Tras más de 24 horas de búsquedas en el interior de la cueva de Garma Ciega-Sima del Sombrero, los dos espeleólogos, declarados desaparecidos desde el domingo, han sido localizados ilesos en el interior de la cavidad, tal y como han informado fuentes del Gobierno de Cantabria.
El sábado al mediodía, una pareja se adentró en la cueva en una de las rutas subterráneas más gratificantes, y duras, de la geografía española. No llegaron a salir, y actualmente dos equipos de la Unidad Militar de Emergencias buscan en el interior de la gruta, 11 personas desde el interior del lugar y otras 40 desde fuera, tras los fallidos intentos de encontrarlos por parte de los equipos de rescate locales. De este modo, las nuevas agrupaciones realizarán una exhaustiva búsqueda por zonas que se salgan de la travesía, por si en algún momento se perdieron.
“Nos deja un poco descolocados porque esperábamos dar con ellos en algún punto de la cueva”, contó a los medios el coordinador de emergencias, Javier Allende, después de las primeras incursiones. De este modo, el nuevo operativo pensaba explorar hasta 40 kilómetros de grutas alternativas de la gigantesca y complicada cavidad en la que los dos jóvenes podrían haberse extraviado. Sin embargo, la pareja, que se encontraba detenida en un ramal de la gruta tras haberse quedado sin luz y no ver por donde seguir, no perdió la calma en ningún momento. “Teníamos de todo, teníamos agua, comida, punto caliente y esperar a que nos vinieran a buscar y nos indicaran la salida”, ha contado Alfonso Urrutia a los medios, una vez ya habían salido fuera.
Así es Garma Ciega, la complicada cueva en la que se perdieron
Los dos jóvenes, de Salamanca y Valladolid, estaban realizando una de las rutas más difíciles entre las que exploran las galerías de las montañas cántabras. El hombre, de 40 años, contaba con experiencia en expediciones de esta índole e incluso había hecho la travesía en una ocasión. Aún así no avisaron a los equipos del 112, que no tenía “conocimiento de ello”, un requisito previo indispensable por si, de ocurrir incidentes de este tipo, se proceda a una respuesta inmediata. En su caso, el operativo se inició unas 12 horas tras su entrada.
La cueva en la que se han perdido los jóvenes no lleva mucho tiempo siendo explorada. Fue redescubierta por la Asociación Espeleológica Ramaliega en 1996, en una exploración que culminó con el descubrimiento de 1,5 kilómetros de nuevas galerías que unían Garma Ciega con la red subterránea de pozos de Cellagua, un lugar atractivo sin duda para los espeólogos, pero que ya entonces dio muestras de su gran dificultad de la zona, incluida en la región que llaman “el Himalaya de la espeleología” por la longitud de los recorridos. Esta, en concreto, es de entre 3,3 km y 6 kilómetros, según el itinerario que se siga.
“Nuestra apreciación global sobre la travesía, es que solo es apta para espeleólogos confirmados con experiencia en todo tipo de terrenos y en buena forma física”, afirman desde a Fundación Espeleosocorro Cántabro ESOCAN. Algo lógico, si tenemos en cuenta que la travesía tiene una duración estimada de entre 12 y 20 horas sin realizar ninguna parada, con importantes desniveles que llegan a alcanzar los 440 metros y que requieren, también, experiencia en la navegación subterránea, pues algunas zonas pueden estar anegadas.
“No es una travesía disfrutona para pasarlo bien sin agotarse demasiado. Muy al contrarió es bastante agotadora, sobre todo por el agua siempre presente que nos moja y enfría y lo retorcido de los meandros intermedios, además del baño inevitable que además de aumentar el frío obliga a llevar bastante peso y bulto”. Es por esta razón que Garma Ciega suele ser más un lugar visitado por “aquellos espeleólogos que quieran probar sus fuerzas y su técnica en todo tipo de terrenos” que un punto de iniciación.
Así, para que no haga falta llevar material adicional con el que cargar, la cueva cuenta ya con varias señales y una infraestructura básica de cuerdas y arneses, necesarios para realizar la travesía. De hecho, una de las hipótesis en ser manejada fue que los desaparecidos no pudieran acceder a una de las cuerdas, que según informaron unos visitantes anteriores, se quedaba enganchada en una de las repisas. El primer equipo de rescate alcanzó la zona indicada, pero no lograron encontrar a nadie. Por suerte, las labores de rescate de la UME han resultado en el mejor desenlace posible.