Mallorca sale a la calle para pedir la dimisión de Le Senne y defender la Ley de Memoria Democrática autonómica

Cientos de personas, convocadas por la plataforma Memoria Democrática, se han concentrado en para pedir la dimisión de Gabriel Le Senne, presidente del Parlament balear, que rompió la foto de Aurora Picornell, una sindicalista asesinada durante la Guerra Civil. Sucedía el pasado martes, cuando se celebró el último pleno ordinario del Parlament de les Illes Balears antes del verano. Con los votos a favor del PP y Vox, se aprobaba la toma en consideración de una proposición de ley presentada por Vox para derogar la Ley de Memoria y Reconocimiento Democráticos autonómica.

La sesión estuvo marcada por una tensión latente que fue creciendo de forma escalonada. El presidente de la Cámara pedía a la diputada del PSIB-PSOE, Mercedes Garrido, que quitara las fotos que tenía sobre la mesa. La socialista se negó, alegando que eran “mujeres asesinadas por tropas falangistas” y sus imágenes estaban ahí como “acto de justicia y reparación”. Entonces, Le Senne decidió tratar de quitarlas el mismo y al tiempo que la bancada del PSIB-PSOE le recriminaba que no podía tocar el ordenador de la diputada donde estaban sujetas las imágenes. Finalmente, Garrido y su compañera de partido, Pilar Costa, abandonaban el pleno expulsadas; y Le Senne arrancaba una de las fotografías donde aparecía el rostro de Aurora Picornell.

La polémica también saltó al Congreso de los Diputados. Durante la sesión de control del miércoles, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, calificaba de “execrable” el comportamiento de Le Senne y pedía su dimisión, uniéndose al resto de partidos de la región, a excepción de los populares. Finalmente, el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, ha anunciado este jueves que el Gobierno trasladará a la Fiscalía las acciones del president del Parlament, “por si son constitutivas de un delito de odio”.

El miércoles, Le Senne trataba de cerrar la polémica y pedía disculpas por “haber perdido los estribos”. Lo hacía en declaraciones a RTVE de las Islas Baleares. “No rompí nada a propósito, mi intención era retirar ese cartel y así lo ordené”, señalaba. El mismo día, el partido publicaba en su página web un comunicado en el que pretendía “responder a la campaña de odio impulsada por la izquierda” donde expresaban que “en cualquier caso, no se puede censurar la actuación del presidente sin antes considerar la provocación inicial de las expulsadas”.

Este movimiento, que es el comienzo del fin de la norma aprobada durante el Gobierno de la Socialista Francina Armengol, es parte del acuerdo conjunto de ambos partidos para formar el Gobierno de las Islas Baleares. Para que la popular Marga Prohens fuese investida con la abstención del partido de Santiago Abascal, el PP aceptó y firmo 110 puntos del acuerdo programático, que incluía la derogación que ya se ha puesto en marcha y que llevado a los colectivos memorialistas de las islas a protestar en la calle.

Picornell, conocida como La Pasionaria mallorquina, fue asesinada por el bando franquista la noche del 5 de enero de 1937 con tan solo 25 años. Su cuerpo fue arrojado en una fosa común y tuvieron que pasar 85 años de su muerte para que encontraran sus restos en el cementerio de Son Coletes (Manacor).

La joven modista y responsable de la organización de mujeres del Partido Comunista en las Islas Baleares fue detenida y encarcelada en los primeros días tras el golpe de Estado que dio paso a la Guerra Civil. Estaba casada y era madre de una niña pequeña. Tras su captura, fue trasladada a una prisión franquista de mujeres. La fue condenada muerte y seis meses después murió en el pelotón de fusilamiento en el cementerio Son Coletes.

El Diario de Mallorca recoge que Picornell estaba convencida de que la matarían.”Me llevan a matar, Maria Lluïsa. Mira, me llevo este ovillo de hilo. Si mañana sigo con vida, esté donde esté, te lo haré llegar”, le dijo a una amiga llegado el momento, pero el ovillo nunca llegó.