las víctimas mortales y los heridos graves en un 50%. En España, los siniestros en las vías convencionales son similares a los de Suecia y podrían beneficiarse de este sistema. “Es una autovía barata que funciona bien para reducir la siniestralidad porque evita las colisiones frontales y las salidas de vía, los dos siniestros más frecuentes en estas carreteras. Según nuestros estudios, si comparamos las carreteras convencionales sin mediana, con las 2+1 y las autovías, la 2+1 es igual de segura que una de gran capacidad. Incluso las muertes de motoristas se reducen un 30% en ellas”, asegura el ingeniero Lars Ekman, miembro de la Administración Sueca de Transporte y del Comité de Dirección del ETSC.

Una DGT a medio gas porque el 55% de las plazas de sus funcionarios de oficina están vacantes: los trámites de Ibiza los tienen que hacer en Burgos.

En 2022, las salidas de la vía fueron el siniestro más frecuente en carreteras convencionales españolas, con 396 víctimas mortales de las 926 registradas en estas vías. Las colisiones frontales y los siniestros frontolaterales en intersecciones también son comunes. Además, muchos de estos accidentes se deben a maniobras de adelantamiento peligrosas y a la falta de divisores físicos de carriles.

Para reducir la siniestralidad, es necesario auditar y renovar estas carreteras. El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible lanzó en 2023 un modelo de conservación preventivo con una inversión de 300 millones de euros a lo largo de tres años. Además de mejorar la conservación, la prioridad es analizar detalladamente cada tramo de la red convencional y proporcionar soluciones específicas adaptadas a cada lugar, considerando tanto la infraestructura como la funcionalidad de las distintas carreteras convencionales.

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