Bertín Osborne recibió los resultados de su prueba de paternidad hace unos días, y tras el positivo que confirma que el bebé de Gabriela Guillén es suyo, el cantante deberá de comenzar a asumir su responsabilidad como padre. Un asunto que parece que ha afectado bastante más de lo pensado a su familia, la cual no quiere oír hablar sobre lo ocurrido.
Este lunes 17 de junio, el programa Y ahora Sonsoles de Antena 3 presenció una tensa conversación en directo entre Sonsoles Ónega y Fabiola Martínez, la exmujer de Bertín Osborne. Durante una conexión desde un mercadillo solidario organizado por la Fundación Bertín Osborne, desde plató se realizaron una serie de preguntas personales que desataron un enfrentamiento entre la presentadora y la entrevistada.
La conexión se encontraba en pleno directo cuando, desde el estudio, la periodista Beatriz Miranda hizo una pregunta que cambió el tono de la entrevista: “¿Crees que ese cambio de actitud va a favorecer a la fundación que lleva su nombre?”. Visiblemente molesta, Martínez respondió: “Mezcláis las cosas. Yo ya no sé cómo hacerlo para evitar esto. Hay mucha gente detrás de la fundación trabajando, son muchas familias. Llevamos ayudando a más de 30.000 familias desde que comenzamos y ojalá vierais un poquito más allá de la imagen que podemos dar los fundadores”.
Ónega intervino aclarando que su equipo había advertido a Martínez sobre el tratamiento de temas personales durante la conexión: “Oye, Fabiola. Me estoy sintiendo incómoda porque me habían dicho que estabas advertida”, afirmó la presentadora. Sin embargo, Martínez negó haber sido notificada con antelación: “No estaba advertida de nada. A mí se me dijo que me iban a acompañar en el mercadillo y que a lo mejor me hacían alguna pregunta de la actualidad”.
“Yo por mi equipo mato, y lo sabes”
La conversación se intensificó cuando la presentadora elevó el tono, insistiendo en la advertencia previa y defendiendo a su programa: “No, no, Fabiola. Te estás equivocando. Me estás ofendiendo un poquito, fíjate. A mí y a todo mi equipo. Yo por mi equipo mato, y lo sabes. Y mi equipo si me dice que te ha advertido de que te iba a preguntar por el tema... yo personalmente no tengo ningún interés, y profesionalmente tengo a todos mis colaboradores. Lo siento en el alma”.
Por su parte, Fabiola Martínez reiteró que no había sido informada sobre la naturaleza de las preguntas, y argumentó que ella quería centrarse en el evento solidario y no en cuestiones personales relacionadas con Bertín Osborne: “Me conoces, y había dicho que no iba a atender medios que tuvieran que ver con lo que está sucediendo porque no tiene nada que ver conmigo”. A lo que respondió la presentadora: “Pues te puedo asegurar que si a mi me dicen que sólo contestas preguntas del mercadillo, yo feliz. Me conoces y me encanta lo que haces”.
Sin embargo, la exmujer de Bertín Osborne siguió echando leña al fuego y señaló al equipo de producción de Antena 3: “A ver a quién se le ha escapado”. Y añadió: “Me parece muy bien, pero yo te digo que a mí nadie me lo ha dicho. Y aquí hay gente que forma parte de tu equipo. No me enfado, sólo dejo las cosas claras”. Ónega; sin embargo, tampoco quiso echarse atrás y siguió defendiendo a sus compañeros del programa: “Y yo también, porque tengo que sacar la cara por este programa, por esta cadena y por este equipo”.
Ante un desencuentro que parecía no acabar, la reportera presente en el mercadillo intervino con la intención de calmar los ánimos y redirigir la atención hacia el evento: “Sonsoles, para enmendar este pequeño embiste vamos a enseñar lo lleno que está esto y el éxito que está teniendo el mercadillo solidario”, dijo, mientras el camarógrafo enfocaba con su objetivo hacia el mercadillo.
Desde el plató, Ónega intentó cerrar el tema afirmando su aprecio por el trabajo de Fabiola: “Me encanta lo que hace Fabiola y lo sabe, pero una cosa no quita la otra. Y yo te juro que encerronas las justas, y menos a gente que aprecio y quiero. Gracias Fabiola, cariño. Ojalá vaya mogollón de gente. Aquí no engañamos a nadie, creo”. Así, intentó poner fin a un momento de alta tensión que acabó provocando el malestar de los colaboradores.