155 cámaras de seguridad para identificar al violador de la menor de Igualada: “Absoluto desprecio a su condición de mujer”

Esta semana ha dado comienzo el juicio en el que Brian Raimundo C. se enfrenta a 45 años de prisión por los delitos de asesinato en grado de tentativa y agresión sexual

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Brian Raimundo, el acusado de
Brian Raimundo, el acusado de intento de asesinato y violación a una adolescente en Igualada, durante un juicio en la Audiencia de Barcelona (Lorena Sopeña/Europa Press)

Cuesta trabajo diseccionar el terror, ponerle palabras a lo incomprensible. La noche de Halloween de 2021, la que transcurre entre el 31 de octubre al 1 de noviembre, se celebraba una fiesta en la discoteca Epic en Igualada, un pueblo en el interior de la provincia de Barcelona. Ese día, una chica, que en ese momento tenía 16 años, fue violada salvajemente por un joven de 24. A raíz de la brutal agresión que sufrió, la víctima ha estado casi un año ingresada en la UCI y al acusado como autor de los hechos se le piden 45 años de prisión por los delitos de asesinato en grado de tentativa y agresión sexual.

Ea noche era una noche para celebrar. La víctima y una amiga habían pasado juntas la mayor parte del tiempo, pero en un cierto momento, una de ellas, la víctima, se separó, porque había quedado con un chico. Ambas discutieron, pero más tarde propusieron quedar en la entrada. Intentaron buscarse, pero ya no consiguieron encontrarse: ni en el andén, ni el tren de vuelta a casa. Su amiga la intentó llamar más de una vez, pero no obtuvo respuesta.

La chica, de tan solo 16 años, había pasado la noche con un chico al que conocía de antes. Los dos se fueron a un lugar apartado, dentro del polígono donde se encuentra la discoteca. Allí mantuvieron relaciones sexuales, pero a eso de las 6:00 de la mañana, se despidieron y él se fue a casa en el coche del padre de un amigo que fue a buscarlos. Lo último que le dijo la chica es que iba a ir con unos amigos, por lo que no se iba a volver sola.

Este lunes ha arrancado el juicio del acusado por violación a una joven de 16 años en la madrugada del 1 de noviembre de 2021, cuando la víctima salía de una discoteca en Igualada, Barcelona, tras una fiesta en Halloween. El presunto agresor no declarará hasta el final del juicio por petición de su defensa, hasta haberse presentado todas las pruebas para así poder responder a ellas. (Fuente: TSJC, Europa Press,)

Las cámaras de seguridad

Sobre las 6:00 horas, la empresa de seguridad de una empresa de la zona grabó a la chica caminando por una de las calles del polígono que se dirigía a la estación de tren donde había quedado con su amiga. Detrás de ella aparece una persona que “poco a poco” se va acercando a la menor, según ha declarado en el juicio la sargento de los Mossos que llevó el caso.

A las 6:14 otra cámara capta al mismo hombre ya corriendo para alcanzar a la chica y ambos entran en una calle perpendicular. En uno de los callejones que sale de esta vía, entre dos naves industriales y en una zona poco transitada, es donde el agresor violó a su víctima. Las imágenes, recogidas tras el visionado minucioso por parte de varios agentes de 155 cámaras de seguridad de diferentes empresas de este polígono industrial, muestran como no entra ni se acerca nadie más a ese callejón.

La Fiscalía mantiene en su escrito de acusación, que a lo largo de 20 minutos el procesado golpeó a la chica en varias partes de su cuerpo, mientras la sujetaba con fuerza, y la penetró “de manera brutal”, incluso con objetos, demostrando así su “absoluto desprecio a su condición como mujer”. Tras la violación le propinó un “fuerte golpe en la cabeza con un objeto contundente” y la dejó abandonada en el suelo. A las 6:42, las imágenes de una tercera cámara muestran al sospechoso escapando del lugar del crimen.

Temblando en un charco de sangre

Ya estaba amaneciendo y un camionero que se encontraba trabajando pudo ver en el callejón el cuerpo de la víctima ensangrentada, semidesnuda y “temblando” de frío”, según ha declarado como testigo. Lo primero que hizo fue quitarse su chaqueta y dársela a la menor.

La joven estaba consciente, pero era totalmente incapaz de mantener una conversación y en el momento en el que le explicó que iba a llamar a una ambulancia ella solo respondió: “No, no, no”. Otro compañero coincide con este relato, ya que recuerda encontrarla “en un charco de sangre, temblando”.

Avisaron a los servicios de emergencia que se llevaron a la joven. A causa de la agresión tuvo que estar hospitalizada durante casi un año en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y sufrió un traumatismo craneoencefálico y una ruptura craneal y otras lesiones por todo el cuerpo. Esto sin hablar de todas las secuelas psicológicas que le han quedado a la joven.

Según el ministerio público, la joven arrastra como secuelas un “estrés postraumático grave y desestabilización personal” puesto que las lesiones causadas, en la mayoría de casos “mortales de necesidad”, pusieron su vida en peligro.

Brian Raimundo C.

El acusado de este crimen se llama Brian Raimundo C. Los informes sobre el perfil criminal y psicológico elaborado por los Mossos d’Esquadra durante la fase de instrucción de la causa, y que figuran en el sumario, lo definen como una persona con comportamientos “vejatorios y humillantes” con las mujeres para “dañarlas” física y moralmente y que no tiene, además,desp

A nivel psicológico, los informes describen al violador de Igualada como una persona “impulsiva, incapaz de gestionar escenarios de frustración delante de escenarios de enfrentamiento, conflicto o rechazo, con la capacidad de ser violento si la situación lo requiere, con una sexualidad no normalizada....”.

El procesado ya contaba con una condena de cuando tenía 15 años (en 2016) por intentar violar a su hermanastra pequeña, de apenas 7 años, mientras estaba alojado con la familia en un ‘camping’, unos hechos que denunció su propia madre. El Juzgado de Menores de Girona le condenó en su día a un año de internamiento. Sin embargo, la pena fue suspendida bajo la condición de que cumpliera con la libertad vigilada, siguiera un tratamiento psiquiátrico y acudiera a desintoxicación.

La investigación por parte de los Mossos dio comienzo al momento, para conseguir esclarecer lo ocurrido lo antes posible. La prueba clave fue las grabaciones de la última cámara. Al ser de alta calidad, se podía ver la ropa que llevaba y sobre todo el peinado, que era rubio teñido.

Foto:  (EUROPA PRESS/Lorena Sopeña/Pool)
Foto: (EUROPA PRESS/Lorena Sopeña/Pool)

Se da la circunstancia de que esa misma noche, pero horas antes, sobre las 02.30 horas, el acusado había protagonizado un incidente junto a una decena de personas en el que golpearon y dañaron un coche, escena que fue grabada por el propio propietario del vehículo, y que aportó a los Mossos junto a su denuncia. En esas imágenes se podía identificar al acusado con la misma ropa, el mismo color de pelo y la misma forma de caminar.

El mapa es claro y los estudios de geolocalización de la menor coinciden “totalmente” con el recorrido que hizo el acusado, de acuerdo con el análisis de su móvil: en el teléfono se encontraron capturas de Google Maps “que lo sitúan en el lugar de los hechos a esa hora”, ha afirmado la inspectora.

El otro sargento que ha testificado en el juicio, que lideró la reconstrucción de la violación junto a la víctima a propuesta del padre, ha corroborado que la menor apenas recordaba nada de lo sucedido esa noche, debido a las lesiones físicas que sufrió durante la violación, que la dejaron en un estado de “semiinconsciencia” que la incapacitaba para “articular palabra”.

Este fue identificado como Brian Raimundo C., de 24 años, y que declarará este jueves en la última sesión del juicio, a petición de su abogado. Ahora se enfrenta 45 años de prisión por los delitos de asesinato en grado de tentativa y agresión sexual, según el informe de acusación de la Fiscalía.

* Con información de la Agencia EFE

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