James Gandolfini, Bryan Cranston y ahora también Jon Hamm. Todos estos actores tienen algo en común, y es que han dado vida a tres de los personajes que han marcado la ficción moderna en cuanto a televisión se refiere. Tony Soprano, Walter White y Donald Draper han sido sin duda tres hombres clave para entender la época dorada de la televisión a través de tres series muy distintas pero celebradas como Los soprano, Breaking Bad y Mad Men, respectivamente. Sin embargo, por muy icónicos que sean estos personajes, tras ellos se ha generado también una concepción algo equivocada que con el tiempo ha comenzado a sufrir el propio Jon Hamm.
“Jimmy Gandolfini, a quien conocí un poco, tenía una relación similar con Tony Soprano, y Bryan Cranston la tenía con Walter White. El personaje fue encumbrado por las razones equivocadas”, admite Hamm en una entrevista reciente sobre Draper, el personaje al que encarnó entre 2007 y 2015, y que le terminó valiendo premios como los Globos de Oro, el Sindicato de Actores o el Emmy, el cual se le resistió hasta la temporada final de la serie. En Mad Men, Don tiene más idas y venidas que ningún otro personaje, entre su separación de Betty (January Jones) y su ascenso y caída en la empresa de publicidad que él mismo llegaba a dirigir junto a Roger Sterling (John Slattery).
“La gente pensaba que Don era un hombre dechado de masculinidad o lo que fuera. Hubo tantas reflexiones, y dices: ‘Espera, estaba bastante jodido’. Y yo estaba muy contento con cómo Matt terminó la historia, pero también fue duro”, explica el actor en referencia al arco de rendención del personaje que escribió el showrunner Matthew Weiner en la séptima y última temporada de la producción de AMC. Hasta entonces el personaje de Draper había tenido más grises que claros, y sobre todo su imagen como mujeriego y manipulador no es algo que lo encumbre como modelo a seguir.
Los amigos que se hicieron por el camino
La serie, que culminaba con un guiño al anuncio mítico de Coca Cola de 1971 (I’d Like to buy the world a coke), dejaba a un Donald Draper más en paz consigo mismo que nunca, algo distinto al destino que corrieron tanto Tony Soprano como Walter White, personajes mucho más trágicos en ese sentido. No obstante, eso no fue motivo para que no pudiera tener una gran relación con los otros dos titanes de la actuación, especialmente con Gandolfini, quien falleció en el año 2013.
“Jimmy y yo tenemos una conexión muy interesante porque cuando falleció, su hijo, Mikey, me tendió la mano, y he sido un poco su mentor. Me dijo: ‘Mi padre me dijo que eras un buen tipo’. Yo estaba literalmente como, ‘OK, seamos amigos’. Y lo es. Es mi amigo”, aseguraba Hamm en una reciente entrevista para The Hollywood Reporter. Con Cranston aparentemente ha tenido menos contacto estos años, aunque recuerda una curiosa anécdota: “Hicimos una de nuestras primeras sesiones de fotos juntos para la nueva línea de AMC. Él estaba en calzoncillos ajustados y un delantal químico y yo estaba en traje con un cigarrillo. Me dijo: ‘Tienes un acuerdo mejor en esto’”, comentaba entre risas Hamm, al que en los últimos años se ha podido ver en películas como Top Gun: Maverick, Confiesa Fletch o Chicas malas.