El Gran Duque Enrique de Luxemburgo anuncia que dejará sus deberes reales el próximo octubre

Inesperado anuncio en la Monarquía de Luxemburgo. El Gran Duque Enrique ha aprovechado la Fiesta Nacional de Luxemburgo, este 23 de junio, para anunciar que dejará las funciones del trono en manos de su hijo el Gran Duque Heredero Guillaume. Este asumirá el papel de “Teniente Representante” el próximo octubre, marcando así una transición histórica en la monarquía del país.

Un anuncio que llevaba ciertos días circulando en los medios luxemburgueses, pero que ha confirmado el monarca este domingo con una emotiva declaración: “Con todo mi amor y confianza, le deseo de todo corazón una mano muy feliz”, refiriéndose a su hijo. Aunque ha pillado desprevenido a la prensa, ya que el discurso se ha mantenido con gran hermetismo hasta esta mañana.

Por otro lado, el Gran Duque Enrique ha dejado claro que ha sido una decisión meditada con su esposa, María Teresa de Luxemburgo, su hijo Guillermo, y su nuera Estefanía. Estos últimos, asumirán las funciones gubernamentales a partir del mes de octubre, mientras que su padre mantendrá el título oficial. Ya que no se considera una abdicación, sino que la monarquía cambiará de representante. Esta modificación institucional podría tardar hasta tres años en completarse, ya que en octubre de 2025, la pareja granducal celebrará su 25º aniversario en el trono.

Las reacciones no han tardado en llegar y el primer ministro Luc Frieden ha sido el primero en opinar sobre la noticia, señalando que llevaba tiempo discutiendo la transición con el Gran Duque Enrique. Frieden ha afirmado que la medida cuenta con su “pleno apoyo” y también ha expresado su confianza en que la familia granducal realizará el cambio de una forma “ejemplar”.

Además de ello, la prensa ha querido conocer el motivo de este anuncio en una fecha tan señalada, y el primer ministro ha explicado que sus reuniones con el Gran Duque Enrique son confidenciales, aunque sí ha señalado que se trata de un momento “normal, pero histórico” para la monarquía de Luxemburgo.

Ascendió al trono el 7 de octubre de 2000, tras la abdicación de su padre, el Gran Duque Juan. Y durante su reinado, siempre ha desempeñado un papel principalmente ceremonial, al ser Luxemburgo una monarquía constitucional parlamentaria unitaria. Sin embargo, ha sido una figura unificadora en la sociedad luxemburguesa, representando al país en actos oficiales y diplomáticos tanto en el ámbito nacional como internacional. Además, ha trabajado en estrecha colaboración con el gobierno luxemburgués para promover la imagen y los intereses de Luxemburgo en el exterior.

Enrique ha puesto un especial énfasis en cuestiones sociales y humanitarias, participando activamente en organizaciones benéficas y apoyando causas relacionadas con la salud, la educación y los derechos humanos. A lo largo de los años, se ha involucrado en la promoción de la cultura y las artes en Luxemburgo, contribuyendo al fortalecimiento de la identidad nacional.

Por otro lado, su hijo Guillermo ha ganado mucha relevancia en los últimos años, ya que se ha ido preparando para asumir roles cada vez más importantes dentro de la monarquía. Su mujer Estefanía, por su parte, ha estado presente en varias causas sociales y culturales, complementando las funciones de su esposo. Por lo tanto, el matrimonio continuará con la modernización del país en cuanto a derechos humanos, innovación tecnológica y cooperación internacional, temas que han sido áreas de interés durante el mandato de su padre.