Mujeres explotadas que trabajaban “como reclamo de clientela masculina” en la discoteca madrileña favorita de famosos y futbolistas. La Policía Nacional ha detenido al propietario de la sala Opium acusado de explotar laboralmente a 22 mujeres que ejercían la labor de “chicas de imagen” sin estar dadas de alta en la Seguridad Social, según informa la Jefatura Superior de Policía de Madrid.
Meses atrás, los agentes llevaron a cabo redadas en varios locales de ocio de la capital en un dispositivo dirigido a identificar indicios de explotación laboral sobre el colectivo conocido como “chicas de imagen”. Al acceder a la discoteca Opium, ubicada en la céntrica calle de José Abascal, los policías detectaron una “alta afluencia” de este tipo de perfil de jóvenes, por lo que procedieron a realizar una inspección el pasado mes de diciembre.
Junto a la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social, identificaron a 66 empleados, entre ellos 22 mujeres que decían estar trabajando como “chicas de imagen”. No estaban dadas de alta en la Seguridad Social y cuatro de ellas se encontraban en situación irregular en nuestro país. En ese momento, los agentes impusieron un total de 21 infracciones a la sala por incumplir la normativa laboral y la de extranjería.
Pero la investigación continuó. Los agentes descubrieron que las mujeres contratadas “como reclamo de clientela masculina” habían sido captadas por redes sociales y otros medios. El personal de la discoteca les pedía fotografías y, una vez dado el visto bueno, las jóvenes pasaban a formar parte de una bolsa de trabajo gestionada a través de un grupo creado en una aplicación de mensajería que contaba con unas 200 participantes.
Pagos de entre 50 y 80 euros por noche
Las mujeres debían aceptar “condiciones específicas de vestimenta” y comprometerse a dispensar un “trato cercano y alegre”, a veces incluso “sugerente”, a cambio de cuantías que oscilaban entre los 50 y los 80 euros por noche. La discoteca les abonaba esas cantidades de tres formas diferentes: al cierre de cada evento, al final de semana por los servicios acumulados o mediante medios de pago telemático al margen de la fiscalización económica.
En cuanto al perfil de las trabajadoras, eran mujeres jóvenes, de entre 20 y 30 años, cuya función, además de atraer a la clientela masculina, era “incentivar la contratación de espacios reservados dentro del local”, así como “maximizar el consumo en el interior de la discoteca”.
Tras estas indagaciones, la Policía Nacional procedió a la detención del propietario de la discoteca Opium como presunto autor de un delito contra los derechos de los trabajadores.
Esta investigación se enmarca en una línea de trabajo desarrollada por la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras (BPEF) de la Jefatura Superior de Policía de Madrid para la prevención de la explotación laboral en locales de ocio, la cual continuará operativa en los próximos meses en colaboración con la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social de Madrid.