Javier Milei volverá este viernes a Madrid un mes después de su última visita, la primera como presidente de la República de Argentina. Aunque este viaje será de carácter privado, el mandatario argentino ha vuelto a rehusar reunirse con Pedro Sánchez, pero sí lo hará en esta ocasión con la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. En mayo, hizo lo propio con el presidente de Vox, Santiago Abascal, a quien acompañó en un acto del partido de extrema derecha.
La nueva visita de Milei se enmarca en plena tensión diplomática entre la administración argentina y española, que se constató con la retirada definitiva de la embajadora española en Buenos Aires, María Jesús Alonso Jiménez, una decisión que el Gobierno no planea revertir “de momento”, según confirman fuentes diplomáticas a Infobae España. Y es que, el conflicto, lejos de cerrarse, sumará un nuevo capítulo con motivo del encuentro entre Milei y Ayuso, azote del Gobierno de Pedro Sánchez.
Milei recibirá este viernes un premio del Instituto Juan de Mariana, pero previamente, la presidenta popular madrileña aprovechará su paso por la capital para entregarle la medalla internacional de la Comunidad de Madrid, una concesión que la izquierda madrileña ha amenazado con llevar a los tribunales al entender que no tiene justificación legal. En la nueva visita, el mandatario argentino, que ha vuelto a atacar a Sánchez en las últimas horas, no ha pedido reunirse con el Ejecutivo.
Esto motivó una dura reprimenda por parte del Gobierno de Sánchez, que aleja la posibilidad de que se restituyan a corto plazo los cauces diplomáticos. Y, por ende, impide que se acelere el regreso de la embajadora argentina o la decisión de nombrar a un nuevo diplomático en la capital argentina. “No vamos a tener embajador de momento”, apuntalan fuentes de la diplomacia española. Por tanto, la Embajada continuará a nivel de encargado de negocios, tal como anunció Albares el pasado 21 de mayo.
El Gobierno arremete contra Milei
A pesar del carácter privado de la visita, los de Pedro Sánchez sacaron pecho del trato que recibirá Milei por parte de las administraciones españolas. Nuevamente, el Ejecutivo ha autorizado al presidente argentino a que aterrice en la base aérea de Torrejón de Ardoz y ha puesto a su disposición escolta. Moncloa “sigue tratando al cargo de presidente de la República de Argentina, un pueblo hermano del español, con el respeto que merece tan Alta Magistratura”, comentaron fuentes diplomáticas.
A su parecer, este gesto contrasta con la actitud de Milei ante la “reiterada de búsqueda de la confrontación y la ofensa a nuestras instituciones y a nuestra democracia, algo sin precedentes en las relaciones internacionales y en los usos diplomáticos entre naciones”. Así, de cara a la visita, el mensaje del Gobierno es que “sigue vigilante en defensa de las instituciones españolas”.
Para la administración liderada por Pedro Sánchez, resulta “sorprendente y anómalo” que un presidente extranjero “no haya solicitado” en ninguna de sus primeras visitas a España un encuentro institucional con su homólogo, “como hacen todos los presidentes del mundo, al tiempo que mantiene encuentros de carácter privado y con autoridades autonómicas”.
El Ejecutivo tampoco dejó pasar la oportunidad para arremeter contra Ayuso al considerar que la presidenta madrileña “hace gala de una profunda deslealtad hacia las instituciones españolas”. Estas fuentes informan de que la actuación de la líder regional del PP va en contra del artículo 5.2 de la Ley 2/2014 de la Acción y del Servicio Exterior, aprobada durante el mandato de Mariano Rajoy, al “no informar al Ministerio de Exteriores de su encuentro con un mandatario extranjero, tal y como obliga dicha ley”.
Una tensión en las relaciones que viene de hace meses
A la espera de lo que dé de sí el encuentro, su visita supondrá un paso más en la tensión que mantienen Javier Milei y Pedro Sánchez desde que el argentino tomó posesión de su cargo en diciembre de 2023. En esa cita, el rey Felipe VI acudió acompañado por Fernández Trigo, ya que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, alegó una reunión con sus colegas europeos al día siguiente en Bruselas para excusar su desplazamiento a Buenos Aires.
Las relaciones sufrieron otro traspié con Óscar Puente como protagonista. El ministro de Transportes español se vio obligado a reconocer su “error” después de acusar al mandatario argentino de haber “ingerido sustancias”. Puente hizo estas declaraciones en el marco de un acto en la Universidad de Salamanca ante una audiencia de 200 personas, y en un discurso de media hora en el que, como recordó después, también dejó bien parado al presidente argentino desde el punto de vista de la comunicación política.
En todo caso, desde la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Puente afirmó que, de ser consciente de la repercusión de sus palabras, no las habría pronunciado. “Si hubiera tenido la mínima noción, y ese es quizá mi gran error, de que iba a tener la difusión y la repercusión que ha tenido, no hubiera dicho lo que dije”, apostilló, dando por zanjado el asunto. Asimismo, el portavoz de la Casa Rosada hizo lo propio y la polémica quedó cerrada.
Sin embargo, la visita de Milei en mayo lo dinamitó todo. En un acto de Vox celebrado en Madrid, Milei arremetió contra el Gobierno liderado por el secretario general del PSOE y su esposa, a quien acusó de “corrupta” por la polémica judicial que le rodea. Un día después de estas palabras, lejos de disculparse, como exigió el Gobierno de España, el presidente argentino elevó el tono.
A pesar de que el Ejecutivo español amagó con romper las relaciones diplomáticas con Argentina, si Milei no realizaba una rectificación pública, el presidente argentino acusó a Sánchez de “cobarde” y “totalitario” al creerse “dueño del Estado”. Asimismo, señaló en una entrevista que el presidente del Gobierno “se esconde entre las faldas de las mujeres”. Tras estas declaraciones, que se sucedieron con posterioridad, el Gobierno adoptó la decisión de mantener en Madrid a la embajadora española en Argentina después de llamarla a consultas “sine die” dos días antes, horas después de la intervención de Milei en el acto de Vox en Madrid junto a otros líderes internacionales de extrema derecha, como Giorgia Meloni (Italia) o Marine Le Pen (Francia).
Un mes después, ninguna de las dos administraciones ha dado por zanjado el asunto diplomático. De hecho, el propio Milei arremetió este martes por enésima vez contra Pedro Sánchez. En una entrevista con el canal Todo Noticias (TN), el mandatario argentino volvió a llamar “cobarde” al líder del Ejecutivo español y le acusó de estar “aplicando el mismo modelo que (Nicolás) Maduro”, presidente de Venezuela.
Otros precedentes
Una cosa hay clara y es que ni Milei ni Sánchez están por la labor de romper las relaciones entre pueblos “hermanos”. Otra cosa será la restitución de las relaciones diplomáticas. En cuanto a la decisión de la retirada de la embajadora en Buenos Aires, el precedente similar más inmediato fue el doble capítulo de tensión con Venezuela.
España retiró a su embajador en Caracas el 8 de abril de 2016 por los reiterados insultos del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien llegó a tachar de “basura racista, corrupta y colonialista” al entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Apenas un mes y diez días después, el exministro de Asuntos Exteriores y Cooperación José Manuel García-Margallo ordenó el regreso a la capital venezolana de Antonio Pérez-Hernández.
En noviembre de 2020, el Gobierno de Pedro Sánchez volvió a retirar a su embajador en Caracas en protesta por las elecciones parlamentarias de diciembre 2020, una cita que Moncloa no reconoció debido a las numerosas irregularidades con que fueron convocadas y celebradas. No fue hasta diciembre de 2022 cuando Albares decidió elevar el grado de representación española con Ramón Santos (desempeñaba el cargo de encargado de negocios en Venezuela) al frente.
Más allá de la retirada de la embajadora, España puede declarar persona non grata al embajador u otro miembro del personal diplomático, una medida que ya se tomó con el embajador de Venezuela en España, Mario Isea. Asimismo, el Gobierno puede expulsar al embajador o a funcionarios de la institución.
En este apartado, el Ministerio de Asuntos Exteriores comunicó en abril de 2022 la expulsión de 27 funcionarios de la Embajada de la Federación Rusa en Madrid, entre diplomáticos y otro personal adscrito a la legación, como respuesta a los crímenes de guerra cometidos por las tropas rusas en Ucrania. Cabe destacar que esta acción, así como la decisión de mantener los embajadores europeos en Moscú y una serie de sanciones económicas, fue “coordinada” con el resto de países de la UE, tal como alegó el Gobierno.