La Familia Imperial de Japón, al borde de la extinción por la falta de varones en la línea sucesoria

La dinastía imperial japonesa se encuentra en riesgo por la falta de herederos varones

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La princesa Kako, la princesa heredera Kiko, el príncipe heredero Akishino, el emperador Naruhito de Japón con la emperatriz Masako y su hija la princesa Aiko en Tokio el jueves 23 de febrero de 2023 en Tokio. (Eugene Hoshiko/REUTERS)
La princesa Kako, la princesa heredera Kiko, el príncipe heredero Akishino, el emperador Naruhito de Japón con la emperatriz Masako y su hija la princesa Aiko en Tokio el jueves 23 de febrero de 2023 en Tokio. (Eugene Hoshiko/REUTERS)

La dinastía imperial de Japón se encuentra en la cuerda floja debido a su ley sálica. La Dinastía Yamato es la monarquía hereditaria más antigua del mundo y dentro de su Constitución se sigue considerando a las mujeres como no legítimas para asumir el mando del país. De esta manera, su fin podría verse cada vez más cerca, ya que la única hija de los emperadores Naruhito y Masako, Aiko, sería la destinada a sentarse en el trono japonés; sin embargo, debido a la ley y las costumbres dinásticas, es imposible.

Actualmente, la Familia Real está formada por únicamente cinco varones, entre los cuales se encuentran el emérito, Akihito, y el emperador actual, quien tiene 64 años. Por lo tanto, la principal de las opciones que tiene la Casa Imperial entre sus manos es el hermano pequeño del soberano, Fumihito, el príncipe Akishino y actual heredero de Japón. Sin embargo, debido a que este tiene 58 años, el pueblo japonés mira hacia su único hijo varón y sobrino del emperador, Hisahito de Akishino.

El príncipe Akishino de Japón y su esposa, la princesa Kiko, saliendo de un hospital de Tokio con su hijo recién nacido, el príncipe Hisahito, el 15 de septiembre de 2006 en Tokio, Japón. (Itsuo Inouye-Pool/Getty Images)
El príncipe Akishino de Japón y su esposa, la princesa Kiko, saliendo de un hospital de Tokio con su hijo recién nacido, el príncipe Hisahito, el 15 de septiembre de 2006 en Tokio, Japón. (Itsuo Inouye-Pool/Getty Images)

Por otro lado, el resto de las opciones que pueden barajar girarían en torno al tío del emperador, el príncipe Hitachi, de 88 años, y su descendencia. En el caso de que la Casa real continúe trayendo al mundo hijas, la Constitución de Japón tendría que vivir tiempos de cambios. Unas modificaciones que comenzaron a estudiarse con el nacimiento de Aiko hace 22 años. En ese momento, la princesa Toshi tenía únicamente primas mujeres, por lo tanto, jueces, catedráticos y funcionarios empezaron a plantear la posibilidad de un cambio en la ley sálica.

Un proceso que finalizó en cuanto el hermano del emperador tuvo su tercer hijo y primer barón de la Familia Real. A pesar de que el 79% de la población nipona estaba de acuerdo con la modificación de la ley, se cerró la puerta a la reforma. Una posibilidad que no ocurrió tampoco 230 años atrás, cuando la Emperatriz Go-Sakuramachi, la única no consorte de su historia, asumió el trono de Japón. Casos parecidos solo han ocurrido únicamente en diez ocasiones desde los comienzos del Trono del Crisantemo en el 660 a.C.

Los actuales emperadores fueron muy criticados por el propio seno de la Casa Imperial por su imposibilidad para engendrar un varón. Tanta fue la presión sobre la emperatriz consorte que acabó sumida en una depresión que lleva arrastrando desde hace más de dos décadas. De hecho, Masako nunca ha sido bien vista para convertirse en mujer de Naruhito, ya que la consideraban una plebeya. A pesar de ser una magnífica diplomática a la que conoció durante un evento de bienvenida organizado en Tokio a la Infanta Elena en 1986, para ellos nunca ha sido suficiente.

El emperador japonés Naruhito y la emperatriz Masako saludan en el balcón del Palacio Imperial de Tokio, Japón. 23 de febrero de 2024. (YOSHIKAZU TSUNO/REUTERS)
El emperador japonés Naruhito y la emperatriz Masako saludan en el balcón del Palacio Imperial de Tokio, Japón. 23 de febrero de 2024. (YOSHIKAZU TSUNO/REUTERS)

¿Qué funciones tiene el Emperador?

Según la Constitución de Japón, el Emperador ejerce como “símbolo del Estado y de la unidad del pueblo”. Para ellos, al tratarse de una figura milenaria, es además un aspecto más de la cultura japonesa y como tal es considerado como un semidiós, ya que para ellos se trata de un descendiente de la diosa del Sol.

A pesar de esto, el Emperador no ejerce los poderes legislativos, de los cuales se encarga el gobierno del país. Aunque sí que se encuentra presente durante actos de Estado como designación del primer ministro o el presidente del Tribunal Supremo y la creación de las leyes.

Dentro de sus deberes, el soberano debe de mostrarse siempre durante la representación del país durante la visita de embajadores y diplomáticos extranjeros, así como con los representantes de diferentes Estados. También forman parte de ceremonias de premios y diferentes actos culturales.

La princesa japonesa Aiko, hija del emperador Naruhito y la emperatriz Masako, posa para los medios de comunicación en la Sociedad de la Cruz Roja Japonesa cuando comienza a trabajar el 1 de abril de 2024. (YUICHI YAMAZAKI/REUTERS)
La princesa japonesa Aiko, hija del emperador Naruhito y la emperatriz Masako, posa para los medios de comunicación en la Sociedad de la Cruz Roja Japonesa cuando comienza a trabajar el 1 de abril de 2024. (YUICHI YAMAZAKI/REUTERS)
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