Los agentes de aduana son los encargados de llevar el control legal de las importaciones y exportaciones de mercancías en las fronteras de España. Sus actuaciones están encaminadas a la represión de los delitos e infracciones de contrabando, el blanqueo de capitales, el fraude de Impuestos Especiales o la lucha contra el tráfico de drogas, entre otros delitos.
Respecto a este último, un agente de la Guardia Fiscal y de Fronteras de Madrid ha narrado en el programa de La Sexta Más Vale Tarde (MVY) algunos de los lugares más inverosímiles donde ha encontrado drogas. El agente ha explicado también el procedimiento de control de equipaje y pasajeros en el aeropuerto de Barajas, en Madrid.
“Las mochilas deben de entrar en el control recostadas. Si queremos ver si hay un doble fondo podemos ponerlas también de lado”, ha detallado el agente a la reportera. En una de sus inspecciones, el guardia civil extraía un cenicero de la mochila de un pasajero. Preguntado acerca del objeto, el agente de aduanas aseguró que es posible “llevar pequeñas cantidades de cocaína escondida dentro de un cenicero”. Ante la incredulidad de la entrevistadora, el agente añadió que algunas mochilas registradas han llegado a portar un kilo de esta sustancia.
Ante la pregunta de “cual es el escondite más raro que has visto”, el agente aseguró que había llegado a encontrar droga dentro de pañales de bebés o en piernas ortopédicas. “Donde puede llegar la imaginación de una persona, ahí puedes llegar a encontrar droga”, afirmó.
“Cualquier persona puede ser una mula de la droga”
Las “mulas” son aquellas personas que transportan sustancias ilegales de un lugar a otro, a menudo cruzando fronteras internacionales. Estas personas son utilizadas por organizaciones de narcotráfico para mover drogas a través de métodos que buscan evitar la detección por parte de las autoridades, desde llevar las drogas en su equipaje, hasta llevarlas adheridas al cuerpo o incluso ingeridas en cápsulas que posteriormente son expulsadas del organismo, una práctica que pone en grave peligro a las personas que lo transportan.
El agente explicaba que estas organizaciones reclutan incluso a indigentes para llevar a cabo el transporte de la mercancía. “Le ofrecen un dinero y le disfrazan. Una mula puede ser un hombre de 70 años [...] no existe un perfil como tal”.
Otros productos ilegales
En otra escena del reportaje, el guardia civil procedía a examinar a varios pasajeros que llegaban a Madrid desde distintos puntos del planeta, desde Doha hasta Congo. En uno de los controles examinó una bolsa con lo que parecían ser especias, aunque una vez pasado el reactivo dio negativo -de cambiar de color al rosa significaría positivo en drogas-.
La escena más llamativa llegaba a continuación, cuando en otra inspección de equipaje, esta vez hacia un pasajero procedente del Congo, el agente abría una caja que contenía diferentes productos,a demás de desprender un olor insoportable para los allí presentes. Primero sacó lo que parecía ser un pez totalmente petrificado y después extrajo varias bolsas llenas de gusanos. “Evidentemente, este tipo de alimentos no pueden pasar por la aduana”, afirmó.