Las diferencias entre la coronación de Juan Carlos I y Felipe VI: dos proclamaciones marcadas por las circunstancias de la época

Han pasado diez años desde aquel momento en el que el esposo de la reina Sofía puso fin a sus cuatro décadas de reinado para que su hijo ascendiese al trono

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Juan Carlos I y su hijo, Felipe VI, en un montaje fotográfico (Eveling Díaz)
Juan Carlos I y su hijo, Felipe VI, en un montaje fotográfico (Eveling Díaz)

Los reyes Felipe VI y Letizia celebran su décimo aniversario al frente de la monarquía española este miércoles. Fue el 19 de junio de 2014 cuando el entonces príncipe de Asturias se proclamó como rey tras la abdicación de su padre, el rey Emérito Juan Carlos I. El esposo de la reina Sofía puso fin a sus casi cuatro décadas de reinado debido a los numerosos escándalos que rodeaban su vida.

Sus proclamaciones se llevan una diferencia de 40 años y los contextos eran bastante diferentes. El hijo de los condes de Barcelona ascendió al trono el 22 de noviembre de 1975, dos días después de que el General Francisco Franco muriese.

Si bien cuando el padre de la princesa Leonor y la infanta Sofía fue proclamado rey, la sociedad se echó a la calle para celebrar el inicio de una monarquía renovada, la ceremonia del rey Emérito fue muy dispar. En aquel entonces, los ciudadanos se encontraban sumidos en la pérdida del excaudillo y, en su lugar, la bandera de España se ondeó a media asta en las Cortes y en los principales edificios del Estado.

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El abuelo de Victoria Federica juró ante las Cortes del Antiguo Régimen, mientras que el esposo de la reina Letizia lo hizo ante un Parlamento Democrático, pues faltaban 18 meses para que Juan Carlos I aprobara la nueva Constitución. El punto en común es que ambas proclamaciones se llevaron a cabo ante una sesión extraordinaria de las Cortes y, en el caso del Emérito, también delante del Consejo del Reino, creado por Franco y que, actualmente, ya no existe.

Otra gran diferencia fueron los juramentos. Juan Carlos I siguiendo las pautas del Antiguo Régimen impuesto por Franco ante el presidente del Consejo del Reino. “Juro por Dios, sobre los evangelios, cumplir y hacer cumplir las Leyes Fundamentales del Reino y guardar lealtad a los principios que informan el Movimiento Nacional”, pronunció por aquel entonces el padre de la infanta Elena.

Por su parte, Felipe VI se convirtió en el primer monarca español en jurar sobre una Constitución, en este caso la ratificada en 1978, para “desempeñar fielmente” sus funciones y “hacer guardar la Constitución”. Lo hizo delante del presidente del Congreso de los Diputados.

Felipe VI, durante su discurso ante una sesión conjunta del Congreso y el Senado de España, reunida en el Palacio de las Cortes para proclamar al nuevo rey. A su lado, la reina Letizia, la princesa de Asturias y la infanta Sofía. EFE/Paco Campos/Archivo
Felipe VI, durante su discurso ante una sesión conjunta del Congreso y el Senado de España, reunida en el Palacio de las Cortes para proclamar al nuevo rey. A su lado, la reina Letizia, la princesa de Asturias y la infanta Sofía. EFE/Paco Campos/Archivo

El gran protagonista: un Rolls-Royce

Los símbolos que presidieron el juramento también fueron distintos en ambos casos. Juan Carlos I llevó a cabo una ceremonia religiosa y juró ante una corona, un cetro y un crucifijo de plata. Por su parte, Felipe VI no tuvo presente ningún crucifijo y tampoco llevó a cabo una misa.

El discurso de Juan Carlos tuvo una extensión de cuatro minutos en el que recordó “con gratitud” a Franco y prometió una monarquía “fiel guardián de esa herencia”, zanjando su discurso con un alto y claro “Viva España”. En su lugar, Felipe estuvo hablando a lo largo de veinte minutos y, en sus palabras, recordó a su progenitor, a la reina Sofía y a su propia familia. Las palabras del actual soberano terminaron con un agradecimiento en todas las lenguas del Estado.

Juan Carlos I y Felipe VI en una imagen de archivo (Angel Naval/MARINA PRESS/Shutterstock)
Juan Carlos I y Felipe VI en una imagen de archivo (Angel Naval/MARINA PRESS/Shutterstock)

La proclamación del esposo de Letizia Ortiz Rocasolano no asistieron mandatarios ni representantes de otras casas reales. En la ceremonia estuvieron presentes la familia del royal español, exceptuando la presencia de su hermana, la infanta Cristina, y algunas personalidades famosas, como Rafa Nadal y Pau Gasol.

Sin embargo, el ascenso al trono del Emérito contó con la presencia del dictador Augusto Pinochet, del rey Hussein de Jordania, de Rainiero de Mónaco, del duque de Edimburgo y de la primera dama de Filipinas, Imelda Marcos. En la misa del Espíritu Santo asistieron los presidentes de Francia y Alemania, el vicepresidente de Estados Unidos y representantes de las principales monarquías europeas. Pero, además, en las Cortes estaban la duquesa de Alba y la hija del General Franco, Carmen Franco.

Felipe VI, durante su discurso ante una sesión conjunta del Congreso y el Senadode España. reunida en el Palacio de las Cortes para proclamar al nuevo rey. A su lado, la reina Letizia, la princesa de Asturias y la infanta Sofía. EFE/Paco Campos/Archivo
Felipe VI, durante su discurso ante una sesión conjunta del Congreso y el Senadode España. reunida en el Palacio de las Cortes para proclamar al nuevo rey. A su lado, la reina Letizia, la princesa de Asturias y la infanta Sofía. EFE/Paco Campos/Archivo

Cuando finalizó la proclamación, Felipe y Letizia presidieron un breve desfile militar y recorrieron las calles de Madrid en un coche descubierto, pese a que el país se encontraba en alerta 3 por terrorismo. El vehículo que emplearon fue un Rolls-Royce Phamton IV de color negro del año 1957, el mismo en el que se desplazaron Juan Carlos I y Sofía en 1975. Ambos matrimonios saludaron desde el balcón del Palacio Real. Además, Felipe y Letizia recibieron a todas las personalidades invitadas por la casa real en el palacio de la Zarzuela.

El único detalle en el que coinciden las dos proclamaciones, además de en el Rolls-Royce, es en la ausencia de una persona clave. Juan de Borbón no asistió a la ceremonia de su hijo y Juan Carlos I tampoco lo hizo en la de Felipe. En aquel entonces, el Emérito ya no era rey y, tiempo después, renunció a sus derechos como royals. Es por ello que prefirió no eclipsar el gran momento de Felipe VI.

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