Los presos vascos tendrán 1.300 nuevos televisores gratis en sus celdas, mientras el resto de reclusos los tienen que pagar de su bolsillo

El Gobierno vasco se gasta 235.000 euros en comprar los aparatos para las tres cárceles que son de su competencia. Asegura que servirán para “enriquecer el lenguaje” de los reclusos y lograr “mejoras a nivel anímico, psíquico y de integración social”

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Entrada del centro penitenciario de
Entrada del centro penitenciario de Zaballa, en Álava. (Iñaki Berasaluce/Europa Press)

El Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno vasco, del que dependen las competencias penitenciarias desde junio de 2021, está instalando estos días en las tres cárceles que hay en Euskadi (Basauri en Vizcaya, Martutene en San Sebastián y Zaballa en Álava) un total de 1.300 nuevos televisores en las celdas de los presos. Una excepción a la norma. En el resto de España, donde el Ministerio del Interior gestiona 67 cárceles y 13 Centros de Inserción Social (excepto en Cataluña, donde también están transferidas estas competencias), lo normal es que sean los presos los que se compren sus propios televisores si quieren tener uno en su celda.

La memoria justificativa del contrato de compra licitado por el Gobierno vasco argumenta que “los establecimientos penitenciarios deberán contar en el conjunto de sus dependencias con servicios idóneos de dormitorios individuales, enfermería, escuelas, bibliotecas, instalaciones deportivas y recreativas, talleres, patios, peluquería, cocina, comedor, locutorios individualizados, departamento de información al exterior, salas anejas de relaciones familiares y, en general, todos aquellos que permitan desarrollar en ellos una vida de colectividad organizada y una adecuada clasificación de los internos, en relación con los fines que en cada caso les están atribuidos”. Todo con el objetivo de la reinserción una vez cumplidas las condenas.

Actualmente, las tres cárceles vascas tienes una capacidad operativa para albergar a 1.022 presos. El Gobierno regional señala que muchas de las celdas disponen ya de televisores, pero dada su antigüedad, hay que ir renovando el aparato en algunos casos, y en otros hay que instalarlos por primera vez en estancias que no disponen de ellos. El Ejecutivo autonómico se ha gastado 235.484 euros (IVA incluido) en adquirir 1.047 televisores de 23 pulgadas, 158 de 40 pulgadas, 92 de 32 pulgadas y tres de 50 pulgadas, además de 1.300 soportes para fijarlos a las paredes. Se prefiere que las televisiones no incluyan mando a distancia.

Un medio de distracción

El Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales considera que “la población reclusa pasa muchas horas en las celdas y el hecho de que estas estén dotadas con televisores es importante, ya que se les da un medio de distracción, sobre todo a las noches. Pueden aprender muchas cosas interesantes en el caso de ver programas educativos, estar al día de sucesos que pasan en las noticias, enriquecer su lenguaje, repercutiendo positivamente en la mayoría de los casos en mejoras a nivel anímico, psíquico y de integración social. Áreas de importante trascendencia en la tarea de reeducación y reinserción social”.

El centro penitenciario de Estremera,
El centro penitenciario de Estremera, en Madrid. (Carlos Luján/Europa Press)

La política penitenciaria que se sigue en el País Vasco choca con la del resto de España. Un portavoz de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, señala que el resto de cárceles repartidas por todo el territorio nacional tienen televisores para que sean usados por los internos en las zonas comunes. “Si un preso quiere tener una televisión en su celda, debe comprarla en el economato o puede traerla de fuera tras ser autorizado por el centro”. Desde el sindicato ACAIP-UGT señalan que no es del todo cierto. “Esto es así en los centros más antiguos, pero en los más modernos se instalaron televisiones encastradas en la pared de las celdas para que no puedan ser manipuladas”.

Instituciones Penitenciarias puso en marcha en 2007, con el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba como ministro del Interior, un plan para instalar televisores en las celdas. La primera cárcel con aparatos de plasma fijados a la pared fue la de Puerto de Santa María (Puerto III, en la provincia de Cádiz). Luego llegaron a los centros de Morón de la Frontera (Sevilla), Albocàsser (Castellón), Estremera (Madrid) y San Bartolomé de Tirajana (Las Palmas de Gran Canaria). Pero la crisis económica azotó con fuerza España a partir de 2008 y se desató cierta polémica cuando se hizo público que la nueva prisión de Pamplona también contaría con teles en las celdas de los reclusos. Instituciones Penitenciarias decidió entonces no colocarlas y descartarlas en otras cárceles que se estaban construyendo.

El día que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid confirmó la condena a 15 años de cárcel a César Román, El Rey del Cachopo (Europa Press)

Celdas más amplias

Los reclusos de País Vasco son más afortunados. Tendrán tele gratis. Para los sindicatos, la prisión de Zaballa es de las mejores que hay en toda España. Inaugurada en 2011, sus celdas son más amplias (13 metros cuadrados por 11 del resto) e individuales y cuenta entre sus instalaciones con piscina cubierta, frontón, campo de fútbol, polideportivo, sala de conferencias, de proyecciones, de instrumentos musicales y biblioteca. En Guipúzcoa se está construyendo actualmente la prisión de Zubieta que sustituirá a la de Martutene. Está previsto que esté operativa en 2025.

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